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Fundamentar - Fundamentar https://fundamentar.com Thu, 28 Mar 2024 08:23:27 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es La batalla por el alma de la Nación https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6432-la-batalla-por-el-alma-de-la-nacion https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6432-la-batalla-por-el-alma-de-la-nacion La batalla por el alma de la Nación

Vaya slogan pergeñó la campaña de Joseph Biden, el Presidente electo de los Estados Unidos de Norteamérica. Esta se utilizó en contraposición a la consigna emblema elegida por Donald Trump, que estuvo presente tanto en la campaña de 2016 como en 2020: Hacer grande a Estados Unidos de nuevo.

Es sábado. Recién hoy tenemos la confirmación de que Biden será el 46° Presidente de Estados Unidos. En el medio, pasó mucha agua bajo el puente, y varias cuestiones dignas de ser analizadas. Algunas ideas rápidas con la elección recién terminada.

 

Las acusaciones

El martes por la noche los ojos estaban puestos en Florida, el más grande de los Estados pendulares, o swing states. Una victoria demócrata allí encaminaba el triunfo para Biden. Las cosas no salieron como se esperaban: el mal llamado “voto latino” no fue masivamente hacia los demócratas y Trump lograba una gran victoria en el Estado del Sol, que lo ponía otra vez en juego. Ya volveremos a este complejo tema de los ciudadanos latinos en Estados Unidos.

Simpatizantes de Trump en Florida

Mientras los Estados ‘seguros’ iban sumando los votos del Colegio Electoral, una posibilidad comenzaba a abrirse paso mientras el miércoles comenzaba a nacer: ‘¿gana Trump de nuevo?’. Algo estaba clarísimo: la paliza que gran parte de los medios, analistas y encuestadores auguraban en favor de los demócratas no estaba siendo tal. El fantasma de 2016 volvía a asomar. El voto oculto y la mayoría silenciosa podían decir presente de nuevo.

Conforme avanzaban los primeros escrutinios, Trump cometió el grave error de declararse ganador y, en simultáneo, denunciar fraude. La opinión pública y el mundo vieron al Presidente estadounidense esgrimir las acusaciones de fraude, las agresiones verbales contra el sistema, y los pedidos de parar el conteo de votos, por una supuesta ilegalidad de los sufragios que le sacaron Estados clave, como Michigan. Biden, por su parte, llamó a la calma: “vamos a ganar esta elección”. “Cuenten todos los votos”.

Conferencia del Presidente durante la madrugada del miércoles.

La narrativa ya empezaba a ser desventajosa para Donald Trump. Quedaba ante el mundo como el candidato que sin tener pruebas denunciaba fraude, y que sin tener los votos declaraba la victoria. Y que pedía por favor que paren de contarse los votos, cuando las tendencias en algunos Estados no le era favorable. Esto fue la antesala de lo que vamos a ver en los próximos días: la judicialización del proceso electoral por parte del actual Presidente. Pero también puede incluir un efecto colateral no deseado: el aislamiento político del mandatario saliente, incluso al interior de su propio partido.

https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1324353932022480896 

https://twitter.com/JoeBiden/status/1324490426649317376

Trump siempre quiso correr de su mandato y de su gobierno a los políticos tradicionales. Esto implicó que muchos republicanos de la “vieja guardia” no sólo no lo apoyen, sino que hagan campaña por Biden. La gran elección que Trump estaba realizando, en contra de los oráculos que pronosticaban una “ola azul”, le daba la oportunidad perfecta para lograr la hegemonía trumpista en el Partido Republicano. Esa cantidad de votos, si no le servían para quedarse en la Casa Blanca, sí podían ayudarlo a sentar los lineamientos generales de una estructura partidaria que en reiteradas ocasiones pareció ‘secuestrada’ por Trump y los suyos en muchos momentos de su mandato, y que ahora podía reclamar por derecho propio. El berrinche del miércoles no dio lugar a ello.

Quedará en la historia el momento que, casi en simultáneo, las cadenas ABC, NBC y MSNBC interrumpieron la conferencia de Donald Trump porque estaba presentando datos falsos, sumado a las ‘objeciones’ de Twitter con respecto a las cuentas del Presidente y sus allegados. ¿Censura? ¿Límites a la libertad de expresión? ¿Responsabilidad con “la verdad”? Es un gran tema de debate. Sorprende que algunos todavía duden en incluir a las grandes corporaciones mediáticas en la mesa de discusión para tejer grandes acuerdos sociales.

https://twitter.com/CathyJuvinao/status/1324687038487080962

Las fragilidades del sistema

Ningún sistema electoral es superior al resto. Lo peligroso es tomar uno como modelo, como horizonte e intentar adecuarlo en latitudes distintas con características diferentes. Ciertamente, el sistema de los Estados Unidos tiene debilidades y fortalezas, con especificidades propias de la historia y la idiosincrasia política de aquel país, a veces tan extrañas para nosotros. Lo que sucedió esta elección, fue que las debilidades se vieron más expuestas que las fortalezas.

Mientras asomaba el jueves, Arizona, Nevada, Pennsylvania, Georgia y Carolina del Norte todavía no tenían los resultados. El voto por correo, el sufragio anticipado, las interrupciones, las autoridades judiciales y electorales que en cada Estado tienen reglas distintas; todos fueron factores que retrasaron la confirmación del triunfo de Biden hasta el sábado.

De los Estados del ‘midwest’, muy ligados a las zonas industriales del país, Biden ya tenía en su bolsillo Wisconsin y Michigan, mientras que Ohio se pintaba de rojo. Trump había ganado en los 3 en 2016. El Presidente seguía insistiendo con la “opción legal” de judicializar la contienda. Michigan y Wisconsin le dijeron que no.

Los Estados del Midwest.

A partir de ahora, el Estado de Nevada no sólo será asociado al desierto y a los casinos de la ciudad de Las Vegas, sino también al hecho decidió suspender el conteo, alargando la definición aún más. Los retrasos en Georgia y Carolina del Norte, sumados a la incertidumbre en Arizona, hicieron que el sábado todo se decida al confirmarse la victoria demócrata en Pennsylvania. Los 20 electores de este Estado fueron para Biden y, 4 días después del día de las elecciones, la tendencia se volvió irreversible después de contabilizar los votos anticipados y por correo, que cambiaron al Estado que alberga ciudades como Filadelfia y Pittsburgh al color azul, después de haber estado rojo por varias jornadas.

Si este apartado se llama ‘fragilidades del sistema’, es imposible no hacer una referencia a los miles de obstáculos que tiene para una participación masiva en el proceso, a pesar de que 2020 fue la elección donde más gente participó desde 1900, alcanzando un 66% de participación electoral. La ausencia de documentos nacionales de identidad, la no obligatoriedad del sufragio, la necesidad de registrarse para estar en el padrón, y una infinidad de características del sistema electoral estadounidense, hace que votar en Estados Unidos sea cuestión de voluntad y recursos, no tanto de un derecho

¿Y ahora?

Qué pregunta. Hay muchas cosas para analizar.

La pobre lectura de la dinámica política que tienen los sectores del ‘establishment’ sigue sorprendiéndome. Las elites económicas y financieras apostaron por Biden desde el primer momento. De hecho, su apuntalamiento como candidato a expensas de dirigentes más progresistas como Warren o Sanders obedece a la necesidad de contar con el apoyo de esos grupos de poder.

La falta de visión no está vinculada al apoyo, sino al clima creado por las corporaciones mediáticas, políticas y económicas de los Estados Unidos, que pintaron un panorama de paliza electoral que naturalmente haría que el país retorne a su “normalidad democrática” después de la anomalía que significaron los 4 años de mandato de Trump. Leo los diarios todos los días, y créanme que más de uno, y durante meses, declaró que era imposible que el Presidente logre la reelección. Parecía casi una cuestión de sentido común.

Y a pesar de que finalmente perdió, su victoria no sólo no era imposible, sino que la elección terminó siendo muy pareja. En estos momentos, y aunque finalmente no sea el dato a tener en cuenta, Biden está cosechando el 50.5% de los votos y Trump el 47.7%. Ese porcentaje no se corresponde con monstruo incomprensible que lleva a su país a la deriva, sino con la representación fiel de un importante sector de la sociedad norteamericana que vio en Trump una defensa de sus intereses.

Las lecturas erróneas de la dinámica política por parte del establishment la vimos en Argentina en 2019, en Bolivia hace 20 días, y hoy en Estados Unidos. Deberán hacer un esfuerzo extra para entender el comportamiento de las sociedades que dicen interpretar a la perfección.

Por otra parte, volvemos a la primera parte de esta entrega y hacemos una mención del voto latino. Tradicionalmente fue tomado como un segmento homogéneo que se inclinaba claramente por el Partido Demócrata. Hoy vemos que los votantes latinos no solo repartieron el voto entre ambos candidatos de tal manera que le dieron el triunfo a Trump en Florida y en Texas, sino que también este sector ha perdido su homogeneidad.

Es indispensable hacer diferencias en los latinos. Los descendientes de puertorriqueños, hondureños, o guatemaltecos, que en su gran mayoría viajaron a Estados Unidos en búsqueda de oportunidades de vida mejores que en sus lugares de origen, no pueden ser equiparados con la cuarta generación de cubanos que nace en Estados Unidos, o con personas que pertenecen a la diáspora colombiana o venezolana, muchísimo más ideologizada que los “dreamers” tradicionales.

Una parte considerable del voto latino fue para Trump por su política agresiva contra Cuba, que se diferenció sustancialmente de la diseñada por Obama y por las sanciones a Venezuela. Este voto, que siempre fue ligado a lineamientos “progresistas”, se terminó.

Por último, una referencia a los desafíos inmediatos que tendrá que enfrentar Joe Biden en su gobierno. Una pandemia que ya dejó cerca de 250.000 muertos y sigue avanzando a paso firme, la crisis económica derivada de la misma, y una polarización social muy marcada serán factores inequívocos de la realidad estadounidense en el corto y mediano plazo. El Senado probablemente seguirá con mayoría republicana, y la Corte Suprema tiene 6 jueces conservadores y 3 liberales. Institucional y socialmente, son números incómodos para el mandatario electo.

Casi todos los análisis coinciden en que los objetivos de la política exterior norteamericana no cambiarán sustancialmente, pero sí la forma en que estos serán perseguidos. Biden sólo dejó entrever en este sentido, que retornará al Acuerdo de París sobre Cambio Climático, del cual Estados Unidos dejó de ser parte formalmente esta misma semana.

Desde América Latina y el Caribe, no tenemos muchas pistas sobre qué esperar. Puede haber un cierto alivio con respecto a que la bendición automática de proyectos políticos de extrema derecha y la imprevisibilidad que caracterizaron a la Administración Trump ya no estarán presentes. Pero no olvidemos que los sectores de poder, las fuerzas profundas y los lineamientos estructurales que dictan la política hemisférica de Estados Unidos trascienden a los Presidentes y a los partidos.

Por lo pronto, Donald Trump se retira de la Casa Blanca con las desigualdades raciales a flor de piel, con grupos irregulares y armados muy movilizados, con evidentes fracturas a nivel social y con muchos consensos rotos en cuanto a la institucionalidad y los resortes del poder en el país más poderoso del mundo. Trump perdió, pero el ‘trumpismo’ sigue presente, ya que él logró casi 70 millones de votos luego de ser caracterizado desde muchísimos sectores como un paria en el listado de líderes mundiales. Negar la existencia de esos estratos sociales puede ser muy peligroso para un Biden que tendrá que navegar aguas turbulentas.

 “La batalla por el alma de la Nación” fue el slogan que eligió Joe Biden para encarar la campaña que le abrió las puertas de la Casa Blanca. Desde aquí, creemos que esa batalla no ha hecho más que empezar.

(*) Analista Internacional de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Sat, 07 Nov 2020 18:37:05 -0300
30 años después https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6428-30-anos-despues https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6428-30-anos-despues 30 años después

Chile se encamina a celebrar el plebiscito constitucional para encontrar una salida institucional y política al proceso de movilizaciones populares más grande de su historia. Brasil y Colombia apoyan su política exterior en una base endeble: la reelección de Donald Trump.

Chile comienza a concretar el cambio.

Hoy se celebrará el plebiscito constitucional en Chile. El país trasandino irá a las urnas después del estallido social inaugurado en octubre de 2019 tras un aumento en las tarifas del metro que catalizaron un descontento social contenido por décadas. Se habló largo y tendido de los motivos de las protestas, la respuesta del Estado (que fundamentalmente fue represiva), y las lecturas políticas del proceso.

