El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, ha blindado este jueves sus resoluciones ante el Poder Judicial al ordenar que estas sean "inapelables por cualquier método o ante cualquier órgano" hasta que entre en vigor la nueva Constitución. En su puja de poder contra el sistema judicial, Mursi hizo lo mismo con la Asamblea Constituyente (electa mediante el sufragio popular) y la Cámara Alta del Parlamento o "Shura" al disponer que no se permita a ninguna instancia judicial disolver ninguna de las dos.