La movilización comenzó en la céntrica estación de trenes de Washington y culminó cerca del Congreso, donde los manifestantes entregaron más de medio millón de firmas para recordar a los legisladores que trabajan para los ciudadanos y que éstos no toleran más la vigilancia masiva.
La protesta la convocó un centenar de organizaciones liberales en defensa de las libertades civiles, unidas por el lema Stop Watching Us (Basta de vigilarnos), informó la agencia de noticias ANSA.
La principal dirigente promotora de la jornada fue Rainey Reitman, la joven responsable del Electronic Frontier Foundation, un grupo en primera línea contra los abusos de la NSA.
El objetivo de la movilización fue enviar al Congreso una petición, ya suscrita por más de medio millón de estadounidenses, donde se pide reformar la cuestionada Ley Patriótica (Patriot Act), "la ley antiterrorismo" aprobada a instancias de George W. Bush, hacen hoy 12 años (el 26 de octubre de 2001, poco después de los atentados del 11 de septiembre).
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"Con nuestra petición apuntamos a cambiar radicalmente la sección 215 de la Patriot Act, que extiende los poderes del FBI (Oficina Federal de Investigaciones) autorizándolo a recoger informaciones y por lo tanto a espiar a cualquiera sobre la base de una investigación antiterrorismo", explicó Reitman.
"Pedimos luego una reforma de la sección 702 del Foreign Intelligence Surveillance Act, que de hecho autoriza las escuchas telefónicas de parte de las agencias de inteligencia como la NSA", agregó la dirigente.
"Finalmente, pedimos que se conozcan los nombres de los funcionarios de inteligencia responsables de los abusos o culpables de cubrir la verdad, y que sean perseguidos por la justicia", concluyó Reitman.
Activistas sociales y referentes de la cultura estadounidense como el cineasta Oliver Stone y los actores John Cusack y Maggie Gyllenhaal, que estuvieron entre los que impulsaron la propuesta, marcharon junto a la Unión Americana de Libertades Civiles y el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas, así como grupos de tendencia libertaria, como el Competitive Enterprise Institute y Freedom Works.
Las encuestas muestran un fuerte incremento en el número de estadounidenses que están preocupados acerca de la recolección de datos de Internet y telefónicos por parte de Washington.
La protesta se originó en las filtraciones a la prensa de Edward Snowden, el ex técnico de la NSA que reveló el espionaje por parte del gobierno de Estados Unidos.
Snowden, asilado en Rusia, también instó a sus conciudadanos a marchar.
"Hoy en día no hay teléfono en Estados Unidos que marque una llamada sin que sea registrada en la NSA. Hoy en día no se registra ninguna transacción en Internet que entre o salga del país sin que pase por las manos de la NSA", advirtió Snowden.
"Nuestros representantes en el Congreso nos dicen que esto no es vigilancia. Están equivocados", declaró el ex analista de la NSA en referencia a las reiteradas declaraciones del presidente del Comité de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein, que insiste en que el programa de la NSA sobre la recopilación de los datos no tiene nada que ver con la vigilancia.