Al anunciar el fin de esta segunda tanda iniciada el pasado lunes, que siguió a una primera entre el 24 y el 31 de enero, Brahimi pidió perdón por defraudar las "muy altas esperanzas del pueblo sirio de que algo ocurriría aquí", según dijo en declaraciones reproducidas por la agencia de noticias DPA en las que lamentó los escasos avances.
El mediador dijo que ambas partes, el gobierno de Bashar al Assad y la oposición (representada en estas negociaciones por la Coalición Nacional Siria, CNFROS) necesitan "retirarse, reflexionar, pensar y volver dispuestos a comprometerse seriamente".
El proceso de paz, estancado por las diferencias de criterio entre las partes para abordar el Comunicado de Ginebra, sólo puede enarbolar un logro en sus dos tandas; la tregua humanitaria en la ciudad de Homs, cercana a Líbano y capital de la provincia homónima, que permitió evacuar a esta semana a más de 1400 civiles.
La profunda diferencia sobre el orden de prelación que debe seguir la agenda del cónclave -para el gobierno debe ser la violencia terrorista, y para la oposición la conformación de un gobierno de transición- minó hasta ahora cualquier posibilidad de avance.
Por ello, Brahimi comunicó ayer a las partes su propuesta de realizar una tercera ronda, que por ahora no tiene definida una fecha para su realización.
Tampoco en este punto se vislumbra algún posible acuerdo, tras las declaraciones del portavoz opositor Louay Safi, quien afirmó hoy que su delegación "no volverá a Ginebra (a una tercera ronda de conversaciones) sin garantías de que se abordará la creación de un órgano de gobierno transitorio".
"No vendremos a una tercera ronda si el régimen no acepta hablar de los mecanismos para aplicar el Comunicado de Ginebra", dijo, aludiendo al documento que sirve de base a las conversaciones en curso, adoptado en junio de 2012 durante una primera conferencia sobre Siria en la que sólo participaron las grandes potencias.
El portavoz opositor opinó que el bloqueo de las negociaciones se debe a la negativa del Gobierno a aceptar la agenda propuesta por el mediador internacional y a su empecinamiento en "querer hablar solamente de terrorismo".
El jefe negociador de la delegación gubernamental, Bashar Jafari, en tanto, afirmó hoy que su equipo no presentó ninguna condición para volver a Ginebra si se convoca una nueva cita para proseguir con las conversaciones de paz.
"No tenemos condiciones para venir a una tercera ronda. Volveremos por nuestro pueblo y para acabar con el terrorismo y la violencia en nuestro país", señaló Jafari, que es embajador de Siria ante la ONU en Nueva York.
Jafari destacó que su intención es regresar a la mesa de negociaciones para servir al pueblo sirio y acabar con la matanza de civiles y el terrorismo, además de encontrar una solución política de acuerdo al Comunicado de Ginebra
Sobre el rol que Washington y Moscú -promotores de este proceso negociador- podrían desempeñar en los próximos encuentros entre sirios, Brahimi señaló hoy que los rusos y estadounidenses son "socios de la ONU y miembros importantes del Consejo de Seguridad, por lo que ninguno de ellos puede apartar la vista de la crisis en Siria.
Por supuesto que habrá trabajo conjunto entre la ONU y estos países", precisó.
El proceso de paz, estancado por las diferencias de criterio entre las partes para abordar el Comunicado de Ginebra, sólo puede enarbolar un logro en sus dos tandas; la tregua humanitaria en la ciudad de Homs, cercana a Líbano y capital de la provincia homónima, que permitió evacuar a esta semana a más de 1400 civiles.
Hoy, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres y una red de informantes en el país árabe, dijo que más de 140 mil personas murieron desde el inicio del conflicto en Siria, el 18 de marzo de 2011, la mitad de ellos civiles.
FUNETE: Telam