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Obama no dejó lugar a dudas en cuanto a su posición: el régimen de Bashar al Assad debe ser castigado por haber atacado a población civil siria con gases químicos. Para el presidente estadounidense, la veracidad de las acusaciones en ese sentido no está en tela de juicio. Por lo tanto, las investigaciones realizadas en el terreno por los expertos de la ONU no jugaron un mayor papel en su discurso. Y, en consecuencia, tampoco habló de esperar a conocer los resultados.
La decisión de Obama ya está tomada. Pero el presidente no comunicó la inmediata ejecución del ataque, sino que sorprendió con el anuncio de que pediría la venia del Congreso para llevarlo a cabo, pese a que las leyes estadounidenses no lo exigen.
Barack Obama afirmó estar convencido de la necesidad de actuar en vista de la atrocidad de los ataques con armas químicas. Y lanzó la pregunta de qué ocurrirá si el mundo permanece impasible ante crímenes como ese. De ahí derivó el jefe de la Casa Blanca el imperativo de actuar contra el régimen sirio, con una fuerza militar dosificada.
EL CONGRESO TIENE LA PALABRA
La decisión de Obama ya está tomada. Pero el presidente no comunicó la inmediata ejecución del ataque, sino que sorprendió con el anuncio de que pediría la venia del Congreso para llevarlo a cabo, pese a que las leyes estadounidenses no lo exigen.
El gobernante estadounidense está dispuesto a actuar aun sin un mandato de la ONU, que de todos modos puede darse por descartado, máxime después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, subrayara este mismo sábado que considera una patraña las acusaciones contra Assad. Pero Obama busca de todos modos una forma de legitimación. Y la solicita a la instancia en que se asientan las democracias representativas: el Congreso.
El jefe de la Casa Blanca pidió explícitamente luz verde a los parlamentarios, más allá de las fronteras partidistas. Lo mismo había hecho hace un par de días su tradicional aliado británico, con el resultado ya conocido: una negativa del Parlamento a secundar los planes bélicos. Obama parece confiar en que no correrá la misma suerte. Y, aunque tenga la potestad para actuar por sí solo, ahora ha dejado la decisión en manos de los representantes del pueblo estadounidense que, como reconoció el mismo presidente, está cansado ya de la guerra.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Pedro Arrospidegaray
FUENTE: DW