Ante la evidencia registrada recientemente, en el sentido de que el proceso de paz que desde 2012 llevan adelante las FARC y el gobierno de Colombia parece perder vigor y surgen voces que expresan su escepticismo sobre el futuro de las negociaciones, los dos países garantes del diálogo, Cuba y Noruega, y los dos países acompañantes, Chile y Venezuela, llamaron este martes (07.07.2015) a reducir “urgentemente” los enfrentamientos, que afectan por sobre todo a la población civil.
En un comunicado conjunto, los países exhortaron a las partes a adoptar “un acuerdo de cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo” para construir “una paz estable y duradera en Colombia”. Asimismo, llamaron a “restringir al máximo las acciones de todo tipo que causan víctimas y sufrimientos en Colombia, e intensificar la implementación de medidas de construcción de confianza”.
La actual crisis que vive el diálogo comenzó con ataques de las FARC y respuestas militares del Ejército, con numerosas bajas en ambos bandos, y se intensificó con declaraciones del jefe negociador colombiano, el exvicepresidente Humberto de la Calle, quien advirtió que el diálogo está llegando a su fin y que existía la posibilidad de que un día los negociadores de la guerrilla lleguen a La Habana y no encuentren a nadie del gobierno en la mesa.
Sin espacio para agoreros
La declaración de los países, leída en La Habana por el representante de Cuba, Rodolfo Benítez, acompañado por la de Noruega, Idun Aarak Tvedt, tuvo inmediata respuesta por parte del líder de la delegación de paz de las FARC, “Iván Márquez”, quien pidió apoyo para el proceso. “Deseamos firmar la paz con este gobierno”, dijo el guerrillero, número dos en la jerarquía de las FARC. “No queremos darle espacio a las voces agoreras del fracaso, ni a la desmesura de las palabras de quienes teniendo en sus manos la sagrada responsabilidad de construir la paz, flaquean frente a las adversidades, usan tonos de ultimátum y amenazan con abandonar la búsqueda de la reconciliación”, agregó.
El gobierno de Juan Manuel Santos negocia desde noviembre de 2012 en Cuba con la guerrilla, la más grande y antigua del continente, para intentar poner fin a un conflicto de más de medio siglo en Colombia. Ambas partes han alcanzado hasta ahora tres acuerdos parciales respecto a una reforma agraria, la futura participación política de los insurgentes y la lucha contra las drogas.
FUENTE: DW