Los partidos políticos de Chile anuncian acuerdo para plebiscito - Noviembre 2019

Hace menos de un año, el 15 de noviembre de 2019, las fuerzas políticas chilenas llegaban a un acuerdo para abrir el proceso constituyente y así darle una respuesta política al sacudón social que lo puso todo en discusión en octubre. Concretamente, el acuerdo implicaba que se llamaría a un plebiscito para que la población vote si efectivamente aprueba o rechaza una nueva Constitución y, en caso de que gane el “Apruebo”, decidir qué órgano será el encargado de redactarla: si una Convención Mixta de parlamentarios actuales y constituyentes electos, o una Convención Constituyente totalmente electa por los chilenos y las chilenas.

Este plebiscito tenía fecha para abril de 2020, pero ya sabemos lo que pasó. Se retrasó para hoy, 25 de octubre de 2020. Ante la inminencia del proceso, las formaciones políticas se embarcaron en una campaña electoral por el “Apruebo” y por el “Rechazo” mientras que, conforme se acercaba la fecha, se reactivaron las protestas que la pandemia había dejado en pausa.

Hay varios puntos a tener en cuenta. La Constitución que rige hoy en Chile fue dictada en el 1980 por la dictadura de Augusto Pinochet. Debido a la tutela que tuvieron las Fuerzas Armadas en el proceso de democratización chileno, la Carta Magna sufrió algunos ajustes, pero no una reforma integral como la que tendrá lugar si el “Apruebo” triunfa. La Constitución vigente exige mayorías calificadas altísimas para poder motorizar cambios en materia social, por lo que una reforma le daría un marco jurídico al Estado que posibilite realizar esos cambios de un modo más sencillo.

Lo otro es el componente simbólico. Esta es la Constitución de Pinochet. La reforma permitiría quitar uno de los vestigios más importantes (sino el más) de la dictadura chilena, al menos en términos institucionales. Está claro que no eliminará el pinochetismo, hoy presente en algunos sectores sociales y políticos, y en figuras del gobierno de Piñera como el Ministro del Interior, Víctor Pérez. Pero sí permitiría quitar institucionalmente la marca indeleble de aquel pasado oscuro.

No es una buena semana para apoyarse en encuestas después de lo que vimos en Bolivia, pero se descuenta que el “Apruebo” va a ganar. Y al parecer, también ganará la opción de la Convención Constituyente, que permitirá elegir a la totalidad de los responsables de reformar la Constitución con un dato no menor:  en ella regirá la regla de la paridad de género, por lo que posiblemente, será la primera Constitución en la historia que será redactada por un cuerpo conformado por mujeres y hombres en partes iguales.

Descontado el resultado, el tema es ver por cuánto. La legitimidad del proceso dependerá de la diferencia a favor que tenga el “Apruebo”. Algunos dicen que la adhesión será mayor al 60% pero, de nuevo, las encuestas no vienen acertando mucho. El otro dato que hay que mirar es la participación. El voto no es obligatorio en este referéndum, lo que otorga la posibilidad una participación electoral amplia. Chile tiene una particularidad con este tema: mientras que en el regreso de la democracia hubo un 89% de participación, esta bajó hasta un 50% en la segunda vuelta de 2017, cuando Piñera ganó la Presidencia. El récord fue en las municipales de 2016, con un histórico 36% de participación. VER

Esto es un síntoma (perdón por la palabra) clarísimo del proceso que vive Chile desde hace unos años y que se cristalizó con las protestas. Hay una deslegitimación generalizada de la política. Lo digo con otras palabras para que se entienda: en el ballotage de 2017 la mitad de la gente se quedó en su casa, no fue a votar. Evidentemente, esto demuestra un sentimiento de desinterés mezclado con resignación ante la falta de resultados que la política le da a las demandas sociales.

Por esto, el nivel de participación será importantísimo. Y también por esto es muy difícil arriesgar predicciones sobre la capitalización política del proceso. El movimiento chileno hoy no tiene una identidad político – partidaria marcada. No es un movimiento de izquierda, sino que es bastante transversal. Por lo que, luego del proceso constituyente, la incógnita estará en develar quién será el que conduzca esta nueva etapa.

Una última reflexión antes de contarles qué pasa después de mañana, y que está vinculado con el párrafo anterior. Si bien no fueron masivas y tan rupturistas como las de ahora, en 2011 hubo un importante proceso de movilización estudiantil en Chile que no logró cambios estructurales importantes, ni produjo una derrota significativa de la derecha. Hoy no tenemos ninguna certeza de que Chile deje atrás su modelo estructuralmente neoliberal, pero sí podemos decir que es probable que la nueva Constitución consagre más derechos que los que garantiza la actual Ley Fundamental.

Cierro con los datos sobre lo que ocurrirá de aquí en más. Si gana el “Apruebo”, se abre un período de entre 9 y 12 meses para redactar la nueva Constitución, y anteriormente se deberán elegir a los Constituyentes. Y luego habrá un último proceso electoral de carácter obligatorio que será ratificatorio: se preguntará si se aprueba o no la Constitución ya reformada.

En otro octubre, allá por 1988, los chilenos votaron en un plebiscito por el retorno de la democracia, cuando el “No” triunfó con el 56% ante el 44% del “Sí”, frente la pregunta por la continuidad de la dictadura de Pinochet. 32 octubres más tarde, Chile vota en otro plebiscito para sacarse de encima el principal corsé institucional que aquel les dejó a los casi 20 millones de chilenas y chilenos.

Duque y Bolsonaro arriesgando de más

Que las elecciones en los Estados Unidos van a influir en la política internacional, es obvio. Muchísimo más en nuestro continente, donde se intentan hacer lecturas sobre qué sucederá si Trump o Biden ganan el martes 3 de noviembre y qué implicancias habrá en América Latina. Sin embargo, si hay dos dirigentes que ya pusieron todos huevos en una sola canasta y que apostaron fuertemente por un resultado, ellos fueron Iván Duque y Jair Bolsonaro.

Si bien Colombia y Estados Unidos sellaron una asociación estratégica hace más de 20 años, y el país cafetero se convirtió en el aliado incondicional de Washington en Sudamérica, varias figuras cercanas al Presidente Iván Duque han apostado inequivocadamente por un triunfo de Donald Trump. Los centros que se tiran son mutuos: el Presidente estadounidense ha arremetido contra el opositor colombiano Gustavo Petro emparentándolo con Biden, en un intento de ganar el voto latino en Florida, el más importante de los Estados pendulares.

https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1314998881126625280

También ha abogado por la liberación del ex Presidente Álvaro Uribe, jefe político de Duque, quien enfrenta un proceso de investigación en libertad luego de pasar algunas semanas en prisión domiciliaria. Más allá de la injerencia de Estados Unidos sobre un proceso judicial de otro país (que parece escandalizarnos solo a unos pocos), es clara la simbiosis de los sectores gobernantes en ambos países.

En el caso de Colombia, dos congresistas oficialistas han decidido jugar abiertamente a favor de Trump en las próximas elecciones, algo que no sería posible sin el visto bueno del Presidente Duque. María Fernanda Cabal pertenece al partido gobernante Centro Democrático. Además de subir fotos con tapabocas con la leyenda “Trump 2020”, ha escrito notas de opinión inmiscuyéndose de lleno en la campaña estadounidense, como si eso fuese parte del mandato que le otorgaron los colombianos que votaron por ella.

Lo mismo sucede con Juan David Vélez, otro congresista oficialista que representa a los colombianos en el exterior. También se ha hecho eco de las agresiones de Trump contra Petro, además de apoyar las declaraciones del mandatario norteamericano sobre los acuerdos de paz.

https://twitter.com/juandavelez/status/1309559591605276680

En el caso de Brasil, es mucho más fácil captar esas señales. No hay que buscar declaraciones de diputados, o funcionarios de segunda línea. Con las del propio Bolsonaro alcanza y sobra. El Presidente brasileño ha manifestado su plan de ir a la ceremonia de reelección de Trump, algo totalmente irresponsable no sólo por tomar partido en la campaña electoral de otro país (ya lo hizo aquí en Argentina apoyando a Mauricio Macri), sino por los costos que puede implicar para Brasil un triunfo de Joe Biden.

Biden ya ha manifestado su intención de hacerle rendir cuentas a Brasil sobre el desastre ambiental en la Amazonia y el Pantanal, algo que Bolsonaro ha tomado como una amenaza. La falta de prudencia de Bolsonaro puede generar cortocircuitos con una posible administración demócrata. El panorama es aún más grave debido a que hoy Brasil apoya su estrategia de inserción internacional casi exclusivamente en el alineamiento con los Estados Unidos.

Eso no fue todo. Bolsonaro desautorizó en la semana a su propio Ministro de Salud y entró en un conflicto interno con el gobernador de San Pablo, Joao Doria, por su negativa tajante a utilizar la vacuna china contra el COVID-19 producida por Sinovac. El alineamiento ciego que Bolsonaro ejercita con Trump llega al punto de poner en juego la provisión de la vacuna, si es que China concluye sus ensayos de forma satisfactoria y comienza a producirla

Colombia y Brasil son dos ejemplos de la sobre ideologización que tiñe el diseño de su política exterior. Cada mandatario tiene el derecho de gobernar como lo crea conveniente; para eso fueron electos. Pero el riesgo es demasiado alto, teniendo en cuenta que la relación privilegiada deja de ser con los Estados Unidos y pasa a ser con Donald Trump, quien puede ser corrido de la Casa Blanca en algunas semanas, lo que implicaría un proceso de rediseño de la política exterior brasileña y colombiana que puede ser traumático y muy complejo de llevar adelante. Y más aún si los demócratas ganan y ejercen la memoria histórica que los norteamericanos saben ejercer tradicionalmente.

Haceme el favor de prestarle atención a esto

  • Vox convocó a una moción de censura contra Pedro Sánchez y quedó votando sólo. Casado y el Partido Popular los abandonan y rompen el bloque de derecha en España. VER
  • Israel sigue cosechando normalización de relaciones con países árabes: ahora fue el turno de Sudán. VER
  • Negocian un “cese al fuego” en Libia. VER
  • México pidió la renuncia de Luis Almagro como secretario General de la OEA tras su rol en el golpe de Estado en Bolivia. VER
  • Guerra en Nagorno – Karabaj: incumplimiento del alto al fuego y mediación de Estados Unidos. VER

Bonus

Ya hablamos de Bolivia y de la impresionante victoria de Luis Arce Catacora, el Presidente electo. Seguramente asumirá en los primeros 15 días de noviembre. Les dejo una lectura y un video de los festejos, que se desataron recién después del viernes cuando concluyó el recuento oficial, que arrojó una victoria del MAS con el 55% de los votos.

https://www.youtube.com/watch?v=8GlnLeaCSCU

Lo otro que te quiero dejar es un video de campaña de Donald Trump enfocado hacia los electores latinos de Florida, donde le meten salsa, yate y una canción re contra pegadiza que estuve cantando durante gran parte de la noche del viernes. Como si esa fuese la vida que llevan los latinos en Estados Unidos, ¿no?. Pero hay que decirlo, la canción es tremenda.

 https://www.youtube.com/watch?v=bTiNRYHlIkI

Último: el 2020 es un mal año para hacer planes. Ya deberíamos saber eso a esta altura del partido. Bueno, en Polonia quisieron desactivar una bomba de la Segunda Guerra Mundial que estaba sumergida en el agua. Y sí: explotó. Obvio. ¿Quién los habrá mandado?

https://www.youtube.com/watch?v=Kv5KeeBvNOE

Que sirva como ejemplo para repensar alguna decisión importante que estés por tomar en este año del mal.

Hasta la semana que viene.

(*) Analista Internacional de Fundamentar.com

 

 

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Sat, 24 Oct 2020 21:17:06 -0300
¿Qué discute Europa? https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6419-que-discute-europa https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6419-que-discute-europa Niños en el campo de refugiados de Moria, ubicado en la Isla de Lesbos, Grecia.

Los fines de semana pandémicos tienen una parte mala y una parte buena: la mala es que no podes hacer lo que hacías en un finde normal. La buena es que terminó otra semana y estamos vivos. Bastante mediocre el consuelo pero es lo que hay. Hoy vamos hacia Europa para hablar de migraciones y hacia Estados Unidos para hablar de la institucionalidad. Arrancamos.

Visibilizados por la tragedia

La Unión Europea estaba lista para debatir un nuevo acuerdo migratorio. Un repaso a vuelo de pájaro: en el año 2015, Europa vivió en carne propia la mayor crisis de refugiados de la historia.  Ese año, un millón de personas que huían del Norte de África y de Medio Oriente a raíz de los efectos no deseados de procesos como las primaveras árabes, llegan al continente europeo dando lugar a un conflicto sin precedentes. En ese momento, el régimen migratorio que regía era el llamado Convenio de Dublín. 

