Los ministros que conforman el nuevo Ejecutivo de Israel, liderados por Benjamín Netanyahu, tomarán hoy posesión de su cargo, dando por inaugurada una nueva legislatura en la que la posibilidad de una resolución dialogada al conflicto con los palestinos parece cada vez más remota. Sobre todo, porque algunos de los puestos más importantes en ese nuevo Gobierno los ocupan políticos que o bien simpatizan con el movimiento de expansión de asentamientos judíos en Cisjordania o bien son ellos mismos colonos.
El fragmentado resultado de las elecciones legislativas de enero obligó a Netanyahu, que se declaró ganador con mayoría simple, a pactar por un lado con partidos moderados y a incluir a políticos de centro en algunos puestos, como Finanzas o Justicia. Sin embargo, vista la composición final del Ejecutivo, las que se han declarado ganadoras en el nuevo Gobierno son las bases de colonos judíos, unas 500.000 personas que viven en Cisjordania y la parte oriental de Jerusalén, en el lado palestino de la llamada línea verde, la frontera establecida tras la guerra de 1967.
El partido que representa los intereses de los colonos, Habayit Hayehudi (Casa Judía) controla tres ministerios, entre ellos el de Construcción y Vivienda, desde el que se proponen y financian los nuevos asentamientos. Su titular, Uri Ariel, él mismo colono, dijo el domingo que en su nuevo Gobierno “proseguirá la construcción más allá de la línea verde, de acuerdo con la política del Gobierno y en el mismo orden y magnitud”. “La construcción en Judea y Samaria será más o menos la misma que ya había”, añadió, empleando el nombre bíblico de Cisjordania, en el Canal 10 de televisión.
Esas declaraciones no han sentado bien a la diplomacia norteamericana, dada la cercanía de la visita de Barack Obama a la zona, que comienza el miércoles. Tanto Estados Unidos como el grueso de la comunidad internacional, incluida la Organización de Naciones Unidas, consideran ilegal los asentamientos en territorio palestino. En su legislatura previa, desde 2009, Netanyahu construyó unas 6.900 viviendas en Cisjordania y el este de Jerusalén. A finales del año pasado anunció que erigirá en los próximos meses otras 11.000.
Quien da la aprobación última sobre los asentamientos judíos en territorio palestino, u ordena el desmantelamiento de aquellos que el Gobierno considera no autorizados, es el ministerio de Defensa. Quien lo liderará desde hoy, Moshe Ya’alon, del Likud, el partido de Netanyahu, es alguien extremadamente popular entre los colonos, un conocido defensor de la expansión de los asentamientos y de la idea de que no debería existir un país palestino en las fronteras que ahora controla Israel. En su día se opuso a la retirada de Israel de la franja de Gaza ordenada por Ariel Sharon.
A finales de 2009 Netanyahu ordenó una congelación de 10 meses en la construcción de asentamientos en Cisjordania para abrir la vía a “un acuerdo de paz histórico”. Ya’alon se declaró entonces en rebeldía. En una reunión con miembros de su partido dijo: “Creo que los judíos tienen el derecho de vivir donde quieran, para siempre, en la tierra de Israel”. Y respecto a la presión que Obama había ejercido sobre Israel para esa congelación, añadió: “A mí no me asustan los americanos. Hay asuntos en los que deberíamos decir basta”. Netanyahu le llamó entonces al orden.
FUENTE: El País