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Domingo, 23 Noviembre 2025 10:58

En paralelo Destacado

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Show de Javier Milei en el Movistar Arena Show de Javier Milei en el Movistar Arena

Llévate del aire el perfume de tu pelo
¿No ves que yo no sé qué hacer...
... con mis dos universos paralelos?

“Universos paralelos” - Jorge Drexler

Mientras en aquella vieja canción del epígrafe, el uruguayo Jorge Drexler no sabía como lidiar con sus dos universos paralelos, el Gobierno libertario que supimos conseguir, por ahora y sólo por ahora diría el relator, parece manejarse a sus anchas en un contexto donde, efectivamente, pasan cosas, pero nadie parece usufructuarlas. La potencia del relato oficialista, en el cual incluimos a la parafernalia comunicacional que lo acompaña, no logra evitar que las malas nuevas se sigan sucediendo, fundamentalmente por el sistema de goteo, pero lo que queda por saberse es si la piedra será finalmente horadada o si deberemos acostumbrarnos, definitivamente, a un nuevo modelo social, con no pocos puntos de encuentro con los de la década del 90’.

El libertarismo se encuentra, tal vez, en su momento de mayor solidez política. Incluso en mejores condiciones que a comienzos de su gestión, donde la devaluación propiciada allá por diciembre de 2023, impidió que la famosa luna de miel iniciática, nunca se proyectara más allá del 56% que lo había elegido en el balotaje.

Dos razones cimentan su momento: el triunfo electoral del 26 de octubre y la debilidad opositora. De la primera digamos que el 40% de los votos violetas resultó lo suficientemente contundente para no dejar dudas sobre las preferencias de las mayorías y de la segunda, quedó repartida entre la funcionalidad que demostraron los opositores de última instancia (léase Provincias Unidas y adyacencias que habían resultado un sostén estratégico en la sanción de leyes claves para el mundillo violeta) y un peronismo que, habiéndose comportado como una verdadera estructura opositora, no supo y no pudo, re enamorar a la mayoría de los argentinos.

No deja de resultar sintomático el devenir de unos cuantos gobernadores que inicialmente fueron aliados (firmaron el famoso pacto de mayo que se suscribió en Julio), luego se transformaron en opositores de tal magnitud que se animaron a sancionar leyes que iban decididamente en contra de los intereses oficialistas, para, una vez conocidos los números en la noche del 26O, plantear la idea de diálogo, consenso y “coso”. El problema es que, más allá de las fotos y encuentros de rigor con el flamante ministro del Interior Diego Santilli, las soluciones (en mi Tablada natal le diríamos pesos) no aparecen. Ahí anda el gobernador salteño Gustavo Sáenz, de papelón en papelón, reclamando que “aparezca el poncho”. Por la Casa Gris, haciendo uso de cierta paz evangelista, aún esperan que los convoquen.

No sin tensiones, guste o no, el resultado electoral consolidó internamente al oficialismo. Karina Milei aparece como la gran ordenadora, los Menem siguen siendo protagonistas, Patricia Bullrich ya se muestra como una referente de peso en el próximo Senado de la Nación, Diego Spagnuolo parece dispuesto a no hablar habiendo contratado a un abogado especialista en eso de embarrar la cancha y la novedad del fin de semana viene de la mano de las designaciones de los futuros ministros de Defensa y de Seguridad.

Para el primero, Javier Milei decidió romper una tradición impuesta en los cuarenta años de democracia que ponía al frente del ministerio a civiles, en una clara señal de subordinación de las fuerzas militares. Para colmo de males, el nombre propio elegido (Carlos Presti) resulta hijo de un militar denunciado por violación a los derechos humanos y que murió impune. Es claro que nadie debe portar con los hechos de nuestros padres, pero, de cara a lo que viene, bien vale poner especial atención al accionar del flamante funcionario en áreas tan sensibles para buena parte de la sociedad. 

No deja de resultar interesante el análisis de los voceros mediáticos del gobierno en esta bella mañana de domingo que despunta: describen la situación de desastre en que asume Presti respecto de la Obra Social de las Fuerzas Armadas (IOSFA) y el deterioro salarial del personal militar como si ambas circunstancias resultaran un hecho de la naturaleza y no el producto al que se llega luego de la gestión de casi dos años del actual ministro Luis Petri, a la sazón diputado electo por la provincia de Mendoza.