Este acuerdo vigente desde 2013 garantizaba que los países de la UE donde llegaban los refugiados se hacían responsables de la solicitud de asilo. Los Estados de la costa mediterránea debían hacerse cargo de idear un sistema de reubicación, mientras que los países ricos del norte europeo en el mejor de los casos los recibían. Y en el peor, los mandaban de vuelta por donde habían llegado.

En todos estos años, el fallido sistema de Dublín cultivó el crecimiento del discurso anti inmigrante utilizado como munición por parte de la extrema derecha europea, sumado a episodios gravísimos de xenofobia, negativas a recibir personas con niños en los puertos, y una infinidad de escenas de muerte y desesperación. Muchos de ustedes recordarán a Aylan Kurdi, un niño que, como muchos, perdió la vida en esos viajes infernales donde el riesgo era un camino a tomar mejor que quedarse en sus casas con sus familias en medio de bombardeos y balaceras.

Aylan Kurdi se convirtió en un símbolo tras perder su vida en el Mediterráneo

Este año, debía redefinirse un nuevo acuerdo migratorio en la UE. Las circunstancias eran distintas. Según esta base de datos de la ONU, los desplazamientos disminuían año tras año llegando a un 2020 donde la pandemia y una relativa calma en conflictos como el libio o el sirio posibilitaron que la llegada de personas a Europa llegue a niveles insignificantes a comparación de lo que sucedía 5 años atrás.

El contexto era ideal para acordar el nuevo plan migratorio, habida cuenta del menor flujo de personas y del éxito reciente en el acuerdo de reconstrucción europea al cual habían llegado los 27.

Y en eso, a principios de este mes se incendia el campo de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos, en Grecia.

Aunque originalmente fue diseñado para contener a 3.000 personas, el campo de refugiados de Moria alberga aproximadamente a unas 13.000, la mayoría provenientes de Afganistán. Este único dato vale como para imaginarse las condiciones de vida en ese lugar.

El incendio en Lesbos puso en crisis el consenso para el acuerdo. Los países mediterráneos como Italia, España, Malta, Grecia, Chipre o Bulgaria, buscan que Bruselas apruebe un plan que obligue a los 27 Estados de la Unión a recibir inmigrantes. Esto choca con la posición del conservador Grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia) que obran por un cierre de fronteras puro y duro. El plan, especulaban los que saben, estaría en un gris entre estas dos posiciones.

Finalmente, el plan se lanzó el miércoles. Este obligaría de facto a cada Estado a acoger parte de los refugiados, recibiendo 10.000 euros del presupuesto del bloque por cada adulto que llegue a sus territorios. La Comisaria del Interior de la UE, Ylva Johansson, puso el acento en el envejecimiento de la población europea para defender la recepción de inmigrantes. VER

El plan eliminaría la regla del Acuerdo de Dublín que obliga que el país de llegada se encargue de las solicitudes de asilo, sacándole un poco de peso a los Estados mediterráneos.

Las próximas semanas se sabrá que sucederá finalmente con este plan. Varias cosas para prestar atención. En primer lugar, las tensiones en el Mediterráneo oriental entre Grecia, Chipre y Turquía, que han puesto en peligro el acuerdo que el país presidido por Erdogan tiene con los 27 y que lo convierte en una especie de filtro de personas desplazadas. Las posibles subidas de tono en la cuestión de la búsqueda de recursos hidrocarburíferos en la zona oriental del Mar Mediterráneo puede cambiar la ecuación.

Asimismo, la cuestión migratoria impacta de lleno en la política europea. Así lo aseveró Ursula von der Leyen, la Presidenta de la Comisión Europea, abogando por un “enfoque humano”. El rechazo a los desplazados es el argumento en común de toda la ultraderecha continental. La forma que tendrán los gobiernos, sobre todo aquellos de corte progresista y de centro, será vital para manejar los hilos del desafío más serio que enfrenta Europa en este siglo XXI. Y no solo porque el bloque cruje a partir de los disensos, sino que está en juego la vida de miles de personas.

Como siempre: para entender, hay que leer a los que saben. Recomiendo mucho esta nota de Andrew Connelly desde Lesbos. Está en inglés, pero el traductor del Chrome te la facilita al toque.

República o republiqueta

El fallecimiento de la jueza progresista de la Corte Suprema de los Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg (RBG), modificó por completo la campaña electoral y vuelve a poner un manto de dudas sobre la institucionalidad norteamericana.

El máximo tribunal norteamericano se compone de 9 integrantes y es el intérprete final de la Constitución. Las y los magistrados sientan precedentes a través de la jurisprudencia que tiene efectos prácticos en la sociedad de aquel país. Un ejemplo fue el famoso caso Roe vs. Wade, por el cual se garantiza el derecho al aborto. 

Antes del fallecimiento de RBG, la Corte tenía 5 jueces conservadores y 4 liberales. Donald Trump quiere, antes de las elecciones del 3 de noviembre, nombrar a un magistrado para el máximo tribunal. Como sucede en casi todos los países con sistemas presidencialistas, incluido Argentina, es el Presidente quien propone a los nuevos integrantes de la Corte.

La diferencia (y acá está el dato interesante), es que mientras en nuestro país el Presidente nombra a los jueces y necesita la aprobación de dos tercios del Senado, en Estados Unidos sólo alcanza con la mayoría simple de 51 sobre 100 tras una reforma impulsada por los demócratas en 2013. Y hoy, por esas paradojas de la vida y la política, esa mayoría la tienen los republicanos y pretenden usarla.

Esto le da la posibilidad a Donald Trump de proponer a una candidata (ya aviso que será una mujer, y es probable que sea Amy Barrett). Y apoyándose en la mayoría republicana en el Senado comandada por Mitch McConnell, puede torcer la tendencia en la Corte Suprema dejando un tribunal con 6 jueces conservadores y 3 liberales/progresistas, como si fuese una comida familiar con tus abuelos del campo y tu tío policía.

Bueno, lo cierto es que esto pone en juego varias cosas de cara a la elección, a la vez que inserta el debate sobre lo infalible de la división de poderes, el sistema republicano (desde la definición de la palabra, no desde lo partidario), y de cómo el país modelo de la democracia liberal tensa las reglas del juego hasta los límites del mismo.

Una supermayoría conservadora de 6 a 3 podría revertir fallos como los relativos al aborto y determinar cuestiones inherentes a, por ejemplo, la tenencia de armas y las prestaciones de salud. El cargo dura hasta que un juez renuncia o muere, por lo que una Corte conservadora definiría estas cuestiones para un largo periodo de tiempo.

De cara a la elección, hay varios interrogantes. Trump pone en el foco del debate el sistema de justicia. En eso saca ventaja, ya que mientras menos se hable de la injusticia racial y de la pandemia, mejor. Para los demócratas también podría ser ventajoso, debido a que Biden apuesta a la participación para asegurar su victoria. Si logra convencer a los indecisos que en la elección está en juego el propio sistema de división de poderes, esto podría llegar a favorecerlo. Sobre todo teniendo en cuenta que, si Biden gana y los demócratas recuperan el Senado, el nuevo Presidente podría sumar más integrantes a la Corte y desarmar la supermayoría de 6 a 3.

Una última cosa: Trump dijo esta semana que, si pierde, no se compromete a entregar el mandato de forma pacífica, introduciendo la posibilidad de que la última palabra la tenga, oh casualidad, la Corte Suprema. 

Está todo medio podrido en ‘the land of the free and the home of the brave’. Esto es una muestra para aquellos que piensan que la política argentina solo se reduce a los escándalos en los zoom del Congreso.

Haceme el favor de prestarle atención a esto.

  1. Falta menos de un mes para las elecciones en Bolivia. Como no estuvimos la semana pasada, no hablamos de la renuncia de Añez a la candidatura tras conocerse una encuesta en la que Lucho Arce ganaría en primera vuelta y la propia Presidenta de facto estaba cuarta, con solo 10% de intención de voto. Los días que quedan son claves. VER
  2. La Unión Europea se disponía a sancionar a Lukashenko, el Presidente bielorruso que tomó posesión de su sexto mandato a pesar de las denuncias de fraude y un mes de históricas movilizaciones. No alcanzaron el acuerdo: Chipre votó en contra porque exige que la UE se movilice contra Turquía en el marco del conflicto en el Mediterráneo que tocamos más arriba. VER
  3. Corea del Sur y Corea del Norte protagonizan una nueva escalada de tensiones aunque Kim Jong – Un terminó pidiendo disculpas. VER
  4. El Acuerdo firmado entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin fue la muestra de un cambio de ecuación histórica en Medio Oriente: los países del Golfo no ven más al Estado judío como enemigo, sino que cierran filas contra Irán. En el mismo sentido habló el rey saudí en la Asamblea General de la ONU. VER
  5. El domingo hay elecciones departamentales en Uruguay. El Frente Amplio busca recuperarse de la derrota en las presidenciales reteniendo Montevideo y logrando alguna victoria importante en el interior. VER

Bonus track

Para el bonus, donde siempre dejo algunas cosas interesantes para leer y ver, voy a brindarles una preocupante y dos positivas para contrarrestar el contexto pandémico.

La primera, sobre el crecimiento de las milicias en Estados Unidos. Cada vez se ven más organizaciones armadas con posturas desafiantes en las calles del país del Norte. Eso, sumado al grado de polarización y violencia que se vive actualmente, es verdaderamente preocupante. VER

La segunda tiene que ver con los evangélicos progresistas en Brasil. Sí, existen y están tratando de organizarse ante el avance conservador de los sectores que responden al gobierno de Bolsonaro y que aboga por sepultar derechos. La experiencia que vive Belo Horizonte me resultó interesante, sobre todo porque me parece que es urgente dar la discusión hacia adentro del culto evangélico. La fe y las conquistas sociales no deben ser opuestas, aunque así quieran venderlo los sectores de poder. VER

La última, es sobre los trámites públicos que comenzará a realizar Granada para tratar la despenalización del cannabis. VER

Hermoso lugar para vacacionar, ¿verdad?

A cuidarse y hasta la semana que viene.

(*) Analista Internacional de Fundamentar.com

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Sat, 26 Sep 2020 12:35:44 -0300
La bebida estaba fuerte y no era vodka https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6413-la-bebida-estaba-fuerte-y-no-era-vodka https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6413-la-bebida-estaba-fuerte-y-no-era-vodka Occidente acusa al Gobierno de Putin de envenenar a referente opositor

¡Buen domingo! El lugar donde este artículo fue escrito acaba de retroceder de fase, en lo que restricciones pandémicas se refiere. Por lo tanto, por los que vayan a leerlo y por la persona que lo escribió, tratará de ser lo más entretenido posible como para enfrentar la situación. Para eso, vamos a hablar de un posible envenenamiento en Rusia que vuelve a tensionar el lazo con la Unión Europea y volvemos a Venezuela, donde la oposición parece fragmentarse otra vez. Y como siempre, muchas cosas para ver y leer en el bonus.

El veneno viene en frasco chico o en una taza de té.

La semana pasada, Alexei Navalny estaba en el aeropuerto de la ciudad siberiana de Omsk. Su viaje hasta allí formaba parte de una campaña que desplegaba a lo largo de Rusia, intentando convencer a los sectores opositores a Vladimir Putin de formar una gran coalición que compita contra el oficialismo en las elecciones legislativas del año que viene. Pidió un té, se lo tomó y se subió al avión. Horas más tarde, entraba en un coma inducido debido a una descompensación que sufrió en pleno vuelo hacia Moscú.

Las personas cercanas a Navalny acusaron al gobierno ruso de envenenarlo, explicando que lo único que ingirió fue el té del aeropuerto. Francia y Alemania se apuraron en ofrecer asilo y un avión sanitario se llevó al paciente a Berlín, donde se recupera paulatinamente a pesar de estar grave.

Alexei Navalny en una marcha opositora en Moscú

Alexei Navalny, además de ser la versión rubia del jefe de los espartanos en ‘300’, ha sido catalogado como el enemigo más peligroso del Presidente de Rusia, Vladimir Putin. Siempre que intentó ser candidato a Presidente, se lo prohibieron. También estuvo preso en varias oportunidades. Su popularidad existe gracias a su actividad en internet denunciando casos de corrupción y violaciones a los derechos humanos supuestamente cometidos por el gobierno de su país. Un poco de su historia, acá (ver)

Las sospechas de Occidente sobre el gobierno ruso no responden solamente a esas cosas de la política. Los antecedentes no lo ayudan, diría un amigo. Ya hubo un caso donde un doble agente ruso que trabajaba para el MI6 británico, Sergei Skripal, fue envenenado en Salisbury, zafando con lo justo. Todos le apuntaron a Putin y a los servicios rusos. (ver)

Alemania, donde Navalny cumple la doble condición de asilado y paciente, pidió explicaciones. Dijeron que hubo un envenenamiento con Novichok (¿what?), una sustancia que fue utilizada también en el caso que nombramos arriba. Rusia niega toda responsabilidad por el hecho y pidió que este acontecimiento no influya en la relación con Occidente.

