El ataque contra un centro del poder afgano, sumado a una serie de emboscadas exitosas para los talibanes en otras partes de la nación, generó cuestionamientos sobre la capacidad de las fuerzas de seguridad locales -entrenadas por la OTAN- de enfrentarse a la insurgencia.
La violencia ha aumentado vertiginosamente en Afganistán desde la salida de la mayoría de las fuerzas extranjeras a finales del año pasado.
Los insurgentes están avanzando para ocupar nuevos territorios más de 13 años después de la intervención militar liderada por Estados Unidos que sacó a los talibanes del poder.
La retirada de las fuerzas extranjeras y una reducción en los ataques aéreos de Estados Unidos han permitido que los combatientes talibanes lanzar varios ataques en importantes provincias afganas.
En el ataque contra el Parlamento de la capital resultaron heridos al menos 19 civiles, entre ellos cuatro mujeres, dijo Sayed Kabir Amiri, un funcionario de salud que coordina los hospitales de Kabul.
El atentado empezó cuando un combatiente islamista hizo estallar un vehículo lleno de explosivos en las puertas del Parlamento, dijo Ebadullah Karimi, portavoz de la policía de Kabul, dejando dudas sobre la forma en que el atacante pudo haber sobrepasado varios controles de seguridad.
Seis hombres armados tomaron posiciones en un edificio cercano al Parlamento, añadió. Las fuerzas de seguridad los mataron después de un tiroteo de casi dos horas.
El jefe de la policía de Kabul, Abdul Rahman Rahimi, dijo que todos los legisladores estaban a salvo. Imágenes de televisión mostraron al presidente del Parlamento sentado calmadamente y a otros legisladores abandonando el edificio, envuelto en polvo y humo, sin manifestar pánico.
Un portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, se atribuyó la responsabilidad por el atentado.
"Hemos lanzado un ataque contra el Parlamento, ya que había una reunión importante para presentar al ministro de Defensa del país", dijo por teléfono.
La retirada de las fuerzas extranjeras y una reducción en los ataques aéreos de Estados Unidos han permitido que los combatientes talibanes, que gobernaron al país entre 1996 y 2001, lanzar varios ataques en importantes provincias afganas.
El segundo distrito en quedar bajo el control de los rebeldes talibanes el lunes se encontraba en la provincia norteña de Kunduz. Las autoridades dijeron que cayó porque no llegaron refuerzos para defenderlo.
Los talibanes capturaron el distrito de Dasht-e-Archi un día después de que cientos de militantes ocuparon el cercano distrito de Chardara.
RELEVAMIENTO Y EDICION: Maria Belen Serra
FUENTE: Reuters
