Según un informe de HRW difundido este viernes, varios grupos rebeldes islamistas atacaron el 4 de agosto unos diez pueblos habitados por la minoría alauí en la región costera de Latakia, en el norte de Siria.
La organización defensora de los derechos humanos asegura que hubo al menos 67 casos de ejecuciones extrajudiciales. Muchas víctimas estaban desarmadas y fueron asesinadas a tiros mientras huían, señala el informe. Agrega que los atacantes exterminaron a familias enteras y que más de 200 rehenes todavía su encuentran en poder de los secuestradores.
CRIMEN DE LESA HUMANIDAD
Según HRW, hay muchos indicios que apuntan a un crimen de lesa humanidad. "La dimensión de estos crímenes y su organización indican que estos fueron planeados de manera sistemática y que formaron parte de un ataque a la población civil", concluye el informe.
En el ataque participaron, de acuerdo con HRW, 20 grupos rebeldes, de los que cinco fueron responsables de los atropellos cometidos contra los civiles: las organizaciones Frente al Nusra y Estado Islámico en Irak y Siria, ambas vinculadas a Al Qaeda, la brigada Ahrar al Sham y los grupos Sukor al Iss y Muhayirun wa al Ansar.
Un portavoz del opositor Consejo Nacional señaló entretanto que su organización condena todas las violaciones de los derechos humanos. Agregó que si rebeldes ligados al Consejo Nacional estuvieran implicados en la masacre, deberán asumir su responsabilidad.
TESTIGOS DEL HORROR
Para elaborar su informe, colaboradores de HRW entrevistaron a supervivientes y testigos de la masacre. Uno de los testigos, Hassan Shebli, dijo que los rebeldes mataron a su esposa inválida y a su hijo paralítico.
Las tropas del gobierno reconquistaron el área el 18 de agosto. Los alauíes sirios, a los que pertenece el presidente Bashar al Assad, constituyen una minoría en una Siria de mayoría sunita.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Priscila Pretzel
FUENTE: DW