Elecciones presidenciales en Uruguay
El domingo 24 de noviembre se realizó el balotaje en Uruguay, donde se definió el futuro del país, con una participación del 90% de ciudadanos uruguayos que eligieron presidente y vicepresidente de la república para el periodo 2025 – 2030 dado que en Uruguay la presidencia se extiende por cinco años. Recordamos que el pasado 27 de octubre, en el marco de las elecciones presidenciales generales, ninguno de los candidatos superó el 50% de los votos necesarios para ganar en primera vuelta. De este modo, los 2 candidatos más votados se enfrentaron nuevamente el domingo en el balotaje.
Yamandú Orsi y Carolina Cosse
La fórmula ganadora fue Orsi-Carolina Cosse que obtuvo el 49,84% de los votos, mientras que Delgado-Valeria Ripoll el 45,87%, según los resultados oficiales difundidos por la Corte Electoral uruguaya. Esta victoria representa la vuelta de la izquierda a la conducción del país.
Lo que significa que, a partir del 2025, el oficialismo contará con mayoría en el Senado, aunque no en la Cámara Baja.
En su primer discurso como presidente electo y ante un gran grupo de militantes que celebraron la vuelta del Frente Amplio al Gobierno, Orsi llamó a la unidad y remarcó: “Me comprometo a no aflojar jamás para la construcción del Uruguay donde nadie se sienta relegado”. Su campaña electoral se centró en la justicia social, el desarrollo sostenible y la unidad nacional, “Seré el presidente del crecimiento nacional”, anunció Orsi. Entre sus propuestas más destacadas está una nueva política industrial junto con los privados y buscará crear parques tecnológicos, dedicados a la ciencia de datos, la inteligencia artificial y el internet de las cosas. En cuanto a las propuestas de seguridad, un tema delicado en la actualidad del país, Orsi propone que se desarrolle un sistema integral de lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico.
El actual presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou (PN), quien no pudo buscar la reelección ya que la Constitución uruguaya no lo permite, felicito a Orsi a través de la red social X como también lo hizo el gobierno de Javier Milei junto con otros mandatarios.
Las fuertes medidas de Trump
En un comunicado, el presidente electo de EE.UU. expresó su intención de aumentar el gravamen, que será del 25% a las importaciones que lleguen a su país desde Canadá y México. Y que impondrá un arancel adicional del 10% a los productos que sean de origen chino. Además de que anunció a Scott Bessent como próximo secretario del Tesoro de EE.UU., que se consideró como una señal prometedora para quienes buscaban una postura arancelaria más comedida.
Estas inesperadas pero no nuevas medidas, ya que las utilizó durante su primer mandato, serán parte de su plan para combatir la migración indocumentada y el tráfico de drogas, en especial el fentanilo, una droga sintética barata de producir, y ha sido un problema creciente en Estados Unidos. Las autoridades estadounidenses han señalado a China como el principal proveedor de los precursores químicos necesarios para su fabricación, que luego son enviados a cárteles en México.
En respuesta a las amenazas de Trump, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China ha expresado su disposición a continuar trabajando conjuntamente con Estados Unidos.
Mientras que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo que para resolver problemas se requiere cooperación y no "intimidaciones". Desde Canadá, el primer ministro Justin Trudeau expresó su intención de negociar.
Un dato no menor es que estas restricciones al comercio pondrían en juego la continuidad del acuerdo comercial con Canadá y México, negociado en gran parte por Trump en 2020 y conocido como T-MEC, que reemplazó al TLCAN y que está sujeto a revisión en 2026.
Siendo Estados Unidos el mayor importador de bienes del mundo, México, China y Canadá son sus tres principales proveedores, según los datos más recientes del censo de Estados Unidos.
Entre los bienes afectados estarán los autos nuevos, ya que cerca de 15% de los 15,6 millones de vehículos nuevos vendidos en Estados Unidos se fabricaron en México, mientras que 8% son de Canadá, según Global Data. En cuanto a las importaciones chinas son principalmente de computadoras y equipos audiovisuales hacia Estados Unidos.
