Pasados tres días del golpe de estado que destituyó al presidente Fernando Lugo en Paraguay, se hace imprescindible reflexionar sobre las causas y el contexto que desataron la maniobra destituyente
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Cuesta creer que las líneas siguientes se ocupen de contar la historia de un Presidente latinoamericano que fue destituido del cargo por su propio Congreso con una celeridad que marca escabrosos precedentes. En efecto, y en tiempo record, se montó un juicio sumarísimo por presunto "mal desempeño en sus funciones" que removió del cargo a Fernando Lugo quien se vio privado de todas las garantías de un debido proceso.
No hay que confundirse: la destitución no fue en nombre de ninguna democracia. Lo que sucedió aquí fue un asalto al poder, una extirpación a sangre fría de un Presidente que si bien no contaba con el apoyo político anhelado, había sido elegido democráticamente por el pueblo soberano paraguayo. Retomando palabras del propio Lugo, esto fue un "golpe parlamentario con ropaje jurídico". El ex clérigo aceptó con estoicismo esta gran farsa, mientas miles de paraguayos aclamaban en las calles que "el pueblo unido jamás será vencido".
Paraguay y la Crisis Interna
Pero, ¿como es que se llega a una situación tan extrema? Repasemos las variables más importantes para comprender semejante arrebato.
Desde su asunción en 2008 hasta entonces, la situación política de Fernando Lugo puede calificarse de endeble. En primer lugar, por el desencanto que provocó en el establishment acomodado de Paraguay que un ex eclesiástico de un giro hacia la política, se convierta en Presidente y ose de darle voz a los que nunca la tuvieron. Los aciertos y derrotas en materia de mejoras para los sectores más vulnerables y marginados es harina de otro costal, imposible de abarcar en profundidad en este artículo.
En materia económica, los números "macro" muestran exitosas tasas de crecimiento, pero este año la economía se contraerá por lo menos -1,5 %. De acuerdo con datos del Banco Central, esto será el resultado de dos graves problemas: la extendida sequía que redujo a la mitad la cosecha de soja y un brote de aftosa que bloqueó el acceso a los mercados de carne. Con menos recursos y crecientes gastos, Lugo lanzó un plan anticrisis que incluyó algunos nuevos impuestos sobre los granos. La reforma agraria, se aleja cada vez mas, en un país donde el 2% de la población posee el 85% de las tierras Durante su gobierno la brecha se amplió en vez de reducirse ya que grandes masas de campesinos fueron desplazados para ampliar los cultivos de soja que permitieron a Paraguay crecer 15% en 2010.
Pero es imperioso aclarar, que para Fernando Lugo las cosas nunca fueron sencillas, lo poco o mucho que se haya conseguido en materia de avances, se ve opacado por los problemas económicos sociales y políticos, que se han convertido en estructurales, y seguirán siendo en la medida que los sectores mas poderosos de Paraguay sean reticentes a los cambios, y se aferren al statu quo imperante. Lo que los poderosos no se le perdonan, y los mas desprotegidos consideran una gran conquista, es que el Presidente destituido logró posicionar en la arena política, como un actor importante a este sector social olvidado, otrora acostumbrado a obedecer mansamente lo que la derecha tenía preparado para ellos.
Por el lado político, el Presidente no solo padeció los tironeos constantes dentro de la coalición que se formó para gobernar sino que tampoco contó con apoyo parlamentario, teniendo tres senadores en un total de 48, y apenas dos diputados en un total de 80.
Para completar el panorama, su vicepresidente Federico Franco –quien nunca ocultó su objetivo de convertirse en Presidente– mantuvo una enconada interna con Lugo desde su toma de posesión. Franco pertenece al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) que tiene la mayor bancada del gobierno (14 senadores y 29 diputados), proveyendo de un armado político a la heterogénea alianza que sustentó el poder político de Lugo.
Todo esto demuestra que los aires destituyentes flotaban desde hace tiempo en torno a Lugo, un mandatario que pagó los costos de haber llegado al mas alto cargo político de un país, apoyando a los campesinos que reclamaban por sus necesidades siempre olvidadas.. Tal vez el punto débil haya sido no haber podido consolidar la multitudinaria pero heterogénea fuerza social que sirvió de apoyo para que Lugo llegue al poder.
La oportunidad para desplazarlo llegó el pasado 15 de junio cuando el desalojo llevado adelante por la policía en la localidad paraguaya de Curuguaty, al norte del país, culminó de manera lamentable: 17 personas fallecidas. Esto generó la retirada del Ministro del Interior y del Jefe de Policia obligando a Lugo, asfixiado por las presiones internas, a designar como nuevo Ministro a un miembro del Partido Colorado, Rubén Candia, ex fiscal general del último presidente colorado, Nicanor Duarte Frutos (2003-2008). La furia no tardó en desatarse entre sus aliados del Partido Liberal. El PLRA realizó la macabra jugada de romper la coalición de gobierno y unirse a su rival, el Partido Colorado provocando con los sucesos posteriores, el mayor acto de patoterismo que ha sufrido, en este último tiempo, la democracia paraguaya y todo el Cono Sur.
Todo esto, a pesar de los intentos de Lugo por calmar la situación, quien ordenó crear una comisión especial investigadora, de la que participó la Organización de Estados Americanos (OEA), en pos de esclarecer lo acontecido en el enfrentamiento. Su destino ya estaba marcado: el jueves 21 de junio, la Cámara de Diputados de Paraguay aprobó el inicio de juicio político contra Lugo por su responsabilidad en el enfrentamiento seguido de muerte entre policías y campesinos, bajo argumentos de que su mal desempeño político generaba inestabilidad y violencia.