El caso es de película, pero me interesa más pensar en las derivaciones políticas. Es un punto de tensión más entre Rusia y la Unión Europea. El capítulo 2020 de esta difícil relación estaba escrito con el tono de la crisis bielorrusa. Con el caso Navalny vuelve a haber discrepancias entre los 27 y un Putin que vuelve a ser señalado como un oscuro personaje que envenena adversarios.

Pero la voz cantante de la UE en este asunto no la tiene cualquiera; la tiene Alemania. La oposición doméstica al Gobierno de Merkel (ver) sostienen que el gasoducto Nord Stream 2, que conectará el gas ruso con Europa por el Mar Báltico, debe ser reconsiderado tras las acciones rusas, que andarían un poco flojas de moral. 

Como para empiojar un poco más el panorama, el presidente bielorruso Lukashenko, del cual hablamos hace unas semanas (acá podes leerlo) y que afronta la crisis más seria en sus 26 años de gobierno, dijo que toda la causa Navalny esta armada, justamente para no concretar el proyecto del gasoducto. (ver acá)

 “No podemos seguir jugando a ser gobierno de internet”

La frase corona una fragmentación más en la oposición venezolana. Su autor es Henrique Capriles. Candidato a Presidente en dos oportunidades y ex gobernador del Estado de Miranda, Capriles se bajó del barco de Guaidó, quien ve su liderazgo en las filas anti chavistas cada vez más comprometido.

Semana movida en Venezuela, que tiene elecciones legislativas el 6 de diciembre. A comienzos de la semana, Nicolás Maduro anunció un indulto a más de 100 dirigentes opositores que estaban presos y los dejaba en libertad. Una medida que fue bien recibida por la Unión Europea, que fue formalmente invitada por Maduro (posta) para observar los comicios de diciembre junto con la ONU. 

Mientras el chavismo jugaba la carta de una relativa apertura, Capriles comenzaba la rebelión contra el liderazgo de Guaidó. Primero, se anotaba una victoria en la liberación de opositores, dando a entender que se logró gracias a sus gestiones personales.

https://twitter.com/hcapriles/status/1300976138265735169

Pero después sacudió el tablero anunciando su participación en las elecciones legislativas, diferenciándose de Guaidó que llama a no votar y a boicotear unos comicios que, en su opinión, serán fraudulentos. Capriles sostiene su decisión en base a dos argumentos. Número uno: no participar es regalarle la Asamblea Nacional al chavismo y perder la única institución del Estado que controla la oposición. Número dos: el liderazgo de Guaidó no va más. “Basta de gobierno de internet. Se agotó lo que había”. (ver nota)

https://www.youtube.com/watch?v=L9tR0E6Nh1Y

Lo que dicen (ver) Guaidó y su padre político, Leopoldo López , es que a Capriles le serviría perder las elecciones pero asegurarse ser la voz de mando de una eventual bancada opositora minoritaria, a costa de regalarle la Asamblea Nacional al chavismo y poniendo en riesgo los logros (relativos y pequeños, pero logros al fin), que han logrado desde enero de 2019: las sanciones económicas a la cúpula del Gobierno, el reconocimiento de varias decenas de países a Guaidó como el gobernante legítimo de Venezuela, el asiento en la OEA, y algunas más.  

Antes amigos, ahora adversarios.

Mientras, Nicolás Maduro se frota las manos. Hay versiones que apuntan que la estrategia de Capriles estaría bien vista desde la Unión Europea, que quiere comenzar a encontrar soluciones a la crisis venezolana. Una crisis que se ha dilatado mucho en el tiempo y que podría sufrir modificaciones con estos movimientos y con algunos otros hechos que sucederán en las próximas semanas, como las elecciones en los Estados Unidos.

Ping Pong

  • Marchas anti cuarentena, también en Europa. (click aquí)
  • Los Fiscales del Lava Jato presentan sus renuncias luego del alejamiento de Deltan Dallagnol. (ver acá)
  • Muere uno de los principales criminales del genocidio en Camboya (ver acá) 
  • Grecia y Turquía negocian en el seno de la OTAN (ver acá)
  • Comienza el juicio por complicidad con el atentado contra la revista francesa Charlie Hebdo (ver acá)

Bonus track

Donald Trump se apoya en la política exterior de cara a la parte final de la campaña. Mientras las tensiones raciales y la mala gestión de la pandemia le complican sus chances, el Presidente estadounidense recibió en la Casa Blanca al Presidente de Serbia, Aleksandar Vučić y al Primer Ministro de Kosovo, Avdullah Hoti.

Dos semanas después de la mediación entre Emiratos Árabes Unidos e Israel, Estados Unidos vuelve a jugar el rol del tercero que acerca a dos partes en disputa. Kosovo se declaró independiente en 2008 y fue reconocida por varios países, incluido Estados Unidos. Serbia, aliado histórico de Rusia, no reconoce a Kosovo como Estado independiente.

Mientras Kosovo busca “el reconocimiento mutuo”, Serbia pone el freno ahí y se limita a firmar acuerdos económicos, que fue lo que efectivamente se acordó en la Casa Blanca. De hecho, Vučić dijo que no firmara ningún papel que diga que Serbia reconoce a Kosovo

Pero todo este evento tiene un solo objetivo: la campaña de reelección de Trump. En una conferencia de prensa conjunta, Trump y sus colaboradores se la pasaron a hablando de “dos países”, dos “presidentes” y los trata como iguales. Vučić se veía extremadamente incomodo con el tono de la declaración, y aprovechó a poner en claro que “los conflictos económicos están solucionándose, pero no los políticos”. De poco sirvió en una puesta en escena pomposa para darle una victoria a Trump. Si no me creen que el Presidente serbio estaba deseando estar en Belgrado tomando una birra en lugar de estar en el Salón Oval, mírenlo ustedes mismos.

https://www.youtube.com/watch?v=KBOflvUtpQs

El que ligó de rebote con todo esto fue Israel. Serbia anunció que moverá su Embajada de Tel Aviv a Jerusalén, siendo el primer país europeo en hacerlo y configurando un gesto inequívoco en favor del Estado judío. Israel sigue siendo beneficiario de las aventuras diplomáticas de Trump en pos de ganar las elecciones. No obstante, parece que el presidente serbio se enteró de esto al momento de la Conferencia y recién cuando Trump lo menciona.

https://twitter.com/iehutin/status/1302282191095894018

El sábado que viene, si se junta el quorum, son las elecciones en el BID. Hay dos candidatos: Gustavo Béliz, actual secretario de Asuntos Estratégicos del gobierno de Alberto Fernández y Mauricio Claver – Carone, asesor de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, descendiente de cubanos y operador anticastrista de la derecha republicana de Florida. Este articulo con las claves de esta elección está muy bueno por dos razones: primero porque explica los por qué sería una derrota para Latinoamérica que un norteamericano dirija el banco, y segundo porque lo escribí yo. Bueno che, un poquito de autobombo no viene mal. (leer aca)

Para terminar de graficar este tema, les dejo una entrevista al propio Claver – Carone, donde otorga algunas definiciones y algo que bien podría ser tomado como un chiste: se reivindica latinoamericano mientras da la entrevista en los jardines de la Casa Blanca. (ver entrevista)

Eso fue todo por hoy.

Hasta la semana que viene.

(*) Analista Internacional de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Sat, 05 Sep 2020 19:24:53 -0300
Hacia ambos lados del Río Bravo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6411-hacia-ambos-lados-del-rio-bravo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6411-hacia-ambos-lados-del-rio-bravo Hacia ambos lados del Río Bravo

Nos vamos a América del Norte. Estados Unidos vuelve a sacudirse por un caso de violencia racial mientras Trump dirige la orquesta de la Convención Republicana. Andrés Manuel López Obrador se apoya en la lucha contra la corrupción para ganar terreno perdido por la pandemia. La incontinencia verbal de Bolsonaro y otro argentino que logra cosas inesperadas.


Sobre racismo y convenciones

Algunos le dicen destino. Otros dirán que fue una señal. Habrá quienes piensen que todo fue de casualidad.

El Partido Republicano se aprestaba el lunes a iniciar su Convención Nacional, el ritual previo a cada elección donde los partidos eligen formalmente a sus candidatos y se debaten las líneas de acción de la campaña. Lo hacía 4 días después de la finalización de la Convención Demócrata que había mostrado al país el cierre de filas detrás de Joseph Biden, a diferencia de 2016 donde Hillary Clinton había encontrado una potente resistencia a su candidatura.

Mientras tanto, un video grababa a un policía blanco tirándole 7 tiros por la espalda a Jacob Blake, un afroestadounidense de 29 años que estaba subiendo a su auto donde lo esperaban sus tres hijos. Sucedió en Kenosha, una ciudad de 100.000 habitantes que queda en el Estado de Wisconsin, el mismo donde el partido de Abraham Lincoln fue fundado hace 166 años. Una ciudad que vivió las protestas más grandes de su historia a raíz de otro caso de brutalidad policial contra un negro.

https://www.youtube.com/watch?v=5WZeT9vr2-g

La semana estuvo marcada por estos dos hechos que se desarrollaban prácticamente en paralelo. Por un lado, la Convención celebrada de manera virtual giró en torno a Donald Trump, quien se hizo con el control del Partido a expensas de los republicanos más moderados. Los ejes discursivos fueron la posibilidad de fraude del voto por correo, la fortaleza económica del país (hasta la llegada del coronavirus, claro), y la agenda socialista que pondrá en marcha el Partido Demócrata si llega al poder. Acá les tiro un spoiler: no habrá agenda socialista de ningún tipo.

La Convención tuvo rasgos inéditos, como la participación del Secretario de Estado (que nunca participa de estos eventos proselitistas debido a su rol), la utilización de la Casa Blanca, y el culto a un apellido. Sino observen la lista de oradores.

El jueves, Donald cerró la Convención en los jardines de la Casa Blanca. Dejó algunas definiciones y se dispusieron a disfrutar del espectáculo de fuegos artificiales​.

https://www.youtube.com/watch?v=X1J5Du8FmzY

Al otro día, en la mismísima capital estadounidense, el movimiento Black Lives Matter organizaba una manifestación multitudinaria. Esta fue la última de las secuelas que dejó el ataque policial a Jacob Blake. Durante la semana, la Guardia Nacional fue desplegada en Wisconsin para contener las protestas por el hecho. Protestas que tuvieron su capítulo dramático el miércoles cuando Kyle Rittenhouse, un jóven de 17 años, mostró cabalmente lo que produce la sociedad norteamericana, matando a dos personas que participaban de las protestas con su rifle de asalto, algo que nosotros sólo podemos llegar a ver en el Counter Strike.

Los jugadores de la NBA también participaron de toda esta trama. Los Bucks, el equipo de la ciudad de Milwaukee, cercana a Kenosha, se negaron a jugar en reclamo a la violencia racial y rápidamente fueron secundados por el resto de los equipos, incluido los Lakers de LeBron James, que se convierte de a poco en una voz que encabeza las reivindicaciones raciales en el plano del deporte estadounidense. A raíz de esto, Trump acusó a la NBA de haberse convertido en una “organización política”.

Algunas reflexiones fugaces. Trump y la Convención Republicana apostaron por la polarización extrema y la asociación de los demócratas con una supuesta agenda socialista que daría lugar a un orden anárquico contrario a los valores nacionales. Correr del debate a la pandemia y sus derivaciones económicas para crear una expectativa de crecimiento cuando todo pase. Esa es la estrategia del Partido Republicano que, de ganar Trump, quedará completamente bajo su control.

Del otro lado, las secuelas del coronavirus y la injusticia racial vuelven a ser tomadas por el Partido Demócrata como puntos de debate en un contexto social que da para eso. 3 meses después del asesinato de George Floyd, vuelven a verse imagenes de un policía blanco descargando su arma y su supremacía arbitraria contra un ciudadano negro.

Como siempre, me interesa más dejarles cosas para leer que escribirles ideas mías. El rol que cumple el Vicepresidente Mike Pence para el vínculo de la Administración con el conservadurismo cristiano me resultó interesante para comprender cuáles son las bases que acompañan el discurso de Trump.