El parlamento francés rechazó el acuerdo Mercosur-UE
La Asamblea Nacional votó esta semana en contra del acuerdo Unión Europea y Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia) por 484 votos frente a 70 a favor de los 555 diputados, un gesto que refleja la fuerte oposición nacional hacia el pacto que ha generado protestas masivas de agricultores en todo el país francés.
En negociaciones desde 1990 y en 2019 tuvo un periodo de activación en términos políticos, el tratado de libre comercio entre la UE y el Mercosur fue objeto de múltiples obstáculos, con numerosas modificaciones a lo largo de los años.
El tratado, que eliminaría la mayoría de los derechos de aduana entre Europa y los países del Mercosur, abriría las puertas a productos agrícolas como carne, azúcar y maíz provenientes de América del Sur. Esto, según los agricultores franceses, crearía un marco de competencia desigual que podría debilitar a los productores locales. Dado que los productores latinoamericanos se benefician de menores costes laborales, explotaciones más grandes y normativas menos estrictas en comparación con las normas de la UE.
Mientras que los 70 diputados que votaron a favor, entre los que se destaca el partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI), argumentaron que el gobierno no estaba haciendo lo suficiente para frenar el acuerdo en su forma actual.
Esta amplia oposición busca presionar a la Comisión Europea en las futuras negociaciones, ya que el Gobierno francés declaró que, para ser adoptado, el famoso acuerdo debe ser sometido al voto de cada uno de los parlamentos de los veintisiete países miembros.
Sin embargo, Estados miembros de la UE como Alemania y España son defensores del acuerdo. Aunque otras naciones como Austria, Bélgica y Polonia han expresado reservas, Francia sigue aislada en su posición radicalmente opuesta.
Por ende, a pesar del rechazo parlamentario francés que no tiene poder vinculante, la firma oficial del tratado podría darse en la próxima cumbre del Mercosur, programada del 5 al 7 de diciembre en Montevideo, Uruguay. Ante esta posibilidad, el gobierno francés intensificó sus esfuerzos para construir una coalición que le permita vetar el acuerdo, para lo cual necesitaría un bloque de al menos tres países que representen más del 35 % de la población de la UE.
Se revive el conflicto en Siria
Grupos yihadistas e insurgentes, liderados por el grupo militante islamista Hayat Tahrir al-Sham y respaldados por sus aliados turcos, entraron este 29 de noviembre por primera vez en ocho años a Alepo, la segunda ciudad del país, que vive una guerra civil desde 2011. Intervenida por fuerzas gubernamentales, apoyadas por Rusia e Irán.
Junto con la toma de otras localidades que ocurre en medio de los bombardeos de los yihadistas apoyados por Turquía, en el marco de su ofensiva relámpago contra las fuerzas del régimen de Bashar al -Assad, respaldado por Irán y Rusia. Y además se produce durante el alto al fuego de 60 días en la guerra de Hezbolá con Israel.
Mientras tanto, aviones de guerra sirios y rusos lanzaron intensos ataques aéreos contra el enclave rebelde en torno a Idlib. Esta zona está sujeta a una tregua negociada por Turquía y Rusia desde el año 2020. Sin embargo, la tregua fue violada múltiples veces.
Al menos 277 personas han muerto, la mayoría combatientes. Entre ellos, 159 rebeldes, 100 miembros de las fuerzas del régimen de Bashar al-Assad y sus milicias aliadas, como también civiles. La ONU registró alrededor de 15.000 civiles desplazados.
El gobierno de Siria acusó a las organizaciones terroristas armadas, incluido el Frente Al Nusra, de llevar a cabo la ofensiva con el apoyo de miles de combatientes extranjeros, armamento pesado y drones. Además, Irán ha señalado que esta ofensiva forma parte de un plan orquestado por Israel y Estados Unidos para desestabilizar la región.
(*) Internacionalista de Fundamentar