El Gobierno griego, por su parte, se negó a ceder en sus posiciones y acusó a al Fondo Monetario Internacional de usar tácticas de presión.
Líderes europeos insistieron en que el ejecutivo izquierdista debe ceder, porque se acaba el tiempo para que Grecia alcance un acuerdo con sus acreedores de la Unión Europea y el FMI que evite una cesación de pagos que la margine de la zona euro.
Sin embargo, las conversaciones terminaron sin un avance el jueves en la noche, cuando el equipo del FMI abandonó Bruselas de forma abrupta.
Las dos partes han tratado de mantener viva la esperanza de un acuerdo, pero ninguna ha dado muestras de ceder.
El Gobierno griego, si bien espera llegar a un acuerdo antes del 18 de junio, criticó al FMI y reiteró su rechazo a cruzar lo que considera "líneas rojas" en la negociación.
Un funcionario gubernamental hizo causa común con las mismas instituciones europeas que están empujando a Atenas hacia un compromiso e, incluso, con sus críticos más duros en Alemania.
"La no participación del FMI en la negociación política lo único que hace es agregar presión sobre todos: la Comisión, el BCE (Banco Central Europeo), Grecia", afirmó el funcionario.
Grecia necesita un acuerdo para destrabar los fondos congelados de su rescate o mejorar las condiciones sobre las emisiones de deuda que puede realizar a corto plazo antes del vencimiento de un pago de 1.600 millones de euros (1.800 millones de dólares) al FMI a finales de junio.
"Está acumulando presión en todas direcciones -especialmente hacia Berlín- con el objetivo de implementar duras políticas en Grecia para asegurar su dinero", agregó.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo que la pelota está en la cancha del Gobierno griego, mientras el jefe del Eurogrupo de ministros de Finanzas de la zona euro exigió "propuestas serias" de reformas.
INCERTIDUMBRE
Grecia necesita un acuerdo para destrabar los fondos congelados de su rescate o mejorar las condiciones sobre las emisiones de deuda que puede realizar a corto plazo antes del vencimiento de un pago de 1.600 millones de euros (1.800 millones de dólares) al FMI a finales de junio.
"Donde hay voluntad hay un camino, pero la voluntad debe venir de todos los lados, por lo que es importante que sigamos dialogando", dijo Merkel durante una conferencia en Berlín.
No obstante, pese a las advertencias de una suspensión de pagos inminente, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, no mostraba señales de alarma.
Su primera aparición tras volver de Bruselas el jueves fue en un concierto al aire libre para celebrar el retorno de las transmisiones del canal televisión estatal ERT, cerrado hace exactamente dos años por los recortes exigidos por los acreedores del país.
La renovada incertidumbre afectó a los mercados europeos e hizo caer al principal índice bursátil de Grecia .ATG el viernes.
El tabloide alemán Bild reportó que el Ejecutivo germano mantenía "consultas concretas", entre ellas sobre la introducción de controles de capital que restrinjan la retirada de efectivo de bancos en Grecia y las transferencias al extranjero si el país cae en el impago.
Tsipras tiene problemas para mantener las promesas que hizo antes de las elecciones de enero.
Se comprometió a acabar con la ola de austeridad impuesta por los gobiernos previos por orden de los prestamistas.
También necesita mantener al país en la zona euro, ya que una encuesta esta semana mostró que un abrumador 77,4 por ciento de sus ciudadanos está a favor de mantener la moneda común.
Pero los acreedores exigen más austeridad aún y se niegan a dar más ayuda hasta que Atenas se dé por vencido, elevando el riesgo de una cesación de pagos y una salida de la zona euro.
FUENTE: Reuters