Ni los serbios ni los croatas cometieron un genocidio en el conflicto que mantuvieron entre ellos entre 1991 y 1995, juzgó este martes la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que invitó a ambos países a trabajar por la estabilidad en los Balcanes.
"El genocidio presupone la intención de destruir un grupo, al menos en parte", explicó el presidente de la CIJ, Peter Tomka, en una audiencia pública en La Haya, donde tiene su sede esta corte de la ONU.
"El genocidio presupone la intención de destruir un grupo, al menos en parte"
Sin embargo, sostuvo, si bien las dos partes cometieron crímenes, no lo hicieron con el objetivo de destruir al otro grupo étnico, sino con el objetivo de "desplazarlo por la fuerza".
Tomka recordó algunos de los episodios más negros de la guerra de Croacia, como el sitio de Vukovar, en el que murieron 1.600 personas, entre ellas 1.100 civiles, cuando los serbios tomaron la ciudad.
La proclamación de independencia de Croacia respecto a Yugoslavia, en 1991, desencadenó una guerra entre las fuerzas croatas y los secesionistas serbios, apoyados por Belgrado.
El conflicto serbo-croata, uno de los muchos que sacudieron los Balcanes en los años 1990, dejó unos 20.000 muertos.
La proclamación de independencia de Croacia respecto a Yugoslavia, en 1991, desencadenó una guerra entre las fuerzas croatas y los secesionistas serbios, apoyados por Belgrado.
En 1999, Zagreb llevó a Belgrado ante la CIJ, acusando a las fuerzas serbias de haber cometido "una forma de genocidio que se tradujo en el desplazamiento, el asesinato, la tortura o la detención ilegal de un gran número de croatas".
Zagreb pidió a la CIJ que ordenara a Belgrado el pago de "indemnizaciones financieras" por el costo humano y material del conflicto.
Serbia replicó en 2010 con una denuncia, acusando a Zagreb de genocidio por la ofensiva croata que puso fin a la guerra en 1995 y que, según argumentó, obligó a 200.000 serbios a huir de sus casas.
Serbia pedía igualmente indemnizaciones para los serbios de Croacia, y exigía que Zagreb dejara de celebrar como día festivo el 5 de agosto, aniversario del triunfo de la "Operación Tormenta".
CROACIA NO ESTÁ CONTENTA
Tras conocer la decisión, el primer ministro croata, Zoran Milanovic, manifestó su descontento.
"No estamos contentos con la decisión de la Corte, pero la aceptamos de forma civilizada Tenemos que aceptar la decisión, (...) es definitiva y no hay posibilidad de apelar", declaró Milanovic a la prensa.
Las autoridades serbias y croatas, que han mejorado sus relaciones últimamente, aseguraron antes del veredicto que lo acatarían.
"La Corte anima a las partes a mantener su cooperación, con vistas a ofrecer a las víctimas de semejantes agresiones las reparaciones apropiadas, y consolidar así la paz y la estabilidad en la región", dijo Tomka.
Antes del veredicto, el ministro serbio de Relaciones Exteriores, Ivica Dacic, dijo el domingo desde Belgrado que "se trata tal vez de uno de los acontecimientos más importantes en nuestras relaciones bilaterales con Croacia".
"Tal vez tengamos la ocasión de dejar el pasado atrás y mirar al futuro", añadió Dacic.
Los jueces llamaron a los dos países a asumir sus responsabilidades respecto a las víctimas de la guerra.
"La Corte anima a las partes a mantener su cooperación, con vistas a ofrecer a las víctimas de semejantes agresiones las reparaciones apropiadas, y consolidar así la paz y la estabilidad en la región", dijo Tomka.
Desde su creación en 1946, la CIJ sólo ha reconocido un caso de genocidio, el crimen más grave en el derecho penal internacional.
En 2007, la Corte estableció que hubo un genocidio en 1995 en Srebrenica, en la vecina Bosnia, donde las fuerzas serbias asesinaron a casi 8.000 varones musulmanes, a los que luego enterraron en fosas comunes.
FUENTE: La Tercera