El texto fue aprobado en 1987 en plena polémica con la Libia de Gadafi. Supone que el Gobierno puede quitarle el estatus diplomático a la embajada. La medida puede poner en riesgo a las embajadas británicas en el extranjero
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Una ley de 1987, aprobada en plena tensión diplomática con la Libia de Gadafi, permite al Gobierno británico quitarle el status diplomático a la embajada de un país y entrar en el edificio para detener a personas que hayan pedido asilo.
En teoría, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, puede permanecer en el interior de la embajada de Ecuador tras obtener asilo político sin temer que las autoridades británicas le detengan y le extraditen a Suecia para ser juzgado de los cargos de violación que se le imputan.
Esto es así en virtud de la Convención de Relaciones Diplomáticas de Viena de 1961, que establece la "regla de inviolabilidad" de las embajadas, una norma que todos los países respetan porque ellos mismos están interesados en ella (si entrar en la embajada de otro país sus propias misiones diplomáticas estarían en riesgo de sufrir una intervención similar).
Sin embargo, el texto, 'rescatado' del olvido por el Foreign Office en su carta al Ministerio de Exteriores ecuatoriano –que lo calificó como amenaza– establece una excepción a esta norma al abrir la puerta a la revocación del status diplomático de una embajada.
"Debe ser consciente de que hay una base legal en Reino Unido, la ley de Locales Diplomáticos y Consulares de 1987, que nos permitiría tomar acciones para arrestar al señor Assange en la actual local de la embajada. Esperamos sinceramente que no tengamos que llegar a este punto, pero si no puede resolver el tema de la presencia del señor Assange en su local, es una opción abierta para nosotros", dice el texto.
La norma se aprobó en un contexto muy concreto: la muerte de la policía Yvette Fletcher durante una protesta a las afueras de la embajada libia en Londres en 1984 por un disparo procedente del interior del edificio.
CONFLICTO LEGAL
Entonces, el Gobierno de Margaret Thatcher argumentó que era necesario el poder de revocar el status diplomático a embajadas que no son usadas con ese propósito sino en "apoyo de actividades terroristas".
La norma pone como condición para la retirada de la sede diplomática al hecho de que se haga "en cumplimiento de la ley internacional" y se vincula la entrada en la embajada a una serie de "consideraciones materiales" como "la seguridad de los ciudadanos, la seguridad nacional y la planificación de la localidad y el país".
Según explica el experto legal Carl Gardner en un artículo en el diario The Guardian, "el cumplimiento de la ley internacional" puede ser un problema para el Reino Unido dado que la Convención de Viena requiere que el Reino Unido le dé a Ecuador una nueva sede de su misión, pero más aún el hecho de que Ecuador considere que la presencia de Assange no incumple ninguna de esas consideraciones materiales y, más aún, que el Gobierno ha ejercido su poder de manera impropia al aplicar la ley de una manera que no era la que contemplaban los legisladores en 1987.
Más aún, el propio canciller ecuatoriano al anunciar el asilo político a Assange ha adelantado uno de los argumentos que quieren utilizar: el "doble rasero" de Reino Unido, que denunció ante la ONU la violación de su embajada en Teherán, que fue duramente condenada por el Consejo de Seguridad.
El portavoz del Foreign Office ha asegurado que aún no se ha tomado una decisión al respecto de la revocación de la embajada de Ecuador, pero este hecho, como recuerda la BBC, no supondría de manera inmediata que la Policía británica pudiese entrar en el edificio para detener a Assange.
Y es que disputas legales llevarían el caso a los tribunales, probablemente el Tribunal Supremo, lo que alargaría aún más el caso e impediría al Reino Unido la detención hasta que se resuelva al caso.
EFECTOS DIPLOMÁTICOS
En el otro lado, los propios diplomáticos británicos rechazan que se produzca una acción en este sentido, dado el riesgo que puede suponer para su trabajo en el exterior.
"Creo que el Foreign Office se ha extralimitado ligeramente. Si vivimos en un mundo donde los gobiernos puede revocar arbitrariamente la inmunidad y entrar en las embajadas entonces la vida de nuestros diplomáticos y la posibilidad de desempeñar su trabajo normalmente en lugares como Moscú, donde trabaja, o Corea del Norte, será casi imposible", ha asegurado Tony Brenton, ex embajador del Reino Unido en Moscú.
Y mientras, ¿qué ocurrirá con Assange? Su caso no sería el primero de un solicitante de asilo que pasa mucho tiempo dentro de una embajada -y que se sumaría ya a su largo arresto domiciliario-: el cardenal Josezf Mindszenty estuvo 15 años en la embajada de Estados Unidos en Budapest desde la represión soviética de 1956 hasta que logró exiliarse a Austria.
Ecuador puede darle un estatus diplomático para intentar sacarle en avión a través de un vehículo oficial, pero la Policía Metropolitana de Londres, aunque no puede legalmente buscarle dentro de ese coche, está capacitada para hacerlo por otros motivos, como infracciones de tráfico.
A Londres, tal y como explica Gardner, le queda una última 'bala' en la recámara: romper relaciones diplomáticas con Ecuador, expulsar a su embajador, cerrar la embajada y entonces sí, detener a Assange.
"Romper relaciones diplomáticas es una decisión diplomática de calado y dudo que los tribunales quieran interferir en ella, pero eso sería una decisión diplomática muy importante", ha recordado.