El presidente ruso, Vladímir Putin, y su comitiva aterrizaron este viernes en La Habana con las valijas cargadas de nuevos planes de negocios y con miras a afianzar su posición en América Latina.
Es la segunda visita de Putin a la isla como presidente y la cuarta visita de un mandatario ruso a La Habana en los últimos 15 años. La primera vez, en 2000, el propio Fidel Castro le dio la bienvenida; este viernes el encargado de recibirle en el Aeropuerto José Martí fue el primer vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. En los viajes anteriores, tanto de Putin como del ex presidente y actual primer ministro Dmitri Medvédev, se establecieron las bases de una decena de acuerdos de cooperación económica, comercial, científica y técnica, que estarán vigentes hasta 2020, y que ambos Gobiernos planean revisar y ampliar ahora.
“Estamos dispuestos a recuperar las posibilidades perdidas”, dijo Putin la víspera de su llegada a La Habana, durante una entrevista con las agencias estatales de noticias Itar-Tass y Prensa Latina.
Rusia ocupa ahora el puesto número 10 en la lista de socios comerciales de Cuba, detrás de Venezuela, China, Brasil, España y Canadá. El intercambio con Moscú, que solía representar el 80% de los negocios de la isla, se redujo a cifras mínimas en los años noventa, tras la caída del bloque soviético. Esa es la cuesta que Putin se ha propuesto remontar, utilizando sus posiciones coincidentes en política exterior como punto de apoyo. “Hoy Cuba es uno de los principales socios de Rusia en la región. Nuestra cooperación es de carácter estratégico y está orientada a largo plazo. Tenemos una coordinación estrecha en el campo de la política exterior y en el marco de las organizaciones multilaterales”, agregó el mandatario ruso.
La agenda de Vladímir Putin en La Habana comenzó con un acto solemne ante el monumento al soldado internacionalista soviético y siguió con una reunión con el presidente cubano Raúl Castro, donde ambos suscribieron una decena de nuevos acuerdos de colaboración en comercio, sanidad, industria y cultura. También estaba previsto un breve encuentro informal con Fidel Castro.
Antes de subir al avión y como muestra de su afecto renovado, Putin promulgó la ley que condona el 90% de la deuda de 35.000 millones de dólares (25.900 millones de euros) contraída por Cuba en la época soviética. El perdón de la deuda ya había sido acordado en octubre de 2013, junto con la firma del Convenio Intergubernamental, y fue ratificado por el Legislativo ruso el pasado 4 de julio. El monto que resta deberá ser pagado por La Habana en 20 plazos durante los próximos diez años y ese dinero, según ha prometido el presidente ruso, será reinvertido en la isla.
Raúl Castro agradeció a Putin el gesto. “Al cabo de tantos años, que Rusia condone el 90% de esa deuda y que el 10% restante se invertirán en Cuba, es una muestra más y nuevamente una gran generosidad palpable del pueblo ruso hacia Cuba”, dijo Castro, que destacó que sin la ayuda del bloque soviético la revolución cubana no habría podido subsistir.
El presidente ruso también adelantó que están estudiando un proyecto que podría contar con la participación de inversores de terceros países, para crear un gran centro de transportes. “Esto implica la modernización del puerto de Mariel y la construcción de un moderno aeropuerto internacional con la terminal de carga en San Antonio de los Baños”, dijo Putin. Entre los proyectos que ambos países aspiran a desarrollar en la Zona Económica Especial de Mariel está la instalación de empresas rusas para la fabricación de productos metálicos y plásticos, y de repuestos automotrices.
Rusia también aspira a consolidar sus negocios en el sector energético de Cuba, que comenzaron en 2008 con la instalación de los primeros taladros rusos de perforación petrolera en aguas cubanas del golfo de México. Ya en agosto de 2013 la compañía Zarubezhneft retomó los trabajos de perforación en el antiguo yacimiento de Boca de Jaruco, ubicado en la costa norte de la provincia occidental de Mayabeque, que comenzó a ser explotado en la década de 1970 por la estatal Cubapetróleo (Cupet) con asesoría soviética. Esta empresa, junto con la también rusa NK Rosneft, planea seguir explorando en el futuro la plataforma marina de Cuba en busca de nuevos yacimientos. Mientras tanto, está previsto que la compañía Inter Rao se incorpore a la construcción de nuevas unidades de generación eléctrica para las Centrales Termoeléctricas Máximo Gómez y del Este de La Habana.
Los rusos no suelen llegar a La Habana con las manos vacías, a pesar de los altibajos que ha sufrido la relación bilateral desde la caída de la Unión Soviética. Cuando Medvédev viajó a Cuba en 2008, Moscú acababa de aprobar un crédito de 20 millones de dólares a favor de la isla, que fue ratificado en enero de 2009, durante el primer viaje oficial de Raúl Castro a Moscú como jefe de Estado. Castro volvió a Rusia en 2012 y entre su visita y el regreso de Medvédev a La Habana, ocurrió la firma del Programa Intergubernamental para la Cooperación Económico-Comercial y Científico-Técnica 2012-2020, que este viernes fue reforzado con planes de nuevas inversiones antes de que Putin continúe su gira latinoamericana por Argentina y Brasil.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Priscila Pretzel
FUENTE: EL PAÍS