El asesinato de un soldado en Londres ha provocado en la población británica incredulidad, conmoción y, al mismo tiempo, preocupación por las consecuencias que pueda traer consigo. Dos hombres de origen nigeriano pero residentes en el Reino Unido, según la prensa británica, mataron a machetazos al soldado mientras gritaban Alá es Grande. Durante dos minutos, uno de ellos, con un cuchillo y un machete en sus manos ensangrentadas, habla ante una cámara sobre lo que acaba de hacer. Se teme que la brutalidad y sangre fría del asesinato y el vídeo, recogidas por todos los medios británicos, generen represalias contra la comunidad musulmana.