A pocos días de la apertura de los juegos olímpicos en Rio de Janeiro, las protestas en contra del gobierno interino de Michel Temer no cesan. Miles de manifestantes se agolparon en diferentes ciudades brasileñas, al pedido de restauración democrática y de restitución de la presidenta al poder. Bajo la convocatoria del Frente Pueblo Sin Miedo y Movimientos de los Trabajadores Sin Techo (MTST), los ciudadanos se expresan en contra de las medidas adoptadas por el gobierno de Temer, gestión atravesada por demasiados casos de corrupción que vinculan a ministros, obligados por las circunstancias, a presentar su dimisión. Con medidas políticas marcadas por una fuerte orientación privatizadora y de recorte fiscal, la imagen del presidente interino enfrenta cada vez de manera más evidente, fuertes cuestionamientos. En este marco de convulsión política, se sumaron también, fuertes protestas en contra de la posible privatización de la estatal Petrobras.
Mientras la crisis parece no dar tregua, aun en víspera de un evento que tendrá los ojos del mundo puestos en el país, se prepara para el día 5 de agosto, fecha de comienzo de los juegos olímpicos, otra fuerte manifestación, bajo la consigna “Fora Temer”, incluso se han programado desde las organizaciones, diversas actividades, en repudio al gobierno interino, acusado de montar un “gobierno ilegítimo”.
Del otro lado, cientos de ciudadanos se expresaron en contra de la vuelta de Dilma al poder; sectores opositores al Partido de los Trabajadores, se movilizaron en quince estados del país, en días en los que se conocía la noticia de que el ex presidente Luis Inàcio Lula Da Silva, era acusado formalmente de obstrucción de la justicia por el escándalo Lava Jato.
Mientras tanto, la situación del Impeachment pareciera tener una fecha tentativa de resolución, siguiendo el cronograma presentado por la Corte Suprema de Brasil. La votación sobre el juicio político podría darse en septiembre; la misma se iniciaría el día 29 de agosto, llegando a durar aproximadamente una semana, en función de los plazos previstos. Además, se especula con la fecha definitiva de resolución, en vistas de la próxima cumbre del G20 en China, y teniendo en cuenta la necesidad de alcanzar la estabilidad política que garantice una participación satisfactoria en la misma.
El panorama es sombrío a las puertas del comienzo de los juegos olímpicos; la policía ha detenido a sospechosos de estar vinculados con el Estado Islámico, en un contexto internacional de fuerte preocupación e incertidumbre respecto a atentados cada vez menos convencionales.
Resta entonces, esperar el inicio del juicio, para conocer cuál será el resultado; para apartar definitivamente a Rousseff del cargo, se precisa que dos tercios de los 81 senadores voten a favor de la destitución en este escenario, seis senadores de los 59 que respaldaron el juicio político, deben cambiar su posición al respecto. La defensa de la presidenta, por su parte, ya ha presentado sus alegatos finales, en un documento de más de 500 páginas que reúne todas las pruebas recabadas hasta el momento. La crisis económica y política que vive Brasil, parece intentar oscurecer la luz de la antorcha olímpica, que pese a las circunstancias, se mantiene encendida y expectante.
(*) Analista Internacional del Centro de Estudios Políticos e Internacionales (CEPI)