Para la flamante ministra designada, Alejandra Monteoliva, digamos que garantiza la continuidad del modelo Bullrich y que no resulta una improvisada en el tema ya que fue funcionaria de José Manuel de la Sota, allá por comienzos de la década pasada, cargo del que resultó eyectada por un amotinamiento policial histórico en la provincia de Córdoba.

Pero en paralelo siguen sucediendo cosas:

  • El caso $Libra tuvo su capítulo legislativo al conocerse el informe de la comisión investigadora de la Cámara de Diputados la cual, conducida por el diputado lilito Maximiliano Ferraro, llegó a la conclusión de que la estafa pudo realizarse con la participación necesaria del Presidente y que habrá que revisar el accionar judicial del fiscal Eduardo Taiano y del juez Marcelo Martínez de Giorgi que han planchado la causa.

  • La directora nacional de Desarrollo Regional y Sectorial, Ornella Calvete, dependiente del Ministerio de Economía de la Nación renunció a su cargo dado que en las investigaciones judiciales por el caso ANDIS, se le encontraron unos pocos U$s 700.000 en su casa. La joven resulta hija de Miguel Calvete, hombre al que su pasado (y presente) le calza de manera perfecta con el concepto de casta impuesto por el libertarismo gobernante. Hechos que suceden…

  • La UTA reclama por el pago en una sola cuota de los salarios y de los aguinaldos. El caso no deja de ser simbólico por tres de cuestiones. La primera, por la cercanía política con el oficialismo que intentaron alguna vez sus dirigentes; la segunda porque, parece, que ahora el área ha dejado de ser una caja negra donde conviven empresarios honestos y de los otros; y la tercera, porque el conflicto en ciernes puede ser pensado como una señal para el futuro en esto de los pagos diferidos.

  • Al ministro Luis Caputo le van a faltar la friolera de U$s 20.000 millones. La negativa de un grupo de bancos de poner ese monto en el sistema financiero argentino, actuó como el paso previo de un viernes donde el riesgo país volvió a subir (no baja de 600 puntos). La cuestión, siempre tan sensible a los voceros financieros, abre una especie de interrogante en los días por venir. 

  • La inflación no cede. Mientras el 1,1% en octubre de 2015 resultaba una afrenta a la buena administración de la macroeconomía, el 2,3% de estos tiempos es una clara señal de lo bien que se manejan las cosas en calle Hipólito Irigoyen 250 de C.A.B.A. Para mayores datos, noviembre no pinta muy distinto que octubre y la promesa libertaria de hablar de inflación con un cero delante se parece más a una especie de sueño húmedo violeta, antes que a un dato que pueda aparecer en el horizonte cercano.

  • La carne, ese producto tan argento como el fútbol que supimos conseguir, no cede en su lógica alcista. Mientras se conocen cifras oficiales en la caída de su consumo, se nos avisa que nuevos aumentos se avizoran en el horizonte de algunas semanas, ya que la cuestión estacional (qué pecado eso de comerse un asadito en las previas y durante las fiestas de fin de año), hará mella sobre los bolsillos de los argentinos.

  • Durante el fin de semana nos enteramos del despido de 30 trabajadores de la firma Essen, con base en Venado Tuerto. Según informa el diario El Ciudadano, hay rumores de que algo parecido podría suceder con la empresa de moto vehículos (entre otras cosas) Corven. Los casos, que se suman a una amplísima lista de empresas con problemas para su funcionamiento, resultan por demás de simbólicos. Con sede en China (Corven) o acuerdos con empresas de ese país (Essen), resulta más rentable importar los productos que desarrollarlos en la Argentina, ante lo cual, las firmas se re estructuran, achican personal y afinan su rol importador. La gran pregunta por este tiempo en la bota santafesina es dónde están los funcionarios provinciales que dicen gustar del grito allende la General Paz y mostrarse como fieles representantes del corazón productivo del país. ¿O será que el concepto de productividad sólo alcanza para todo aquello vinculado con la actividad primaria? “Qui lo sa”, tal vez la prensa bien pensante santafesina, siempre predispuesta para las preguntas agudas, pueda inquirir al gobernador Maximiliano Pullaro.

Los hechos suceden y, de alguna manera, nos acostumbramos a ellos. Rogando que no nos toque a nosotros en ese deterioro, el libertarismo y sus aliados, van. Desde el mundo libertario creen que nos dirigimos hacia un destino de grandeza, esa fachada que el conservadurismo argentino supo construir sobre el centenario de la patria. Por acá, más allá de las novedades electorales de rigor, damos por sentado que nada bueno se puede producir con tantos hechos funcionando en paralelo.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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