Las elecciones generales de Honduras se celebraban pasada la mitad de la jornada con mucha afluencia de votantes en las urnas y bajo el criterio generalizado de los candidatos presidenciales de que se están desarrollando en orden.
Unos 5,3 millones de hondureños, de los 8,5 millones que tiene el país, han sido convocados a las urnas en un país marcado por la violencia criminal que deja unos 20 muertos diarios, la pobreza y una crisis económica sin precedentes.
El candidato presidencial del gobernante Partido Nacional (conservador), Juan Orlando Hernández, dijo a los periodistas tras votar en la ciudad de Gracias, en el departamento occidental de Lempira, que los comicios "son una fiesta" y que transcurrían "en orden y con un nivel de participación que va a ser histórico".
Entre Hernández y Castro, según los sondeos, habría un empate técnico, aunque los dos políticos se han declarado ganadores antes de las elecciones.
Hernández, quien también es presidente del Parlamento, es, según las últimas encuestas de octubre pasado, uno de los favoritos a hacerse con el poder, junto con la candidata del partido de izquierdas Libertad y Refundación (Libre), Xiomara Castro, esposa del expresidente Manuel Zelaya, derrocado tras el golpe de Estado perpetrado contra él el 28 de junio de 2009.
Entre Hernández y Castro, según los sondeos, habría un empate técnico, aunque los dos políticos se han declarado ganadores antes de las elecciones.
La esposa de Zelaya dijo después de votar en el departamento oriental de Olancho con su marido que "mañana comienza una nueva Honduras". "La fiesta está desde ahora, el día de mañana comienza una nueva Honduras. Con fe y esperanza a construir la nueva patria", subrayó Castro.
De ganar Castro, sería la primera vez que una mujer y la izquierda llegan al poder en Honduras, en tanto que si triunfa Hernández supondría el segundo triunfo consecutivo del Partido Nacional desde 1980, cuando el país retornó a la democracia. En tercer lugar de las encuestas, aunque muchos no descartan que pueda dar una sorpresa, figura el candidato Mauricio Villeda, del Partido Liberal, hasta ahora primera fuerza de la oposición, que internamente se resquebrajó tras el golpe de Estado a Zelaya.
"La gente está votando tranquilamente, todo se desarrolla libremente. Vamos todos a votar", subrayó Villeda, hijo del expresidente Ramón Villeda Morales, quien fue depuesto por los militares el 3 de octubre de 1963 a dos meses de que concluyera su mandato.
El magistrado presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), David Matamoros, dijo en la radio y la televisión a las 13.00 hora local (19.00 GMT), a tres horas del cierre de los centros de votación, que todo se desarrollaba "con total normalidad" y que el ambiente era de "alegría y entusiasmo". Agregó que espera que siga la fiesta hasta el final, para que estas sean "las mejores elecciones" desde 1980.
Matamoros también recalcó que hasta esa hora se habían registrado sólo incidentes menores, que había "cero denuncias" de irregularidades de los partidos políticos y que de ser necesario la votación se prolongaría una hora más. "Que el proceso nos una a todos y no nos vaya a distanciar", acotó.
En la contienda participan, por primera vez, nueve partidos, cuatro de ellos surgidos tras el golpe de Estado a Zelaya.
El resto de los candidatos son Salvador Nasralla, del Partido Anticorrupción (PAC); Orlen Solís, de la Democracia Cristiana; el exjefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Romeo Vásquez, de la Alianza Patriótica Hondureña (APH), y Jorge Aguilar, del partido Innovación y Unidad-Socialdemócrata.
A ellos se suma Andrés Pavón, candidato de la alianza a nivel presidencial entre Unificación Democrática (UD) y el Frente Amplio Político en Resistencia (FAPER), ambos de izquierda pero con escaso arrastre popular, como ocurre con seis de los partidos en contienda.
El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, dijo tras depositar su voto que "todos los candidatos deben aceptar el veredicto del pueblo". "Todos a votar, hay que votar por la paz, por la democracia, tenemos enormes problemas los hondureños y la única forma de resolverlos es aprovechando lo que ya está definido como los programas sociales, seguir adelante y entender que sólo en paz podemos salir adelante", subrayó Lobo a los periodistas.
El gobernante, cuyo mandato concluirá el 27 de enero de 2014, votó hacia las 08.30 hora local en Juticalpa, departamento oriental de Olancho, de donde regresó hoy mismo a Tegucigalpa.
Por su parte, las iglesias católica y evangélica pidieron a los hondureños que hicieran de las elecciones una "fiesta cívica" y a los candidatos que reconozcan los resultados de la votación.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE: Público