Rusia es el mayor proveedor de petróleo, carbón y gas natural de Europa, y sus gasoductos que corren a través de Ucrania están siendo usados políticamente -no por primera vez- en medio de un enfrentamiento con Europa por la actividad militar rusa en Ucrania.
El Gobierno ucraniano ha advertido que Rusia planea detener los envíos de gas.
El Gobierno ucraniano ha advertido que Rusia planea detener los envíos de gas, a lo que su par ruso respondió que Ucrania podría desviar el combustible destinado a la Unión Europea, que ha amenazado con nuevas sanciones contra Moscú si no retira sus fuerzas de Ucrania.
Mientras que los compradores de petróleo y carbón pueden encontrar nuevos proveedores con relativa rapidez, el sudeste de Europa recibe la mayor parte de su gas de la firma rusa Gazprom, controlada por el Kremlin.
Buques petroleros de Qatar y Argelia llevan gas natural licuado (GNL) a los puertos europeos ubicados en las costas del Atlántico y del Mediterráneo, pero los compradores a menudo revenden esos embarques al extranjero a precios más altos en vez de abastecer su mercado interno.
Una fuente de la Comisión Europea dijo que se estaba considerando prohibir esta práctica de reventa para reforzar las reservas.
"En el corto plazo, estamos muy preocupados por los suministros para el invierno en el sudeste de Europa", aseguró la fuente, que tiene conocimiento directo de los planes de emergencia de la Comisión.
"Nuestra mayor esperanza en caso de un corte es la medida de emergencia 994/2010 que podría evitar que el GNL salga de Europa y limita el uso industrial del gas con el fin de proteger el consumo de los hogares", dijo.
La norma 994/2010, aprobada en 2010 para proteger los suministros de gas, podría incluir la prohibición para que las empresas de gas vendan embarques de GNL fuera de Europa, manteniendo más combustible en reserva, y ordenando a la industria a dejar de usar gas.
El comisario europeo de Energía, Guenther Oettinger, dijo la semana pasada durante las negociaciones con Ucrania y Rusia que el bloque estaba preparando un "Plan B" para proteger el suministro de gas en el peor de los casos.
Hungría, que probablemente esté entre los países más afectados por un corte del suministro, dijo que estaba estudiando la necesidad de incrementar más las reservas estratégicas. El Ministerio de Desarrollo dijo a Reuters que también estaba evaluando "potenciales medidas regulatorias que harían que los participantes del mercado eleven las reservas más allá del mínimo fijado".
Reducir el consumo industrial afectaría la economía europea ya debilitada, mientras que prohibir la reventa de embarques de GNL en el extranjero golpearía los ingresos de las firmas de servicios públicos.
Las compañías europeas de servicios públicos se han estado preparando para un corte en el suministro inyectando tanto gas como les fuera posible en los depósitos. Como resultado, los almacenes de la región están llenos en un 90 por ciento, o el equivalente a un 15 por ciento de la demanda anual de Europa.
Más allá de lo que haga el bloque, tendrá dificultades para compensar totalmente las necesidades si el gas ruso deja de fluir hacia Europa, dicen fuentes políticas e industriales. Los precios del gas han aumentado un 35 por ciento desde julio debido a esta amenaza.
Rusia satisface alrededor de un tercio de la demanda europea de petróleo, carbón y gas natural, de acuerdo con datos de la UE. A cambio recibe unos 250.000 millones de dólares al año, alrededor de las dos terceras partes de los ingresos de las arcas estatales.
El problema con un potencial corte es que la infraestructura de gasoductos de Europa continental está construida de este a oeste con el fin de importar gas ruso. Eso dificulta la intención de suplir una probable falta de gas con GNL ingresado a través de las terminales en el Atlántico.
Los proveedores de energía europeos podrían usar más carbón: ese mercado tiene sobreabundancia de suministros debido a una menor demanda asiática y una mejoría en la producción minera en exportadores de Colombia, Australia y Sudáfrica.
Pero otra vez el problema es la infraestructura: grandes zonas del centro y este de Europa dependen de calefacción a gas, lo que significa que quemar carbón para generar electricidad no mantendrá calientes los hogares este invierno.
Rusia detuvo los flujos de gas a Ucrania tres veces en la última década -en 2006, 2009 y desde junio de este año- debido a las disputas de precios con el Gobierno ucraniano, aunque este año el combustible previsto para los clientes europeos hasta ahora ha seguido fluyendo a través de Ucrania.
RELEVAMIENTO Y EDICION: María Belén Serra
FUENTE: Reuters