El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado) ha ganado las elecciones legislativas este domingo en Turquía, poro ha perdido la mayoría absoluta que obtuve en los tres comicios anteriores, según los primeros resultados ofrecidos por las cadenas de televisión turcas, al obtener el 41,6% de los votos y 262 escaños con el 90% de los sufragios escrutados. De acuerdo con estos resultados provisionales el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) sería la segunda fuerza más votada con en torno al 25% de los votos y unos 130 escaños, seguido por el Partido de Acción Nacionalista (MHP, extrema derecha nacionalista turca) con el 17% y unas 83 actas de diputados.
Hasta que no termine el recuento oficial resulta difícil hacer cálculos sobre la composición del nuevo Parlamento de Turquía, ya que se sabrá con total certeza si el Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP, izquierdista y prokurdo) sobrepasa la barrera electoral del 10% a nivel nacional, condición imprescindible para obtener representación parlamentaria. La formación kurda obtendría el 12% y 78 escaños, pero su porcentaje puede variar considerablemente, ya que su apoyo varía dependiendo de cada provincia.
Estos comicios han sido definidos como cruciales para Turquía porque del resultado del AKP, que gobierna Turquía desde 2002, depende el futuro del polémico presidente, Recep Tayyip Erdogan, quien ha manifestado su intención de modificar la Constitución y cambiar el actual régimen parlamentario por uno presidencialista bajo su batuta. Para poder llevar a cabo esta reforma así a referéndum, los islamistas necesitarían controlar más de tres quintos del hemiciclo, es decir, 330 escaños.
La polarización política creada por el creciente autoritarismo de Erdogan y el AKP ha llevado a una campaña electoral muy violenta en la que se han producido varios atentados con bomba y ataques a decenas de sedes de los partidos, con media docena de muertos y centenares de heridos. Las instituciones europeas, de hecho, han manifestado su preocupación por la “desequilibrada” campaña electoral, en la que el presidente Erdogan ha intervenido continuamente pese a que la Constitución le exige neutralidad, y por la desigual cobertura de la mayoría de los medios.
El temor de la oposición a que se produjese algún tipo de fraude ha movilizado a decenas de miles de voluntarios que han vigilado las urnas como observadores independientes, junto a misiones electorales de la OSCE y el Consejo de Europa. La oposición ha denunciado algunos intentos de fraude por parte de interventores y miembros del AKP y se han producido algunas detenciones de personas que intentaban votar más de una vez o a las que se ha descubierto con sacas llenas de votos.
Un reflejo de la tensión con que se viven estas elecciones es la pelea que se produjo en la Cámara de Comercio de Ankara, donde se recuenta el casi un millón de votos llegados desde el extranjero, cuando algunos interventores descubrieron que se habían arrojado sufragios a la basura. La policía antidisturbios hubo de intervenir para separar a las partes.
FUENTE: El Pais