Que Italia, Portugal, Francia y España hayan puesto problemas al sobrevuelo del avión que llevaba al presidente de Bolivia, Evo Morales, deja los ánimos caldeados y plantea profundas cuestiones en cuanto a la legalidad de los hechos y los móviles de los gobiernos europeos.“Lo consideramos inaceptable y lo condenamos de manera enérgica”, decía a DW René Fernández Revollo, embajador de Bolivia ante la Unión Europea.
“Es una violación del derecho internacional y de la convención de Viena que otorga inmunidad a los mandatarios. Nos apena mucho que haya naciones europeas que se presten a las presiones del gobierno norteamericano y hayan sido usadas como agentes para poner en práctica esta prepotencia imperial”, decía el diplomático subrayando que los homólogos latinoamericanos se han solidarizado con el mandatario boliviano.
TOTALMENTE INCOMPATIBLE CON EL DERECHO INTERNACIONAL
“De insólito y falto de honorabilidad”, calificó el hecho el Antonio Remiro Brotóns, catedrático de Derecho Internacional de la Universidad Autónoma de Madrid.
“Si bien un Estado tiene soberanía sobre su espacio aéreo, debe utilizarla de una forma razonable y proporcionada, y sólo atendiendo a un riesgo real puede negarle el espacio aéreo a un avión civil que transporta a un jefe de Estado en retorno pacífico a su país. Es una actitud absolutamente disconforme e incompatible con la inmunidad de un jefe de Estado extranjero y con el respeto que merece”, explica el especialista.
Para Remiro Brotóns no queda duda que los gobernantes europeos han actuado por presiones de Estados Unidos, que presumía la presencia del fugitivo Edward Snowden en ese avión. “Es inimaginable que, de otra manera, el gobierno francés, portugués, italiano o español tengan un interés específico en perturbar sus relaciones con Bolivia, donde tienen intereses”
Más aún, “no puede abusar de esa soberanía y ponerla al servicio de una ilegalidad, de un gobierno que ha actuado delictivamente con el país que ahora se pone a su servicio”, puntualiza.
PRECEDENTE PELIGROSO
Para Remiro Brotóns no queda duda que los gobernantes europeos han actuado por presiones de Estados Unidos, que presumía la presencia del fugitivo Edward Snowden en ese avión. “Es inimaginable que, de otra manera, el gobierno francés, portugués, italiano o español tengan un interés específico en perturbar sus relaciones con Bolivia, donde tienen intereses”, afirma añadiendo que este acto inamistoso podría llevar a medidas de retorsión.
Particularmente delicado ve el especialista que “en la cabeza del presidente boliviano se haya querido colocar a todos aquellos que sostienen la idea, muy razonable, de que por lo menos debe considerarse la petición de asilo del señor Snowden, que está siendo perseguido políticamente en un país que ha infringido manifiestamente las normas internacionales”.
En su opinión, esto sentaría un mal precedente: “a cualquiera que hable en términos de examinar una petición de asilo, se le puede decir no y lo contario aténgase a la consecuencias. La opinión pública internacional no puede estar a favor de las decisiones que han tomado de una forma tan indigna estos gobiernos europeos”.
Por otro lado, ve inadmisible que gobiernos que “han sido espiados se conviertan en menestrales de un gobierno que está actuando con manifiesta laxitud internacional; poner su soberanía al servicio de ese propósito es una actitud de complicidad que no está conforme con normas internacionales”.
¿NO ES CUESTIÓN DE BRUSELAS?
No se sabe aún qué alcance tendrá el incidente, que es calificado por el embajador boliviano como sumamente delicado pues –a pesar de las supuestas mejores intenciones con el continente americano puestas de manifiesto en las cumbres- “esto demuestra que los europeos no tienen respeto por la dignidad de esos pueblos”.
Portavoces de la Comisión Europea, por su parte, respondieron que mientras no se conozcan los motivos de estos países europeos para actuar de esa manera no se podría hacer ningún comentario al respecto. Subrayan, eso sí, que el espacio aéreo es una competencia de cada Estado soberano.
“Menos mal que el espacio aéreo no es competencia común y así el presidente Morales pudo aterrizar en Viena”, dice al respecto Remiro Bretóns. “De lo contrario si todos los gobiernos del espacio aéreo de la UE hubieran negado el tránsito, habríamos tenido que ver cómo el avión caía al suelo una vez que se hubiera quedado sin combustible. Esto pone de manifiesto el nivel de moral bajísimo que han alcanzado nuestros gobernantes, que se dejan su soberanía en la basura cuando se ven espiados, pero reclaman su soberanía aérea para combatir a aquel que rechaza ese tipo de presiones”, concluye.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE: DW