Según el Ministro de Relaciones Exteriores iraní entre los rehenes hay miembros jubilados de la Guardia Revolucionaria, el cuerpo de élite del régimen islámico.
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A través de su ministro de exteriores admitió que entre los 48 peregrinos secuestrados hay miembros de las guardias revolucionarias ya jubilados, pero negó que sean espías. Además, convocó a países de la región a discutir sobre el conflicto sirio.
Irán reconoció hoy que entre los peregrinos iraníes secuestrados en Siria hay algunos miembros jubilados de las Guardias Revolucionarias del país persa, algo que Teherán había desmentido hasta el momento.
"En la lista de peregrinos estaban también funcionarios jubilados de distintos ministerios, entre ellos también de las Guardias Revolucionarias y del Ejército", dijo el ministro de Exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi a la agencia oficial de noticias ISNA.
Una fuerza islamista de los rebeldes sirios raptó el pasado fin de semana al grupo de 48 peregrinos en Damasco. La insurgencia acusa a los rehenes de ser agentes de las Guardias Revolucionarias en una "misión de exploración" en Siria.
Y más allá del reconocimiento de hoy, el gobierno de Teherán, un estrecho aliado del presidente Bashar Al Assad, niega esa versión de espías vehementemente.
Tanto los secuestradores como sus rehenes son musulmanes que celebran el sagrado mes de ayuno del Ramadán, por lo que el funcionario llamó "a los secuestradores a liberar a los peregrinos en este mes sagrado", según informó la agencia de noticias DPA.
El Ministerio de Exteriores iraní planea para mañana un encuentro en Teherán en el que se hablará sobre la crisis siria y en el que, según informó el viceministro de Exteriores, Hussein Amir Abdollahian, participarán varios titulares de Exteriores de la región y de otros países.
En el encuentro estarán presentes los países que tienen una "perspectiva realista respecto a Siria", dijo Abdollahian.
Irán, que ayer hizo público su apoyo al gobierno sirio, busca impedir una mayor intervención de los Estados Unidos y sus alidados eurpeos en la región, objetivo que comparte con China y Rusia.
Por su parte, las monarquías petroleras de Arabia Saudita y Qatar, aliadas de los Estados Unidos, apuestan a la caida de Bashar Al Assad mediante el apoyo logístico y material que brindan a los rebeldes, a pesar que en sus filas alberguen a facciones del fundamentalismo islámico.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE: Télam