El funeral de Mohamed Brahmi no entierra la ira en Túnez. Tras las exequias del opositor, miles de ciudadanos seguían pidiendo en la capital la dimisión del Gobierno de Enahda, la formación islamista que también tiene mayoría en la Asamblea encargada de redactar la Constitución. La pasada madrugada la policía ha utilizado gases lacrimógenos para dispersar una manifestación.
Los partidarios del Gobierno también decidieron dar su respuesta, pero las fuerzas de seguridad interpusieron una barrera entre ambos para evitar males mayores.