Pocos dudaban de la gran importancia que tendría el segundo debate presidencial de cara a las inminentes elecciones estadounidenses. Los candidatos volvieron a mostrar cordialidad en las formas y contundencia en los mensajes. Tras su decepcionante actuación en el primer debate, Obama necesitaba recuperar el brillo, la agresividad y la contundencia. "El gobernador asegura que no hará aumentar el déficit y que bajará los impuestos a la clase media, pero cuando se le pregunta cómo lo va a hacer, no sabe decírlo", afirmaba el candidato demócrata, que aprovechó para recordar que su rival sólo paga un 14% de impuestos. "Menos que algunos de ustedes", le recordó a la audiencia.