La policía entró en el edificio a las 4.15 (23.15 hora en Argentina) por una puerta lateral en compañía de un fiscal y utilizando gases lacrimógenos, declararon testigos, citados por EFE.
El fiscal exigió a los trabajadores que todavía están adentro que abandonen el edificio y se encuentra junto a fuerzas de seguridad haciendo un inventario del material de la emisora.
Al mismo tiempo bloquearon toda entrada al edificio, de acuerdo a las imágenes de varias cadenas televisivas que trasmiten en directo.
En el exterior se encuentran varios diputados del principal partido de oposición, el Syriza, que piden entrar al edificio, y a los que se les impidió el acceso por la fuerza.
Los diputados calificaron el procedimiento de antidemocrático y de una "nueva muestra de la política autoritaria" del Gobierno griego.
Los diputados calificaron el procedimiento de antidemocrático y de una "nueva muestra de la política autoritaria" del Gobierno griego.
Los trabajadores de ERT pidieron a la población que vaya a la sede de la emisora para "manifestar sus solidaridad" con los antiguos empleados de ERT.
El pasado 11 de junio, el gobierno ordenó el cierre inmediato de la televisión pública con el argumento de que las estructuras existentes eran demasiado anquilosadas y la maraña de corrupción demasiado extendida como para emprender una reestructuración.
Al mismo tiempo, el gobierno del conservador Andonis Samarás anunció la creación de un nuevo ente público, NERIT, con un equipo mucho más reducido.
Los tribunales calificaron de ilegal la desconexión de la señal y conminaron al gobierno a restablecerla; sin embargo, pasaron todavía dos meses hasta que se recuperaron las emisiones informativas, a través de una cadena transitoria, denominada Dimosia Tileorasi (Televisión pública) (DT).
Durante todo este tiempo, parte de los trabajadores despedidos mantienen ocupada la sede y siguen transmitiendo, primero con ayuda de la Unión Europea de Radiotelevisión (EBU, en sus siglas en inglés) y luego a través de internet.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Carolina Martínez
FUENTE: Télam