La agencia rebaja la calificación de la deuda pública a Francia y Austria de su máximo de AAA a AA+ y además rebaja dos escalones la nota a España, Italia, Portugal y Chipre. La rebaja ha afectado a nueve países de la eurozona
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La agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) ha asestado un duro golpe a la zona euro. La firma estadounidense decidió a última hora del viernes una rebaja masiva (a nueve países) de las notas de solvencia en plena crisis de la deuda. Cumple con ello con la amenaza que lanzó en vísperas de la última cumbre europea y ante el atasco de los dirigentes de la Unión Europea para encontrar una solución a los problemas de la moneda única.
La rebaja más importante es la que aparta a Francia de los países con la máxima nota, la AAA. Ese recorte, que también sufre Austria, dificulta además la financiación del fondo de rescate que las autoridades europeas habían diseñado como principal arma disuasoria frente a la desconfianza en la solvencia de los países periféricos. Estos últimos también sufren un nuevo recorte de su calificación, de dos grados en el caso de España, Italia, Portugal y Chipre. Además de Francia y Bélgica, también pierden un escalón Malta, Eslovaquia y Eslovenia. La agencia, en cambio, reafirma la calificación de cuatro países con la triple A (Alemania, Holanda, Finlandia y Luxemburgo) y de otros tres con nota inferior (Bélgica, Irlanda y Estonia).
Standard & Poor's justifica su decisión en base a lo que, afirman, es el fracaso europeo para dar una respuesta eficaz a la crisis del euro. Sus analistas creen que los acuerdos de la cumbre del 9 de diciembre pasado –que eufóricamente se bautizó 'cumbre para salvar el euro'– no han dado resultados y alertan sobre la crisis política, financiera y monetaria de la zona euro. Pero, además, la agencia toma en cuenta las pobres perspectivas de crecimiento de los países de la moneda única, que se encuentran al borde de una recesión que se da ya por segura en diferentes países, entre ellos España.
Aunque no se puede dejar de señalar que, dados los antecedentes de las tres agencias de calificación que han sido cuestionadas por su papel en el estallido de la crisis financiera y económica de 2008 y de las presiones políticas que han ejercido sobre la Casa Blanca y los gobiernos europeos, la rebaja en la calificación de la deuda francesa pueda estar atada a la intención manifestada por el presidente Nicolas Sarkozy de aplicar la Tasa Tobin sobre las transacciones financieras que se efectúen en territorio francés.
La pérdida de la máxima calificación crediticia de Francia y la rebaja de las notas de casi todos los demás países de la eurozona por parte de Standard & Poor's puede suponer un duro golpe para el coste de financiación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), dotado con 440.000 millones de la Unión Europea gracias a las garantías de los países de la Eurozona.
No es sólo el sobrecoste de financiación para cada país. Este fondo tiene la máxima nota de las tres grandes agencias de 'rating' gracias a la 'triple A' que ostentaban, hasta ahora, Alemania, Francia, Austria, Países Bajos, Luxemburgo y Finlandia. Ello le permite captar fondos a un precio razonable para luego prestarlos a Irlanda, Portugal y, cuando se concrete el segundo rescate, a Grecia.
De confirmarse la rebaja de la nota de Francia y Austria supondría con casi toda seguridad la degradación también del FEEF, lo que encarecería sus costes de financiación y cuestionaría los rescates en marcha. Así, si los países de la eurozona quisieran mantener la 'triple A' del fondo sin aumentar el dinero garantizado, este perdería fondos para el apoyo de futuros rescates.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ya avisó en diciembre de que "las consecuencias de que Francia pierda la 'triple A' para el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera" constituyen "una cuestión importante". "Estamos trabajando activamente en todos los posibles escenarios, y no sólo en éste de Francia", explicó Draghi en una comparecencia en la Eurocámara.
A su juicio, la "mejor respuesta" debe ser "acelerar" la puesta en marcha del fondo de rescate permanente, el denominado mecanismo europeo de estabilidad (MEDE). "Y la recapitalización del MEDE también debería acelerarse", ha sostenido.
A diferencia del actual mecanismo de rescate, el fondo permanente contará con capital desembolsado por valor de 80.000 millones, lo que le permitirá mantener con más facilidad la máxima calificación crediticia.
Los líderes europeos se han comprometido a adelantar al 1 de julio de este año la puesta en marcha del MEDE (en lugar de junio de 2013 como estaba previsto). Además, en marzo revisarán la dotación de 500.000 millones de euros de este mecanismo, aunque la canciller alemana, Angela Merkel, ya se ha negado en varias ocasiones a aumentarla.
Las reacciones no se han hecho esperar. El presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, ha señalado que la zona euro tiene la "determinación" de mantener la 'triple A' del Fondo de Rescate Europeo, después de que Francia y Austria –dos de los países que sostenían la máxima calificación– vieran rebajadas sus notas. Por su parte, la Comisión Europa ha replicado a la agencia al considerar "aberrante" su decisión.