Este video de campaña que subió el Presidente a su cuenta de Twitter muestra la retórica de la campaña para la reelección.

https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1299165375830073344

Por lo pronto, el 29 de septiembre será el primer debate televisado.

AMLO y la corrupción

Andrés Manuel construye la fortaleza de su gobierno en base a su lucha contra dos enemigos que, según sus propias palabras, nunca habían sido enfrentados por un Presidente mexicano: la corrupción y el neoliberalismo.

Las complicaciones de la pandemia en un país que tiene muchísimas particularidades que lo hacen único, obligaron a López Obrador a buscar iniciativa política para enfrentar la segunda mitad de su mandato y a meses de las elecciones intermedias del año que viene.

El ex director de la petrolera estatal Pemex, Emilio Lozoya, está detenido luego de haber sido extraditado de España a México. Es objeto de una investigación por presuntos delitos de corrupción, lavado de dinero y crimen organizado. Su cargo al frente de Pemex fue en el gobierno de Enrique Peña Nieto, que gobernó México de 2012 a 2018. 

Lozoya prendió el ventilador y no solo implicó a Peña Nieto en esquemas delictivos, sino también a otros dos ex presidentes: Felipe Calderón y Carlos Salinas de Gortari. A partir de allí, y vinculando los problemas económicos y el narcotráfico a estos problemas de corrupción endémicos de la “era neoliberal”, AMLO arremetió con la propuesta de realizar una consulta popular para el enjuiciamiento de ex presidentes. A los 3 ex mandatarios nombrados, se les sumarían Ernesto Zedillo y Vicente Fox.

Esta estrategia fue complementada con otro viejo proyecto ideado por el Presidente mexicano: la eliminación de los fueros presidenciales. Esta medida requiere la aprobación de una Ley en el Congreso que modifique dos artículos de la Constitución. AMLO ya intentó esta jugada en 2018 pero la Cámara de Diputados no aceptó el proyecto de Ley modificado que le había enviado el Senado. Con este segundo intento, el mandatario busca cumplir con una de sus principales promesas de campaña y en sus palabras, decirle “Nunca más” a un “narcoestado”.

El caiga quien caiga fue tomado en serio. Mientras Andrés Manuel promueve investigar a sus predecesores, sus rivales también se mueven. Salió a la luz un video en el cual el hermano del presidente, Pío López Obrador, recibe dinero de un ex funcionario nacional de Protección Civil. Según la versión oficial, es un vuelto que le intentan endilgar al Presidente por sus últimas jugadas. Pero él ha respondido que su hermano “debe dar la cara” y que la Fiscalía debe investigar a fondo. Incluso se ofreció a declarar si fuese necesario.

https://www.youtube.com/watch?time_continue=26&v=WrtE4oUJDhg&feature=emb_title

Que un gobierno autodenominado progresista utilice el eje de la corrupción para ganar capital político es algo nuevo en América Latina. Siempre es una estrategia utilizada por las administraciones conservadoras, que suelen tener pocos logros sociales y económicos para mostrar.

La idea de formar un gobierno popular y moralmente superior al de sus predecesores es un viejo anhelo de AMLO, que llegó hace 2 años a la Presidencia de México, un país en el cual gran parte de su población vive bajo las reglas de cárteles delictivos y gubernamentales, y no bajo el imperio de la ley.


Ping Pong

- Capriles se desmarca de Guaidó y sugiere participar en las Legislativas venezolanas-->VER 

- Arrancó la campaña por el referéndum constitucional en Chile-->VER 

- Shinzo Abe, el Primer Ministro japonés que más duró en el cargo, renuncia por problemas de salud-->VER 

- Destituyen a Wilson Witzel, el Gobernador de Rio de Janeiro-->VER 

- 30 muertos en 11 días. Las masacres en Colombia no dan tregua-->VER 


Bonus Track

A todos nos pasó alguna vez de decir “¿por qué no habré cerrado la boca?” cuando decimos algo de más. Hay una persona que tiene incontinencia verbal y no parece hacerse mucho problema por eso: Jair Bolsonaro. Juan Elman rescató esta semana un video donde Al Gore, dirigente histórico del Partido Demócrata de EE.UU., dialoga con Bolsonaro en el foro de Davos sobre los incendios en la Amazonia. Prefiero que lo vean ustedes mismos. No lo encontré con subtítulos en español pero si entendés algo de portugués o de inglés, vas a poder entenderlo.

https://www.youtube.com/watch?v=w5W0EzwEaDk

Ahora, y gracias a su recuperación tras padecer la enfermedad omnipresente, dijo que los periodistas tienen más posibilidades de morir ya que él, atleta del Ejército, se curó lo más bien. Pero usó una expresión bastante particular -->VER

Por último, Irán aceptó luego de varios años que la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) visite sus instalaciones en Teherán para controlar que no haya proyectos nucleares prohibidos en curso. Hay dos lugares que la OIEA solicitó auditar para observar el cumplimiento de los compromisos que la República Islámica tomó en términos de uso de energía nuclear. El que logró este difícil visto bueno fue el nuevo director general del organismo, Rafael Grossi.

Podemos anotar a otro argentino que hace milagros.

Nos leemos la semana que viene.

(*) Analista internacional de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Sun, 30 Aug 2020 12:39:19 -0300
Son tiempos de cambio https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6402-son-tiempos-de-cambio https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6402-son-tiempos-de-cambio Son tiempos de cambio

¡Buen fin de semana! Esta semana tuve la sensación de que estamos transitando esos momentos bisagra en la política internacional, que adquieren tal caracterización cuando se analizan en retrospectiva y pueden apreciarse todas sus derivaciones. Un discurso histórico, conflictos casi inéditos y movimientos globales dan lugar a pensar en la posibilidad de una nueva Guerra Fría, con características propias del Siglo XXI.

La crisis de los consulados quedó chiquita al lado de Pompeo
Luego del cierre del consulado chino en la ciudad de Houston por orden del gobierno norteamericano, China respondió de la misma manera: se ordenó el cierre del consulado estadounidense de la ciudad de Chengdu, alegando que desde allí se realizaban tareas coincidentes con la injerencia en los asuntos internos de China. El cierre del consulado de Chengdu es una medida idénticamente proporcional al cierre de la oficina de Houston: no son los consulados más importantes como el de Hong Kong o el de San Francisco, pero tampoco los más insignificantes como el de Tijuana o el de Wuhan, vaciado por el brote de coronavirus.

Más allá de estas medidas, el principal indicador del momento que estamos viviendo pudo apreciarse el jueves de esa semana. Aquel día, el Secretario de Estado norteamericano, Michael Pompeo, dio un discurso en el cual se refirió a China con una agresividad inédita en décadas.

Vale la pena analizar varios pasajes de la exposición del responsable de la política exterior norteamericana, ya que la narrativa que utilizó da lugar a una inevitable comparación con expresiones típicas de la Guerra Fría.

Pompeo habló de la necesidad de que “el mundo libre” triunfe sobre esta “nueva tiranía”. Acusó a China de no haber evolucionado hacia un régimen democrático convirtiéndose en una amenaza para la libertad, las economías occidentales y “nuestra forma de vida”. En muchas ocasiones, evitó decir China y habló del Partido Comunista, diferenciándolo del pueblo chino. Aseguró que el gobierno de China es marxista – leninista y que Xi es un verdadero “creyente” de una ideología totalitaria en bancarrota.

Una aclaración aquí: decirle tiranía a un gobierno es muy significativo. Aludir a las “naciones libres” para contrastarlas con los “regímenes” como el chino, es un lenguaje copiado y pegado del siglo pasado. Contraponer las democracias con los gobiernos autoritarios en la lucha geopolítica global, es volver a la lógica de la Guerra Fría.

No obstante, me gustaría poner el foco en un momento importante del discurso. Cito a Pompeo: “las políticas, tanto estadounidenses como de otras naciones libres, resucitaron la economía quebrada de China y sólo vemos a Beijing morder la mano internacional que le dio de comer”. Es una referencia al acople que el mundo occidental hizo con China para integrarla al sistema económico global, creyendo que eso daría lugar al triunfo de la democracia. Hay que recordar que, en 2001, EE.UU. y sus aliados abogaron por el ingreso de China en la Organización Mundial del Comercio y, desde hacía algunos años, muchas empresas occidentales relocalizaron la producción en China por lo barata que es la mano de obra y por el acceso a semejante mercado.

https://www.youtube.com/watch?v=7azj-t0gtPM

En la opinión de los decisores de la Casa Blanca, se hizo una errónea inclusión de China al sistema de las economías de mercado. En los 90’, aseguran, la integración de China al mercado global puso el foco en los negocios a realizar y no tuvieron en cuenta que impulsaría la economía del gigante asiático y le permitiría convertirse en una potencia pujante que, 25 años más tarde, le disputa espacios de poder globales a Estados Unidos en varios campos.

En un artículo muy bueno de Adam Tooze (VER), se hace referencia a los dichos del Fiscal General de Estados Unidos, William Barr. Este dijo que “los negocios estadounidenses son parte del problema: se concentraron en los negocios sin tener una visión nacional”. Pepsi, Nike, Apple, etc. Todas estas empresas son parte del proceso de fortalecimiento económico de China, donde el Estado tiene la última palabra y la birome para firmar todas las medidas económicas, y que permitieron que China apuntale su economía y su modelo, sentándose en la mesa de las grandes potencias, plantándole cara a los aparentemente invencibles Estados Unidos de América.

Volviendo a Pompeo, las comparaciones de China con la ex URSS terminaron de colocar el discurso en el molde de la Guerra Fría. Hay muchas características que diferencian aquel conflicto del que se avizora en estos momentos, acelerado por la circunstancia de la pandemia. Qué sucederá si Biden gana en noviembre, es una incógnita. Pero está bastante extendido en la comunidad de inteligencia y seguridad estadounidense que China es la principal amenaza a su hegemonía. Eso implica que, gane quien gane, la diputa entre ambas naciones seguirá y que, a lo sumo, puede haber un cambio de estrategia para lidiar con ese conflicto.

¿Y acá?
La mayor parte de los referentes académicos de las Relaciones Internacionales afirman que en épocas de bipolaridad rígida, los países de la periferia tienen su margen de maniobra muchísimo más acotado. América Latina es parte del hemisferio occidental y de la esfera de influencia inmediata de los Estados Unidos.

Durante el Siglo XX, no había una vinculación estrecha entre nuestra región y la Unión Soviética, salvo acuerdos comerciales sectorizados y, por supuesto, los vínculos de los países que habían tenido revoluciones exitosas como Cuba.

Hoy, China tiene un vínculo mucho más estrecho con Latinoamérica a comparación del existente en aquel entonces con la URSS. Las inversiones, los volúmenes comerciales, los acuerdos de cooperación en una multiplicidad de aspectos y un larguísimo etcétera dan cuenta de los niveles de asociación que China tiene con América Latina.

En ese sentido, es importantísimo obrar con muchísima cautela para caminar por ese frágil equilibrio que significa ser punto de disputa entre Estados Unidos y China, en un contexto de fragmentación regional, donde la pandemia va a dejar más de 50 millones de nuevos pobres y con gobiernos impredecibles en varios países de la región, como en Brasil, Colombia y Venezuela.

Algunas de estas definiciones se las robé a Juan Gabriel Tokatlian, en esta entrevista que le hizo el diario La Nación y que deja, como siempre, líneas de análisis riquísimas. La recomiendo muchísimo. (VER)

Tokatlian llama a la Argentina a desplegar una política exterior “maquiavélica”, en el sentido de caracterizar a la flexibilidad, la modestia y la prudencia, como elementos virtuosos. Y algo de esto se pudo ver estas semanas.

Una de las disputas a nivel global en estos días es la carrera por la vacuna contra el coronavirus. Trump y Estados Unidos apostaron por la que está desarrollando Pfizer, el laboratorio estadounidense. De hecho, el gobierno norteamericano cerró un acuerdo con la farmacéutica para la compra de 100 millones de dosis apenas se apruebe. En ese contexto, Alberto Fernández se reunió con el gerente general de Pfizer Argentina, Nicolás Vaquer, y con el director científico de la Fundación INFANT, Fernando Polack, quienes le informaron que Argentina fue seleccionada para llevar adelante una de las fases de prueba para una posible vacuna contra el coronavirus.

