Martes, 03 Mayo 2011 13:39

Al Fatah & Hamas: ¿Una Cuestión de Realpolitik?

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acuerdo_hamas_al_fatahLas dos principales facciones palestinas alcanzaron un acuerdo de unidad en Egipto. ¿Cuáles son sus alcances y cuáles las posibilidades de que perdure? La reacción de Israel y Estados Unidos. El rol de Egipto en el acuerdo

 

Las dos principales facciones palestinas alcanzaron un acuerdo de unidad en Egipto. ¿Cuáles son sus alcances y cuáles las posibilidades de que perdure? La reacción de Israel y Estados Unidos. El rol de Egipto en el acuerdo

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acuerdo_hamas_al_fatahDías atrás se dio a conocer que las divididas facciones palestinas, Al Fatah –que gobierna el territorio de Cisjordania– y Hamas –que controla la Franja de Gaza– alcanzaron un acuerdo preliminar que posibilitaría la unión de ambas en pos de la conformación de un Gobierno de unidad nacional. De esta forma, dicho acuerdo buscaría no solo dejar atrás las diferencias existentes entre las agrupaciones palestinas sino que además pretendería dar lugar a la formación de un gobierno interino "en cuestión de días" y poder así convocar a elecciones generales el próximo año.

El entendimiento se produjo luego de una serie de conversaciones mantenidas en secreto entre las delegaciones palestinas, las cuales se celebraron en El Cairo. En representación del grupo nacionalista Fatah asistió Azam al Ahmad y por la organización islamista Hamás, Musa Abu Marzuk. La reunión se organizó tras las facilitaciones que prestó Egipto a ambas facciones para llevar a cabo consultas vinculadas sobre la reconciliación, según informó la Agencia de Noticias de Medio Oriente (MENA).

Ahora bien, ¿cuán sólido es el acuerdo? El alcance y la concreción de las medidas estipuladas dependen de que este nuevo intento de unión se apoye sobre bases consolidadas, duraderas. ¿Es esto posible? Hay que tener en cuenta que la relación entre las principales facciones palestinas durante los últimos años ha atravesado altibajos constantes, desde distanciamientos a nivel político hasta violentos enfrentamientos. En este sentido, se debe recordar que las tensiones existentes entre ambos comenzaron a agravarse luego de la muerte del líder palestino, Yasser Arafat, en 2004.

En el año 2006, la implementación del llamado "Plan de Desconexión de Gaza" impulsado por el entonces Primer Ministro de Israel, Ariel Sharon, gestó, sin quererlo, el marco propicio para el avance de Hamas sobre esta parte del territorio palestino. En efecto, Sharon impulsó el retiro de las fuerzas israelíes y el desmantelamiento de los asentamientos judíos de Gaza de manera unilateral. Producto de esta coyuntura un movimiento netamente político terminó facilitando la llegada de la agrupación islamista al poder. Hamas, capitalizando la retirada israelí como una victoria política propia, ganó mayor popularidad entre el pueblo palestino siendo este apoyo lo que le ayudó a alcanzar la victoria en las elecciones efectuadas ese mismo año.

Luego de la victoria electoral de Hamas, se intentó conformar un gobierno de coalición junto con Al Fatah, gracias a la mediación de Arabia Saudita, pero el mismo fracasó y se desmoronó en 2007, desencadenado una escalada de violencia entre los dos bandos. Esta crisis llevó a la división en el control físico y político de los territorios palestinos que existe hoy. Desde hace dos años ambos lados han intentado arribar a un acuerdo, sin embargo esto recién ahora parece vislumbrarse.

La historia reciente en la política palestina, colmada de desacuerdos, tensiones y conflictos hace, si no dudar, al menos pensar cautelosamente en las posibilidades que tiene un futuro gobierno de unidad nacional.

Según las declaraciones realizadas por diferentes representantes palestinos durante el encuentro, "todas las diferencias fueron superadas". ¿Cuánto de cierto hay en estas apreciaciones? Sólo el transcurso de los acontecimientos lo dirá. Sin embrago, se pueden esbozar al menos dos cuestiones a considerar. En primer lugar, tener presente que las conversaciones entre ambas delegaciones todavía prosiguen y este momento de pública reconciliación, lejos de implicar que todo ya esté definido.

