En esta investigación se realiza un análisis acerca del surgimiento del movimiento conservador moderno en los Estados Unidos. El mismo se basa en la idea central de que este movimiento surgió como reacción de un amplio arco social contra las políticas sociales implementadas por el gobierno en la década de 1960. Esto permitió la articulación de una estructura de intelectuales, militantes sociales, grupos de presión e instituciones de la sociedad civil alrededor de la defensa de una nutrida agenda conservadora que ha sido, y aún es, determinante en los rumbos políticos del país.
Los Estados Unidos siempre han tenido elementos conservadores. Sin embargo, no ha contado con un movimiento conservador hasta mediados del siglo XX. Desde ese momento, lo que era una mera tradición o una inclinación natural fue tomando cuerpo en algo más sustancial. Dicho de otra forma, a lo largo de su historia los Estados Unidos no han necesitado de un movimiento conservador porque era una nación fundamentalmente conservadora.
El movimiento político e intelectual conservador comenzó a gestarse en base a un cúmulo de ideas dispersas a partir de mediados de la década de 1950 y cobró vida en la de 1960, cuando los proyectos de ingeniería social del gobierno tomaron una dimensión desproporcionada de acuerdo a la visión de sus referentes. Este grado de intervencionismo fue el pináculo de los avances en las dos décadas anteriores del liberalismo y el gran gobierno. Este último, expresión del estado de bienestar surgido en la década del 1930 luego de la crisis financiera de 1929, comenzó a tomar para sí atribuciones y decisiones que en el espíritu de la tradición estadounidense eran muy difíciles de aceptar. No obstante, ante las urgencias sociales y económicas derivadas de la crisis, fue tolerado sin mayores problemas hasta los años sesenta cuando el grado de intervención del gobierno en la vida de las personas se tornó intolerable para un creciente arco social. Ese fastidio fue articulado en el movimiento conservador.
Para que esa articulación fuese posible se conjugaron tres elementos fundamentales: el afianzamiento de una intelectualidad que dejó de ocupar posiciones marginales y poco respetadas en la comunidad académica del país y pasó a darle pelea a los liberales en su propio terreno; la creciente organización de una militancia de base con una amplia gama de temas por defender -a la que se suman una determinación y capacidad de movilización superlativa- y una base territorial afianzada desde donde proyectar poder e influencia hacia el resto del país.
La investigación fue presentada en el mes de Abril de 2010
(*) Licenciado en Relaciones Internacionales. Analista Internacional de la Fundación para la Integración Federal