La Unión Europea se mostraba este lunes dividida sobre una mayor cooperación militar en el bloque, en un contexto de incertidumbre después que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, cuestionara el compromiso de apoyo militar mutuo en el marco de la OTAN.
"Ya no es el momento de reflexiones teóricas o abstractas sobre la defensa europea (...), es el momento de tomar decisiones muy concretas que pueden tener un impacto inmediato", defendió en Bruselas la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
Mogherini hizo estas declaraciones a su llegada a una reunión de los 28 cancilleres europeos, a quienes se sumaron durante la tarde los titulares de Defensa para debatir sus planes sobre una mayor defensa común que no generan la unanimidad en una UE en "crisis existencial" desde el Brexit.
Francia, Alemania, Italia y España lideran los partidarios de esta Europa de la defensa, porque "independientemente del resultado de las elecciones estadounidenses", los europeos tienen que asumir más responsabilidades, en palabras de la titular de defensa alemana, Ursula von der Leyen.
Por su parte, el ministro de Defensa de Reino Unido, Michael Fallon, el país más reticente a avanzar hacia una Europa de la defensa, urgió a sus socios a dejar de "soñar con un ejército europeo" y a aumentar su gasto militar nacional al 2% del PIB como estipula la OTAN.
Para Fallon, "es hora de que otros países europeos (...) aumenten sus propios gastos de defensa. Esa es la mejor reacción posible ante la presidencia de Trump". Reino Unido, Estonia, Grecia y Polonia son los únicos de los 22 miembros de la UE en la OTAN que cumplen con el 2%.
Donald Trump subrayó durante la campaña la necesidad para los miembros de la Alianza Atlántica de cumplir con este objetivo, si quieren el apoyo militar de Estados Unidos, unas declaraciones criticadas por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al considerar "incondicional" la ayuda mutua.
Para muchos, la marcha de Reino Unido y la victoria de Trump deberían representar un avance hacia una mayor defensa común europea, si bien en los últimos días varios países han expresado sus reticencias, como Suecia, Irlanda o Austria, que una fuente europea califica como "neutrales".
Los países anteriormente en la órbita soviética prefieren, por su parte, el paraguas de una OTAN fuerte liderada por Washington, ante la creciente amenaza de Rusia tras su anexión en 2014 de la entonces península ucraniana de Crimea, precisó esta fuente.
La aparente buena sintonía entre Trump y el presidente ruso, Vladimir Putin, también inquieta a un bloque que empieza apenas a recuperarse del crash financiero de 2008 y logró reducir a mínimos la llegada de migrantes mediante un controvertido acuerdo con Turquía.
Y la elección en Moldavia y en Bulgaria, este último miembro de la UE, de presidentes prorrusos no ayuda a calmar estas preocupaciones. "No habrá cambio en materia de política extranjera" en Bulgaria, ya que "el presidente no tiene tales poderes", explicó en cambio el politólogo Antoniy Todorov.
FUENTE: El Mundo
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Abbondanzieri