Fue un primer entendimiento inicial entre las partes. Aún restan numerosas cuestiones a definir al interior de la cúpula política palestina – como quién controlará las fuerzas de seguridad en ambos territorios, cómo se enfocará la relación con Israel, entre otras –. En segundo plano, pero no por eso menos importante, se debe observar la reacción y el futuro accionar de Occidente para con esta unión. Hasta el momento el gobierno norteamericano se ha mostrado cauteloso y expectante, manifestando someramente que "si Hamas va a jugar un rol constructivo, primero debe renunciar a la violencia, reconocer el derecho de Israel a existir y respetar los acuerdos pasados".

"Un Error Fatal"

Mientras tanto, con estas palabras sentenció el acuerdo el Presidente israelí, Shimon Peres, quien declaró que "la reconciliación es un error fatal que va a destruir cualquier esperaza de establecer un Estado palestino independiente". Por su parte, el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu afirmó que "La Autoridad Nacional Palestina debe decidir si está interesada en la paz o en un Gobierno de unidad con Hamas. Es imposible que haya paz con Israel y también con Hamas que dice en público que su aspiración es la destrucción del Estado de Israel.

Hamas dispara cohetes contra nuestras ciudades y niños. La sola idea de una reconciliación con Hamas refleja la debilidad de la Autoridad Palestina". En similar sintonía, el ministro de defensa de Israel, Ehud Barak, manifestó su preocupación por la reciente reconciliación palestina al sostener que "Israel nunca podrá negociar con una organización terrorista como Hamas, quien atenta contra la existencia misma del Estado judío".

Gran parte de las autoridades y de la prensa israelí adjudican el motivo de este "sorpresivo" acuerdo a la debilidad que presentarían Al Fatah y Hamas ante un contexto regional revolucionado. "Este acuerdo nace del pánico, un gran pánico", sostuvo el ministro de Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, al señalar que el gran aliado de Hamas, el presidente Bashar al Assad de Siria, está ante una situación de inestabilidad que lo hacer dudar de su futuro en el poder y esto puso en alerta a los dirigentes de la facción islamista.

Pensando en un Estado Palestino

Diferentes interpretaciones se hicieron escuchar alrededor del mundo entero momentos después de conocida la noticia. Algunos analistas ponían el acento en que dicho pacto de unidad venía a conformarse en un momento de debilidad de ambas partes. Otros hacían hincapié en los grandes cambios que se están gestando en el mundo árabe y remarcaban las movilizaciones que emprendió en el último tiempo la juventud palestina al interior de Gaza reclamando por la unidad nacional.

Sin dejar de reflexionar en estos elementos, es posible sumar al análisis el hecho de que el Presidente palestino, Mahmud Abbas, viene desarrollando persistentes gestiones en el seno de Naciones Unidas con el objetivo de conseguir el apoyo de la comunidad internacional en el mes de septiembre, para constituir un Estado independiente basado en las fronteras de 1967. Dentro de esta iniciativa, la unidad palestina aparece como un componente central al momento de pensar en lograr un Estado nacional.

En este sentido, una lectura del contexto regional imperante hoy en el mundo árabe y de las tratativas que se despliegan dentro de Naciones Unidas, parecería indicarles un camino de acción marcado por sus intereses nacionales. El pragmatismo, que pudo haberse extendido sobre la decisión de Fatah y Hamas de dejar de lado las desavenencias y dar curso a una nueva relación entre ellos, parece ser una cuestión clave en la actualidad de la Autoridad Nacional Palestina.

El Rol de Egipto

Una cuestión interesante a pensar también, es el rol que se propone asumir Egipto para con la región, ahora sin la presencia de Hosni Mubarak en el poder. Las ataduras y limitaciones que antes hubiesen contenido cualquier intento de contactar y mediar entre Al Fatah y Hamas hoy parecen no estar. El Egipto de hoy si bien no se muestra como opositor y rival, sí hace dudar en su continuidad como aliado estratégico para Israel.

Recordemos que días después de que Mubarak debiera abandonar la presidencia ante el pedido multitudinario de su población, las autoridades egipcias –ahora a cargo del ejército– permitieron el paso por el Canal de Suez a dos buques iraníes. Un comportamiento antes impensado. Hace unos días brindó la oportunidad de encuentro entre las facciones palestinas. Asimismo, el ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Nabil al Arabi, anunció que su gobierno piensa reabrir el paso fronterizo de Rafah, que lo une con Gaza con lo cual se rompería el bloqueo a que esa zona viene siendo sometido desde hace años, tanto por Israel como por Egipto. No son gestos radicales en la relación con Israel, pero sí marcan una posición distinta de Egipto para con los países de la región, ¿será esto el comienzo de una nueva relación con los países árabes?

 

(*) Analista Internacional de la Fundación para la Integración Federal

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