Pero en simultáneo, el Canciller Felipe Solá participó de una reunión virtual con Cancilleres latinoamericanos y el Ministro de Relaciones Exterior de China, Wang Yi, en la cual el representante chino anunció que una eventual vacuna desarrollada en su país será un “bien público de acceso universal” y que dará un préstamo de 1.000 millones de dólares para que la región acceda a la misma.

Hablar con todos, defender nuestra soberanía, no sobre-ideologizar la política exterior, identificar el interés nacional y obrar con cautela. Esas son las máximas de política exterior que se desprenden en este nuevo escenario que se configura rápidamente. Más rápido de lo que esperábamos.

Yo pertenezco a una generación que no vivió el conflicto bipolar. Si se reedita con las propias características del Siglo XXI, conservo la esperanza que transitaremos el mismo con inteligencia y priorizando el desarrollo y la eliminación de las desigualdades en nuestro país y nuestra región. En los tiempos de cambio, hay amenazas. Pero también oportunidades.

Ping Pong
Venezuela y Noruega retomaron conversaciones para el diálogo gobierno – oposición -->VER

Bielorrusia anuncia la detención de mercenarios rusos en vísperas de las elecciones presidenciales -->VER

Comenzó la inscripción para retirar los fondos de las AFP en Chile; el primer día hubo más de 3 millones de solicitudes -->VER

Protestas contra Netanyahu en Israel -->VER

Bonus track
En toooooooodo este merengue que estamos viviendo y del cual hablamos al principio, hay otra situación inédita: en Estados Unidos las manifestaciones contra la violencia racial siguen desarrollándose, dando lugar a la identificación, por parte del gobierno de Trump, de un enemigo interno caracterizado por el Presidente como “radicales y anarquistas de izquierda”.

Si bien las manifestaciones en esta semana se dieron en varias ciudades, la situación está bastante espesa en Portland, donde las fuerzas federales están desde hace semanas y donde se han visto imágenes propias de otras latitudes, como policías sin identificación llevándose gente detenida.

A partir de la práctica represiva de las fuerzas de seguridad, los manifestantes comenzaron a darse estrategias para protegerse. Una de ellas fue el “Muro de madres”. Dejo acá algunas imágenes y una crónica que subió Página 12 hace un par de días.

Se me hizo inevitable recordar las fotos de las Madres de Plaza de Mayo en plena dictadura militar argentina...

Nos leemos la semana que viene.

 

(*) Analista internacional de Fundamentar

 

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Sat, 01 Aug 2020 18:59:38 -0300
Un retorno eterno https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6385-un-retorno-eterno https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6385-un-retorno-eterno Un retorno eterno

Las primeras protestas de gran envergadura que se dieron desde el inicio de la pandemia, no tuvo nada que ver con el coronavirus, sino con la más antigua de las opresiones: la de los blancos sobre los negros. Colombia y otra tormenta política. Bonus con la ciclotimia de la OMS, las torcidas contra Bolsonaro y cambio de rumbo en Libia.

Lo mismo de siempre

La mayoría de las personas hubiese apostado que los conflictos sociales que se desatarían luego del cambio global propiciado por el coronavirus, estarían ligados a las consecuencias de la crisis sanitaria mundial, como por ejemplo las dificultades económicas derivadas de la pandemia o la falta de acceso a la salud de millones de personas, que ha quedado inevitablemente de manifiesto.

Pero no fue así. Las movilizaciones sociales más grandes que ha visto el mundo desde el inicio de la pandemia fueron en la primera potencia mundial y a raíz de un conflicto que tiene siglos de antigüedad: el racial.

Con el correr de los días, las manifestaciones por el cobarde asesinato de George Floyd se extendieron por todo el territorio de Estados Unidos y subieron en su intensidad. Imaginen que la Casa Blanca apagó sus luces frente a las protestas en el Parque Lafayette, que queda en frente; justo al lado de la Iglesia Saint John donde Trump al día siguiente posó con una Biblia para sacarse algunas fotos, luego de despejar violentamente el espacio de manifestantes.

El asesinato de Floyd cristalizó otros descontentos sociales presentes en la desigual y segregada sociedad estadounidense, donde los negros no solo son víctimas de la arbitrariedad policial, sino que son los que más caen en el sistema carcelario, los que mayor tasa de pobreza representan, los que menos se gradúan en las universidades y los que aún sufren la imposibilidad de ocupar ciertos espacios de poder.

Sin el registro visual del asesinato de Floyd, hubiese sido difícil que la mecha se prenda de esa manera. Pero el video de 9 minutos hizo prácticamente obligatoria la contestación social. Y esto también muestra la periodicidad de estos horribles homicidios. De hecho, hace menos de 2 meses, Ahmaud Arbery fue acribillado por un matón blanco amante de las armas y su padre, que lo perseguían porque estaba corriendo en un barrio de un pueblo de Georgia. Ahmaud salía a correr todos los días, y ese día no volvió. Acá hay una crónica que relata el ensañamiento racial que movilizó el hecho ⇒ VER

Por otro lado, el descontento social también se agrava porque Donald Trump ocupa la Casa Blanca. Trump aumentó la tensión racial en los Estados Unidos, no solamente con sus amenazas de campaña sobre el muro que pondría en la frontera sur, sino porque se ha negado a condenar marchas supremacistas, como las de Charlottesville en 2017, ha indultado a militares racistas y ha hecho una irrestricta defensa de las fuerzas de seguridad en sus ataques contra negros. En este video, se muestra como fueron esas manifestaciones de hace 3 años, donde se propugnaba por una unidad de la derecha segregacionista.

https://www.youtube.com/watch?v=RIrcB1sAN8I

El Presidente, además de ensayar una tibia condena del estrangulamiento seguido de muerte de Floyd, puso el foco en las protestas y no en el hecho que las originó. Esta semana, insistió en referenciarse como el “Presidente de la Ley y el Orden”, al igual que Richard Nixon en el convulsionado 1968, cuando fue candidato y luego ganó, tras las movilizaciones enormes que siguieron al asesinato de Martin Luther King.

Sin embargo, hay una diferencia: Trump tiene que reelegir, no elegir como Nixon aquella vez. Su radicalización obedece a la intención electoral de fidelizar su base, siempre teniendo en cuenta que es muy importante que un candidato enfoque claramente su mensaje, y el destinatario de ese mensaje. Dicho de otra manera: Trump sabe a quién les habla y qué decirles, frente un candidato opositor, el demócrata Joe Biden, que camina por la cornisa y oscila entre condenar el asesinato de Floyd y aseverar que “los policías deberían disparar a las piernas y no al corazón de alguien desarmado”. ¿O pensaron que Trump era el único despreciable?

En esa confusión discursiva de Biden, Trump puede sacar una pequeña ventaja, a sabiendas que en Estados Unidos, al ser voluntario el deber cívico de votar, es importante que los tuyos sean más que los del rival, pero más importante aún es que los tuyos vayan efectivamente a votar el día de la elección.

¿A que hay que prestarle atención? Primero, a las grietas dentro de la Administración. Todos cerrarán filas detrás de Trump conforme se acerquen las elecciones, pero suenan algunas voces de disenso sobre la forma que tiene Donald de manejar esta crisis, que se le suma a la sanitaria. El Secretario (o sea, Ministro) de Defensa, Mark Esper, dijo que no le parecía que haya que sacar a los militares a la calle, luego de la amenaza de Trump a los gobernadores. Y no son pocos los legisladores republicanos que no están felices con la deriva represiva.

Por otro lado, la estrategia demócrata. Obama empieza a tomar un perfil más notorio en la campaña, tratando de aumentarle el hándicap a un Biden falto de claridad y de carisma. Algunos dicen que una mujer afroamericana será la compañera de fórmula de “Sleepy Joe”: suenan la senadora Kamala Harris y la ex primera dama, Michelle Obama.

Por último, y para cerrar el tema, me encantaría decirles que esto tendrá una salida que conquiste derechos para la comunidad negra. Pero si vemos los asesinatos de Floyd, de Eric Garner, de Ahmaud Arbery, de Rodney King, y tantos otros negros asesinados porque sí y sin condena posterior, uno reconfirma lo que ya sabe: la historia de Estados Unidos está escrita con sangre, por más que este endulzada por Hollywood, la NBA y Disneylandia. Los gringos son los mejores entreteniendo, pero en su ADN social tienen ese gusto inexplicable por las armas, la violencia y los aires de supremacía.

Tropas extranjeras, espionaje y muerte

Colombia tiene, desde hace años, una alianza multidimensional con los Estados Unidos de América. En ese marco, una fuerza de elite del Ejército norteamericano llegó esta semana al país cafetero para “colaborar en la lucha contra el narcotráfico”. Los legisladores de la oposición le pidieron explicaciones al Ejecutivo comandado por el presidente Iván Duque.

Esto no es lo único que denuncia la oposición colombiana. Gustavo Petro, ex candidato a la presidencia por la izquierda, sostiene que Colombia se convierte cada vez más en el teatro de operaciones de una posible avanzada militar contra Venezuela.

Y también crecen las acusaciones sobre el escándalo de espionaje que salió a la superficie hace algunas semanas, donde dirigentes de la oposición y del propio gobierno, periodistas y notorias personalidades de la sociedad civil fueron espiadas ilegalmente por el Ejército. En ese marco, el miércoles se anunció que el ex presidente, senador y padre político de Duque, Álvaro Uribe Vélez, será investigado. De momento, todos coinciden en que si alguien tenía el control de esa red de espionaje, ese es Uribe. Si se confirma que personas allegadas a Duque fueron blanco de esas operaciones, se avecina una crisis en la alianza gobernante entre el presidente y la figura política más importante de los últimos 20 años.

Ah, una cosa más. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron el tratado de paz con el Estado en 2016, y pasaron a la legalidad, formando su partido político. Desde esa fecha, fueron asesinados más de 200 dirigentes de la fuerza política. Y sí, todavía hay gente que se pregunta por qué a algunos ex guerrilleros se les mete en la cabeza la loca idea de volver a la lucha armada.

Bonus track (hoy no hay futbol. O sí)

Vengo pensando hace un tiempo qué pasará en Brasil cuando la oposición salga a manifestarse, dado el cariño por las armas que tienen los bolsonaristas y la piedra libre que tiene la policía. Como Bolsonaro y sus seguidores tienen un perfil negacionista de la pandemia, son los únicos que salen, formando una minoría intensa y movilizada. El domingo pasado, ocurrieron las primeras manifestaciones del año en contra de Bolsonaro. Y fueron encabezadas por las torcidas, las hinchadas brasileñas de los clubes de futbol. En San Pablo, fueron los hinchas de Palmeiras, San Pablo y Santos, los que conducidos por la torcida del Corinthians, Gaviões da Fiel, marcharon en defensa de la democracia y en contra de Bolsonaro.

También hubo novedades para aquellxs que les interesa Medio Oriente. En Libia, como en todos los lugares donde se metieron las potencias, a la intervención extranjera le siguió un baño de sangre y una guerra fratricida entre compatriotas. El Gobierno de Acuerdo Nacional, reconocido por ONU y apoyado militarmente por Turquía, recuperó el control de Trípoli, la capital, tras ganarle algunas posiciones al Ejército liderado por Jalifa Haftar. Algunos detalles de ese conflicto, aquí ⇒ VER

La ultima y me voy, que este finde hay reencuentros: el miércoles, la Organización Mundial de la Salud (OMS) volvió a reanudar los tests clínicos con hidroxicloroquina, luego de haber descartado de plano a la droga por posibles efectos colaterales. Nobleza obliga, Trump tiene razón en algo: que poco confiables son algunos organismos multilaterales. Si la OMS sufre semejante ciclotimia, ¿Quién puede garantizar una buena gestión de la pandemia a futuro?

Por organismos multilaterales también me refiero a la Organización de Estados Americanos (OEA), que denuncia a Maduro, fue cómplice del golpe a Evo y despotrica contra Nicaragua, pero al ver los terribles sucesos de Estados Unidos, como diría mi madre, no dicen ni “mu”.

Hasta la semana que viene.

(*) Analista internacional de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Fri, 05 Jun 2020 19:32:09 -0300
Y finalmente se picó https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6382-y-finalmente-se-pico https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6382-y-finalmente-se-pico Xi Jinping durante la Asamblea Popular Nacional

¡Buen día! Este resumen sale hoy sábado, y no viernes como siempre, porque la pandemia nos otorga ciertas licencias y porque Míster Fundamentar es muy comprensivo de los tiempos de los escritores.

Una nueva Ley de Seguridad en Hong Kong, advertencias, movimientos de tropas y la referencia a una “nueva guerra fría” son muestra de un endurecimiento de la posición de China a nivel internacional. En la vereda de enfrente, Estados Unidos rompió con la OMS mientras el debate racial vuelve al centro de la escena. Bonus con dos países sudamericanos de los que nunca hablamos, fútbol en República Checa y una buena noticia desde Costa Rica.