Esta situación dio paso a la instancia de impeachment, que tenia la sentencia firmada de antemano. Los esfuerzos maratónicos por preparar la defensa del acusado, en sólo un día fueron en vano: los 39 diputados que votaron por la destitución ya sabían que es lo que debían hacer, dando cuenta así del abandono hacia Lugo por parte de la clase política paraguaya. Horas después del dictamen, asumía Federico Franco.
Panorama Regional
Desde la nueva presidencia se hizo oídos sordos a todos los reclamos que provenían del exterior, principalmente de los presidentes de los países vecinos y miembros de los Organismos de más peso regional, tales como La Organización de Estados Americanos (OEA), MERCOSUR Y UNASUR. Federico Franco encabeza ahora un gobierno que se arriesga al aislamiento diplomático, particularmente en Latinoamérica
La rápida reacción de dichos Organismos, es para destacar. Encabezados por Brasil y su canciller, Antonio Patriota, los Ministros de Relaciones Exteriores se desplazaron a Asunción para intentar llevar un halo de paz en lo que se preveía terminaría en catástrofe. Todas las voces del continente se alzaron. El mensaje mas enérgico vino desde Argentina, donde la presidenta Cristina Fernández aseguró que no va a convalidar' aquello que califica como "golpe de Estado". También Ecuador, Bolivia, Venezuela, la República Dominicana, Cuba y Perú se negaron a reconocer a Franco como Jefe del Estado. Los intermedios fueron Guatemala y México que cuestionaron el modus procedendi del juicio político, pero no acusan recibo sobre la ruptura institucional. Estados Unidos se mantuvo en una tibia posición sobre si el juicio político al presidente paraguayo Fernando Lugo constituyó o no un golpe de Estado encubierto. Sólo se pronunció a favor del "debido proceso" y objetivamente dejó la búsqueda de una solución de los países del Cono Sur.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó ayer que el juicio político a Lugo fue "altamente cuestionable", por la manera expedita en que se realizó.
Y Ahora, ¿Qué?
Si bien Fernando Lugo reconoció que "va a ser muy difícil" dar marcha atrás con este proceso político y que el mismo retorne al poder en este periodo, la situación no se presenta para nada sencilla al nuevo Presidente. El espaldarazo de los presidentes latinoamericanos fue decididamente para con su par destituido.
Se avecinan momentos cruciales, en las vísperas de la reunión de MERCOSUR en la ciudad de Mendoza esta pautada para la semana entrante. Encuentro expectante si los hay, ya que la agenda estará colmada por el cimbronazo institucional que sufrieron los paraguayos. En este orden de cosas, los Estados partes y Estados Asociados del MERCOSUR se han pronunciado mediante una Declaración expresando su más enérgica condena a la ruptura del orden democrático en la República del Paraguay.
En la misma Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela, Bolivia, Chile , Colombia, Ecuador y Perú suspenden su participación en la Cumbre de Presidentes del MERCOSUR, así como de las reuniones preparatorias, que tendrán lugar en la ciudad de Mendoza, entre el 25 y 29 de junio de 2012. A su vez trasladan "ulteriores medidas a ser adoptadas" al encuentro de Jefes y Jefas de Estado que se realizará en la ciudad de Mendoza el próximo viernes 29 de junio. El panorama se complejiza aún mas si recordarnos que es justamente Paraguay quien debería recibir de manos de Argentina el mando para la presidencia Pro Tempore al interior del organismo.
Todo lo expuesto deja entrever la importancia de la decisión que tomarán los países sudamericanos. Las clausulas democráticas que poseen tanto UNASUR como MERCOSUR, no serán pasadas por alto a la hora de tomar una decisión conjunta. Precisamente, la firma del protocolo que actualizó la Cláusula Democrática del Mercosur sin consultar al Congreso fue una de las cinco acusaciones que se le hicieron a Lugo en el juicio político. Dicha Clausula prevé el cierre de fronteras hacia el país que caiga en incumplimiento de la misma. No será fácil para Paraguay transitar un camino sin aliados, ya que sus relaciones con Argentina Brasil y Uruguay son vitales e imprescindibles para su crecimiento.
Los golpes de Estado, otrora generados por las Fuerzas Armadas con complicidad civil, ya no necesitan de uniformes para desencadenarse. El papel de los opositores disconformes con Presidentes abocados a la transformación social y la conquista de derechos, sumado a la complicidad de los medios de comunicación y a la sociedad civil, arrojan un saldo nefasto para la historia democrática de Paraguay y de toda América Latina. Esto fue un claro retroceso, pero no todo esta perdido: con los esfuerzos pertinentes, la región puede salir fortalecida de esta treta. Las conquistas sociales, la lucha por la igualdad de condiciones y oportunidades, incomodan a más de uno, que no se resigna a perder privilegios de clase, y arrojan manotazos golpistas que en este caso tumbaron a Lugo, a tan solo nueve meses de las elecciones presidenciales.
Creo firmemente, que el único camino posible para zanjar esta cuestión, es el de la Paz, y el compromiso inquebrantable con generar día a día, Democracias robustas con mayor inclusión social y redistribución. Esta ardua tarea se transforma en imposible si no se trabaja mancomunadamente en una región en donde se ha derramado mucha sangre y sufrimiento a causa de dictaduras cruentas e injustas. El camino esta marcado, UNASUR es fruto de este compromiso, que debe seguir creciendo y afianzándose para que de una vez y para siempre, erradiquemos la palabra "dictadura", de nuestro continente.
(*) Investigadora de la Fundación para la Integración Federal
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