Desde abril pasado, el número de grupos rebeldes en la República Democrática del Congo se ha multiplicado después de que el Gobierno retirara la mayor parte de sus tropas para concentrarse en su lucha contra el Movimiento insurgente M23, que el pasado martes tomaba bajo su control la estratégica ciudad oriental de Goma. Grupo formado por soldados congoleños amotinados, cientos de policías y militares del Ejército regular se han sumado a la ofensiva llevada a cabo estos últimos días que amenaza con alcanzar Kinshasa. Mientras tanto, El presidente, Joseph Kabila, ha cesado al jefe de las Fuerzas Armadas, acusado por un informe de la ONU de vender armas a grupos insurgentes en el este del país.