Cambio de actitud

“Están empujándonos al borde de una nueva guerra fría”. Con estas palabras, la cancillería de la República Popular China hizo referencia a la agresiva postura que muestra Estados Unidos con respecto al gigante asiático. Mientras la discusión por el origen del virus sigue marcando el ritmo de un vínculo cada vez más desgastado, China mostró un interesante cambio en su actitud frente al sistema internacional.

Durante esta semana tuvo lugar la Asamblea Popular Nacional, el órgano legislativo chino. Esta reunión, que se celebra una vez por año, tendría que haber tenido lugar en marzo pero se pospuso para mayo, por razones de público conocimiento. De las múltiples leyes que se trataron, una cobró más importancia que el resto: una nueva Ley de Seguridad para la Región Administrativa Especial de Hong Kong.

Asamblea Nacional Popular china

Pasamos a explicar. Hong Kong es un territorio semiautónomo bajo soberanía china pero con status especial. Ex colonia británica, fue devuelta a China en 1997 con la condición de mantener el esquema “un país, dos sistemas”. A partir de este acuerdo, Hong Kong goza de ciertas “libertades” en el plano civil y político que no están presentes en la China continental. Tienen un sistema de elección de autoridades y un Parlamento donde están representados espacios “pro democráticos”.

Sin embargo, a pesar de estas prerrogativas que permiten que Hong Kong sea hoy un centro financiero a nivel mundial que tiene trato preferencial con varios países de Occidente, la última palabra la tiene Beijing. A raíz de una Ley de Extradición que China quiso implementar en el territorio semiautónomo el año pasado, hubo una serie de protestas que fueron razón suficiente para que China discuta, en esta Asamblea que tuvo lugar esta semana, lo que sucede en Hong Kong en términos de la seguridad nacional.

Fue por esto que Beijing aprobó una nueva Ley de Seguridad, mucho más severa que la Ley de Extradición que provocó las protestas de 2019. En ella, se castiga la secesión, la subversión al poder del Estado, el terrorismo y actos que pongan en riesgo la seguridad nacional. Además, se aprobó una pena para las personas que tengan actitudes irrespetuosas contra el himno de la República Popular.

Obviamente, Estados Unidos fue el primero en responder. Telefoneó a Londres, y junto con Gran Bretaña llevaron el asunto al Consejo de Seguridad de la ONU para su discusión. China, haciendo valer su capacidad de veto como miembro permanente del órgano, lo bloqueó. Cancelado el canal multilateral, Trump movió solo: le ordenó a su gobierno que revoque el trato preferencial que tenía con Hong Kong, atado a la autonomía del territorio. Como esa autonomía, según EE.UU., no existe más, la política especial de Washington, que se traducía en tratados de extradición, beneficios comerciales, y otras cuestiones, se echa por tierra.

El endurecimiento de la posición internacional de China tuvo otros episodios. Ante las acusaciones de Australia que, en tándem con lo exigido por Washington, exigió explicaciones por el origen de virus, China amenazó con boicotear ciertas exportaciones del principal país de Oceanía, un importante socio comercial de Beijing.

Esta semana hubo otros movimientos que van en la misma dirección. Tanto China como India movilizaron tropas a su frontera, cercana a la zona del Himalaya, en un nuevo capítulo de un escenario tenso que, por ahora y por suerte, muestra mucho ruido y pocas nueces.

Además, en Canadá un tribunal falló en contra de la vicepresidenta de Huawei, Meng Wanzhou, detenida en el país norteamericano en 2018. La respuesta de Beijing fue clara: “a Canadá no le conviene ser la primera línea de disputa entre China y Estados Unidos”.

La intervención en Hong Kong, el movimiento de tropas, las advertencias a Canadá, las amenazas a Australia, la referencia a una “nueva guerra fría” y las editoriales publicadas por sectores del gobierno chino (ver) muestran que, en el mundo post-pandemia, China tendrá otra actitud hacia afuera de sus fronteras.

Crónica de una ruptura anunciada

Finalmente, Trump dio el paso. La ruptura con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se hizo efectiva tras la no realización de “las reformas solicitadas” al organismo. Con esta medida, Estados Unidos dejará de destinar casi 500 millones de dólares anuales a la OMS, que pierde cerca del 15% de su masa presupuestaria.

Ya sabíamos que iba a pasar esto en algún momento. No fue suficiente que la OMS aprobara la realización de una investigación imparcial sobre el origen del virus. El gobierno de Trump ve en la disputa con China el principal activo para movilizar a su base electoral, y en esa movida también cae la OMS, presa del conflicto geopolítico y acusada por Washington de ser un organismo títere de Beijing.

Además, la Casa Blanca anunció que pueden llegar a tomarse algunas medidas tras la aprobación de la Ley de Seguridad en Hong Kong, que no descartan la implementación de sanciones, como las que caen ya sobre funcionarios y empresas de países rivales como Irán y Venezuela.

Como si no tuviera suficiente, un nuevo caso de violencia racista provocó protestas en varias ciudades de los Estados Unidos. El asesinato de George Floyd, un afroamericano de 46 años, por parte de la policía de Minneapolis, generó una serie de movilizaciones que tuvieron su epicentro en esta ciudad del Estado de Minnesota.

Mientras centros comerciales y la propia estación de policía donde trabajaba el asesino de Floyd fueron el objetivo de los manifestantes que incendiaron varios edificios, Trump ensayó un tibio pedido de justicia y envió a la Guardia Nacional a pedido del gobernador de Minnesota, Tim Walz.

El debate racial vuelve a cobrar importancia en los Estados Unidos, otro vector, además del sanitario, que impone un manto de relativismo en la caracterización del gran país del norte como primera potencia mundial. Dicho de otra manera: ¿Puede decirse que un país donde matan a la gente por su color de piel es la principal potencia del mundo? Supongo que esa respuesta varía según lo que definamos como “potencia”

Los asesinatos de ciudadanos negros en EE.UU. es algo que sucede con aterradora periodicidad. George Floyd, que murió por estrangulamiento debido a la presión que ejerció el policía Derek Chauvin con su rodilla durante más de 6 minutos sobre su cuello, repitió más de 10 veces la misma frase, convertida en una súplica por su vida: “no puedo respirar”.

‘I can’t breathe’ se convirtió en el grito reivindicativo de las marchas pidiendo justicia por Floyd. El movimiento Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan), tomó esta frase para encabezar los reclamos desde 2014, cuando policías blancos mataron a Eric Garner, otro afroamericano estrangulado por las fuerzas de seguridad en la vía pública. Garner, al igual que Floyd, repitió esa frase varias veces antes de morir por asfixia.

La muerte de Floyd, que impactó al mundo por la viralización del video del ahorcamiento y por las masivas protestas que generó, muestra la doble vara con la cual se maneja en la justicia estadounidense al tratar asesinatos de negros en manos de blancos. Solo un pequeño porcentaje de los asesinos de ciudadanos afroamericanos son efectivamente condenados a cumplir una condena. Y esto es terriblemente más notorio cuando los involucrados son policías.

Hoy, con la posibilidad que tenemos todos nosotros de tener una cámara en nuestro bolsillo, los asesinatos como los de Floyd o Garner son filmados y mostrados al mundo. A esto se refirió el actor Will Smith, quien dijo que siempre hubo homicidios contra los negros solo por ser negros. La diferencia es que ahora son documentados.

Bonus track

Después del resumen de esta semana te querés gatillar, ¿verdad? A veces, ver lo que sucede en el mundo es razón suficiente para alimentar el pesimismo.

Pero no todas son malas noticias. Costa Rica se convirtió en el primer país de Centroamérica en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ni la pandemia, ni la influencia de las elites religiosas pudieron frenar la conquista de este derecho, tan básico como poder elegir libremente a quien amar. Daritza Araya y Alexandra Quiros fueron las primeras en contraer matrimonio tras la entrada en vigencia de la nueva Ley.

 

Por otra parte, se celebraron elecciones en Surinam, un país de nuestra Sudamérica, que muchas veces pasa desapercibido por su pasado como colonia neerlandesa y por estar lejos y ser pequeño. La figura más importante de Surinam como país independiente es Desi Bouterse, quien buscó renovar su mandato por la vía electoral. Algunos datos, acá: Elecciones en Surinam

Como para no salir del área, hay que decir que Argentina no fue el único país sudamericano que celebró una fecha patria esta semana. Guyana, otro Estado de nuestro continente que suele pasar desapercibido, festejó sus jóvenes 54 años de independencia del Reino Unido. Podes mirar algo acá: Independencia de Guyana

Yo, por mi parte, voy a hacer una confesión de sábado otoñal y voy a decir que extraño a mis amigues y al fútbol. Espero que el reencuentro con la gente que quiero sea en estas semanas. En cuanto al fútbol, es más difícil. En República Checa se reanudó la Liga con un partidazo entre dos de los equipos más populares de ese país: Viktoria Plzen contra el mítico Sparta de Praga. El Viktoria ganó 2 a 1, y la popular se pareció más a un autocine que a una tribuna.

¿Será este el futuro del fútbol durante la pandemia?

Un abrazo y hasta la semana que viene.

(*) Analista internacional de Fundamentar.

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Sat, 30 May 2020 13:29:36 -0300
El Sur avanza en Europa y protesta en América https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6378-el-sur-avanza-en-europa-y-protesta-en-america https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6378-el-sur-avanza-en-europa-y-protesta-en-america El Sur avanza en Europa y protesta en América

El golpeado sur de Europa logra una victoria política frente al Norte austero. Sudamérica vuelve a sacudirse en donde arrancó la ola de protestas de 2019: Ecuador y Chile. Estados Unidos y China empiezan a jugar sus cartas, mientras que la OMS sigue presa del conflicto. Bonus de operaciones militares, futbol y elecciones africanas.

Arremangarse y manos a la obra

En la formalidad, la Unión Europea (UE) está compuesta por 27 Estados. En la realidad, y desde hace años, la conducción política y económica del bloque es ejercida por el eje Francia – Alemania. Cuando Paris y Berlín se ponen de acuerdo, es muy difícil que el resto de los Estados motorice iniciativas a contramano de lo que propone el tándem conductor.

Desde el inicio de la pandemia, se instaló en Europa el debate sobre cómo llevar a cabo la reconstrucción económica del continente. Los países más afectados por el coronavirus, como España e Italia, son aquellos con más “desorden” presupuestario y fiscal. Hace algunas semanas, y con el aval y apoyo de Emmanuel Macron, desde Roma y Madrid propusieron emitir deuda a nivel continental para poder poner en marcha la revitalización económica.

Esta propuesta fue rechazada de plano por algunos países caracterizados por idiosincrasias y economías más “responsables” y austeras en términos fiscales, como Holanda, Austria, Suecia y la propia Alemania. La idea de estos países es que tanto italianos como españoles se hagan cargo de sus desajustes fiscales y vean cómo resuelven sus problemas económicos. La unidad de la Unión, te la regalo.

A partir de estos desacuerdos, comenzó a surgir un fuerte discurso anti europeísta en los países del Sur, sobre todo en Italia. Algunas encuestas de hace un mes mostraban que más del 50% de los italianos no solo pensaba que la UE no ayudó a contener el virus, sino que Italia estaría mejor fuera del bloque. Y todo esto en un contexto aun marcado por el interminable pulso del Brexit.

Esto hizo prender las alarmas de los líderes europeos, que apuestan a la continuidad y fortaleza de la UE. En concreto, hablamos de Macron y de Angela Merkel. Tanto el presidente galo como la canciller teutona saben que un golpe de la magnitud del Brexit (como podría ser un plan de salida de Italia) en un contexto de crisis económica post pandémica y de crecimiento de euroescepticismo tanto de derecha como de izquierda, puede ser letal para el proyecto integracionista.

Es por esto que el eje franco – alemán, adormecido en los últimos meses, se puso en marcha, y el lunes Merkel y Macron anunciaron un plan de reactivación de 500.000 millones de euros, en forma de subsidios presupuestarios y no de préstamos reembolsables, como querían las economías del Norte. Esto desligaría a los países que sean beneficiarios de la plata de tener adoptar ciertas reformas. Alemania cambió de postura y ahora se inclina por compartir el costo de los platos rotos.

O sea, se trata de una emisión de deuda conjunta. Todos nos endeudamos para ayudar a los más afectados. En realidad, es una iniciativa que defiende los propios ideales de la integración europea, basados en la solidaridad entre los miembros. Constituye una victoria tanto para Italia como para España, que venían apelando sin éxito a un plan continental que las ayude a salir del brete económico que se avecina cuando el virus retroceda.

