Uno de los epicentros de las noticias, análisis y especulaciones gira desde el mes de enero alrededor de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). Las imágenes del 30 de abril en la madrugada, con un pequeño grupo de integrantes de la Guardia Nacional Bolivariana pasándose de bando, pusieron ese tema en el centro de todas las hipótesis. Algunos afirmaron que el quiebre era inminente, otros minimizaron los hechos del 30 por su dimensión reducida sin efecto de encadenamiento en cuarteles y altos mandos.
En ese contexto, el presidente Maduro apareció el jueves por la mañana en un acto en el Fuerte Tiuna, una de las principales instalaciones militares del país, situada en Caracas. A su lado estuvieron los altos mandos de la FANB y 4500 militares de todos los componentes.
Allí se refirió al escenario, los enemigos y los retos: “Estamos dando un combate contra el imperialismo, los traidores y golpistas, un combate en todo el frente, toda la línea, por la defensa de nuestra dignidad, nuestro honor, el derecho a existir de nuestra República, y de nuestra identidad nacional, la FANB tiene que mostrarse ante el pueblo unida, cohesionada, cada vez más disciplinada, subordinada al mando constitucional, cada vez más obediente a los principios y valores, tiene que mostrarse como una fuerza nacional de paz, democrática, constitucionalista, bolivariana”.
La presencia del general en jefe Vladimir Padrino López tuvo particular importancia, en vista de las declaraciones que habían sido dadas en días anteriores por el secretario de defensa norteamericano, John Bolton, y el encargado especial para la cuestión venezolana, Elliot Abrams. Ambos habían afirmado que Padrino López, así como otros altos mandos, había estado involucrado en un acuerdo para desconocer a Maduro y alinearse con Juan Guaidó, para poner en pie un gobierno compartido. Abrams afirmó que existían quince puntos acordados y que, a última hora, quienes se habían comprometido no habían pasado al acto.
Las declaraciones de Bolton y Abrams tuvieron varias lecturas: que Padrino López era parte del plan golpista, que había dado una falsa palabra para engañar y crear un salto al vacío, o que se trataba de una operación norteamericana para sembrar dudas, crisis y sospechas en el seno de la dirección del chavismo. El general en jefe, que ayer y anteayer ya había demostrado su apego a la constitucionalidad, hizo una demostración clara para zanjar las dudas que todavía circulaban.
“Están buscando la manera de ponernos a enfrentarnos a plomo limpio y no estamos aquí para destruirnos nosotros mismos, estamos aquí para defender la Patria, así como nos mostramos ante el pueblo, unidos, cohesionados, conscientes del momento histórico que estamos viviendo, tenemos que seguir por ese camino, luchando por nuestra independencia, que es lo más sagrado”, afirmó Padrino López, al lado de Maduro y otros altos mandos como el comandante estratégico operacional de la FANB, Remigio Ceballos, frente a tropas y oficiales.
La imagen fue de contundencia, en particular en contraste con el pequeño grupo militar que encabezó la acción el 30 por la mañana, acompañado por civiles armados, como se ha visto en imágenes. Varios de esos hombres de la Guardia Nacional Bolivariana están escondidos en la embajada de Brasil. El presidente Jair Bolsonaro, quien se ha mostrado desde el inicio firme en el respaldo a Guaidó, afirmó que la acción del 30 no tenía “ningún aspecto de una rebelión seria o de una posibilidad real de que eso acabase resultando en una caída del gobierno”. Hamilton Mourão, vicepresidente brasileño, afirmó: “Hubo precipitación, pero no hay vuelta atrás”.
El acto del jueves del presidente con la FANB tuvo un efecto de cierre de las 48 horas más complejas atravesadas desde que Guaidó fue nombrado presidente por Donald Trump. El presidente norteamericano, quien afirmó seguir de cerca los acontecimientos en Venezuela, brindó una entrevista en la noche del miércoles para referirse a la situación y las posibles soluciones que preparan desde EE.UU.
“Hay muchas opciones abiertas (…) algunas no quiero mencionarlas porque son muy duras”, sostuvo en primer lugar. Luego agregó: “Hacemos todo lo que podemos hacer, con excepción del recurso extremo (…) hay gente que quiere que apeláramos al recurso extremo, pero tenemos muchas opciones abiertas”, afirmó, en una postura que mantiene desde septiembre del 2017 cuando comenzó a plantear la posibilidad de una salida militar que, a partir de allí, utilizó como mecanismo de presión sin nunca dar un paso mayor en una posible activación real. Trump subrayó su apoyo a Guaidó, acusó a los gobiernos de Cuba y Rusia de ser quienes permiten que el gobierno todavía siga en pie, y afirmó que Maduro “está perdiendo mucho control”. Anunció que “muchas cosas van a suceder la próxima semana, y acaso antes.”
Las imágenes de Maduro proyectaron unidad y solidez.
FUENTE: Página 12
EDICIÓN Y RELEVAMIENTO: Santiago Toffoli