Hay muchas razones para pensar en este cambio de postura de Merkel, más allá del deseo de salvar la Unión. Alemania asume la presidencia del bloque en julio, la última de Angela antes de su retiro. Esto podría impulsarla a tomar algunos riesgos. Por el lado de Francia, si bien no hubo un cambio de posicionamiento, Macron esta jaqueado al interior de su país, ya que perdió la mayoría parlamentaria por la ruptura del bloque oficialista y el descontento sigue en números altos (recordemos las huelgas del año pasado y las protestas de los chalecos amarillos).

Si bien los 27 países de la UE deben dar su visto bueno, y aún deben definirse los criterios del reparto de la torta, esto promete poner blanco sobre negro las posturas al interior del bloque. Pero los países del Norte tienen poco por hacer, a sabiendas que, como dijimos al principio, el entendimiento de los que conducen es casi imposible de frenar. Imaginemos una exquisita asistencia de Zinedine Zidane a una diagonal letal de Miroslav Klose. ¿Cómo la paras?

A la calle, como ayer

Lenin Moreno Garcés tardó días en aparecer cuando el coronavirus azotaba Guayaquil y dejaba muertos en las calles. El martes pasado apareció rápido y, después de nuevas comunicaciones con el FMI, el presidente de Ecuador anunciaba un impresionante ajuste del Estado que suponen más de 4.000 millones de dólares y que incluye el cierre de 8 empresas públicas (ya consumado vía decreto del día jueves), el cierre de misiones diplomáticas en el extranjero, la reducción horaria y salarial de los empleados públicos y un plan de reestructuración de deuda. El Congreso, bien gracias. Está pintado. Nadie habla de peligro democrático y división de poderes en Ecuador, ¿vieron?

Recordemos que en octubre de 2019 y a raíz de la eliminación de subsidios al combustible, Moreno caminó por la cuerda floja tras las manifestaciones masivas que hubo en Ecuador durante varias semanas y que lo obligaron a dar marcha atrás con el “paquetazo”. Este nuevo ajuste, que sobrepasa y por mucho el propuesto en 2019, no tuvo por ahora la respuesta de los ecuatorianos en las calles. Y pongo el énfasis en el “por ahora”.

El lunes, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), la organización indígena más grande del país andino, saldrá a movilizarse en Quito junto con algunas centrales sindicales. Desde las organizaciones ya avisaron que “se viene un nuevo octubre”, con el agravante de la presencia del coronavirus también por las calles ecuatorianas.

Lenin Moreno desmanteló el Estado en menos de 3 años.

El otro país que se vio envuelto en masivas movilizaciones durante el año pasado fue Chile. Tras el parate por la situación harto conocida por todos, ahora las protestas volvieron a las calles de Santiago, donde las comunas más pobres reclaman por la implementación de medidas anunciadas por Piñera que nunca se materializaron.

El Presidente chileno anunció el reparto de 2.5 millones de canastas alimentarias y de un bono familiar de casi 300 dólares que se extendería a 4 millones de chilenas y chilenos. Pero una cosa es anunciarlo, y otra cosa es repartirlo. Tanto las canastas como los bonos no fueron entregados, según lo que denuncian los manifestantes chilenos.

Además, la creciente presencia militar en las calles de Santiago suma otro componente preocupante en el conflicto. En Chile, los contagios se dispararon en el área metropolitana de su capital. Las camas de terapia intensiva en Santiago y sus alrededores están ocupadas en un 95%, según el Ministro de Salud Jaime Mañalich.

Ah, desde la oposición propusieron un proyecto a las grandes riquezas. Hay que ver si finalmente se debate o pasa como en la Argentina, que para tocar los bolsillos de los que más tienen hay que realizar primero los 12 trabajos de Hércules.

El tablero se empieza a mover

El martes fue la Asamblea Mundial de la Salud, en el seno de la OMS. El organismo resolvió iniciar “una investigación completa, imparcial e independiente” sobre el origen y la respuesta de los países frente al coronavirus. Esta investigación fue propuesta por los Estados Unidos, y la OMS dio el sí tras las amenazas de Trump de suspender indefinidamente el financiamiento y retirar la membresía de Estados Unidos del organismo.

Hay que recordar siempre que en noviembre, EE.UU. celebra elecciones, y que Trump tenía su mayor activo para la reelección en el buen desempeño de la economía. Bueno, no lo tiene más. Desde que comenzó la pandemia, 40 millones de personas (casi una Argentina entera) hicieron uso del pedido del seguro de desempleo en Estados Unidos.

Desde las entrañas del Partido Republicano admitieron que los ejes de la campaña cambiaron y que ahora se concentran en dos temas: Trump es el único que puede revivir la economía, y Trump es el único que puede enfrentar duramente a China. O sea, no sería extraño que EE.UU. endurezca su postura anti China en los meses que quedan de aquí a noviembre.

En ese sentido, ya comenzaron a moverse algunas fichas en otros sectores, que hay que seguir con atención en lo que podría dar continuidad al nuevo conflicto global. Esta semana, Estados Unidos excluyó a la empresa china Huawei del mercado de semiconductores, en un duelo clave entre ambos países para encabezar la revolución del 5G. Para entender un poco más esto, este artículo de Juan Elman explica de qué se trata esto del 5G. Pero básicamente se vincula a la disputa tecnológica a nivel global.

Por otra parte, el jueves Trump decidió retirar a Estados Unidos del Tratado de Cielos Abiertos. Este tratado, que entró en vigencia en 2002, habilita a los firmantes a sobrevolar satelitalmente las instalaciones militares de los socios, para tener conocimiento de su actividad militar. Trump dice que se retira porque Rusia no lo está cumpliendo, algo que niegan desde el Kremlin. Todo parece muy extraño, ¿no?

Del otro lado también se mueven las fichas. Pekín anuncio que va a debatir una nueva ley de seguridad para Hong Kong, que si bien es un territorio semiautónomo que depende de China en última instancia, tiene algunas características como la libertad de expresión y la elección de algunas autoridades que le dan una mínima actividad correspondiente con la democracia formal. Una nueva ley de seguridad podría cercenar las libertades relativas que tienen los habitantes de Hong Kong. ¿Saben qué país protestó por la medida china? Adivinaste.

Al estar en las puertas de un nuevo escenario, que parece pintar la intensificación del conflicto entre China y Estados Unidos, me parece oportuno advertir algo: para los países periféricos como el nuestro, una disputa dicotómica y bipolar reduce nuestros márgenes de acción. Dicho de otro modo, es un error pensar en Xi Jinping y Trump como buenos o malos, como dice el Gato Sylvestre todos los días en C5N. Cada potencia actúa en su lógica de potencia y con el objetivo de cumplir su propio interés nacional. Tengamos en cuenta esto en todo momento.

Bonus track

Les voy a pasar cositas interesantes para leer, como para compensar la humildad y amateurismo de este resumen semanal.

La Operación Gedeón, aquella incursión armada contra Venezuela y frustrada por el Ejército Bolivariano, tuvo muchos pormenores, roscas, contratos, y cuestiones un poco turbulentas. Este artículo de El País hace un buen recuento. 

Por otra parte, en Bélgica, uno de los países más permisivos en cuanto a medidas de confinamiento y con más muertes per cápita en Europa, los trabajadores de la salud recibieron de esta manera a la Primer Ministra, Sophie Wilmes, al arribar a un hospital.

https://www.youtube.com/watch?v=VBdqLvQFF5g

Por último, les dejo dos cosas que a mi particularmente me gustan mucho: elecciones y futbol.

Solo un país había celebrado elecciones en plena pandemia: Corea del Sur. Ahora fue el turno de Burundi, un pequeño país de África Oriental, ubicado en la zona de los Grandes Lagos. Algunos detalles de esta elección de alto riesgo, acá

En Alemania volvió la Bundesliga y fue la primera liga importante en regresar a la actividad. Yo me levante el sábado para ver al Borussia Dortmund contra el Schalke 04. Les dejo esta foto del partido del Mainz contra Colonia. El futbol sin público es como el churro sin dulce de leche: lo agarrás, pero pierde la magia.

Perdón por la extensión, pero el viernes pasado no estuve y hoy había que compensar un poco.

Nos leemos el viernes, y seguí quedándote en tu casa. No seas pascual, a ver si podemos encontrarnos a tomar un mate algún día.

(*) Analista de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Fri, 22 May 2020 15:29:34 -0300
La posverdad de las nuevas derechas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6375-la-posverdad-de-las-nuevas-derechas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6375-la-posverdad-de-las-nuevas-derechas La posverdad de las nuevas derechas

El fin de los gobiernos de corte progresista que desde comienzos del siglo XXI predominaron en la región, trajo como consecuencia el establecimiento de las “nuevas derechas” como sectores ideológicos que, reciclados, tuvieron que construir una agenda propia y una manera de hacer política que les granjeara la legitimidad electoral para alzarse con el poder.

Con una agenda “republicana” se dio crítica al intervencionismo estatal del período anterior por considerarlo de características autoritarias. Así comenzamos a escuchar que el managment empresarial tenía las herramientas necesarias para una eficiente gestión de los asuntos públicos, que de la pobreza se podía salir en la medida en que el esfuerzo individual fuera suficiente como para convertir a un pobre en mentor de su propio destino, ya que no debía haber obstáculo al mérito más allá de las propias limitaciones de la voluntad. También comenzamos a escuchar ciertas verdades pocos comprobables, pero que, al compás de la difusión de los medios de comunicación funcionales a estos intereses, se reproducían sin importar si verdaderamente representaban la realidad. Muchas de estas afirmaciones se estiraron tanto que terminaron por convertirse en cargos y acusaciones contra dirigentes políticos, dando paso a la judicialización de la política o “Lawfare”, para quienes gustan de los términos anglosajones.

Posverdad: la Real Academia Española de la que no me considero devota, define al término como una “distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales” ¡Y qué fácil es manipular en tiempos de fake news! Bueno, en realidad es fácil en la medida en la que se disponga de medios de comunicación poderosos que colaboren para que a la velocidad de la luz puedas hacerles creer a los ciudadanos lo que quieras. Si no, preguntémosle a alguno de los autoconvocados caceroleros argentinos el motivo de su indignación. O mejor, preguntémosle ¿Dónde leíste eso?

Siendo gobierno u oposición, la derecha reciclada no tiene reparos en contradecir hasta la más establecida evidencia empírica. Entonces, la encontramos adscripta al negacionismo tanto sea del cambio climático como de las consecuencias del Coronavirus. Basta con ver las declaraciones de Jair Bolsonaro, a quien la red social Instagram le bloqueó recientemente una publicación por difundir información falsa al afirmar que las muertes por enfermedades respiratorias en el estado de Ceará habían disminuído, cuando en realidad aumentaron en un 33%  en el contexto de la pandemia.

A fines de marzo, la red social del pajarito también había censurado mensajes del presidente por cuestionar las medidas de aislamiento social. Al día de hoy, Brasil lleva casi 14 mil fallecidos mientras el primer mandatario desacredita de manera constante las recomendaciones de especialistas y estrena Ministro de Salud, desde que el anterior dio un paso al costado por sus constantes diferencias con el mismo Bolsonaro.

“La libertad importa más que la vida”, redobla el presidente de nuestro vecino país. Curiosamente, la oposición argentina sigue una línea similar al cuestionar las medidas de la administración de la cuarentena, que ya llegó a su fase 4, pero que ya era criticada en sus fases anteriores.

El problema con estos discursos que parecen faltar al sentido común, es que además de ser dados, son aceptados. Es decir, se distribuyen porque hay quienes los consumen, quienes los adoptan y los hacen propios para luego reproducirlos, y, una vez que se vuelven “trending topic”, ¿a quién le importa a qué intereses se favorece con su reproducción? 

Sin embargo, la posverdad ya era famosa antes de que podamos tener nuestros casos autóctonos. El concepto se difundió con la expansión de los partidos antisistema en Europa y con la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU, de manera que un poco antes de nosotros, otros ya pasaron por el fenómeno de las mentiras con nombre académico.

Y a decir verdad, tal como sucedió con el desarrollo de la pandemia, podemos afirmar “con el diario del lunes” que de este lado del continente podemos estar mejor preparados. Aún así, no debemos perder la capacidad de asombro, pues el ejercicio de la posverdad como herramienta política puede tomar las formas más variadas, si de favorecer intereses hegemónicos se trata. 

(*) Analista de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Lourdes Ábrigo (*)) Opinión Thu, 14 May 2020 22:41:39 -0300