Las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC) serán a partir del 1 de septiembre un partido político a todos los efectos. Así lo han anunciado este lunes en una comparecencia los dirigentes de la organización guerrillera Iván Márquez, Carlos Antonio Lozada y Erika Montero. El nuevo movimiento terminará de perfilar en agosto su modelo económico y sus propuestas en materia de política agraria, medio ambiente, juventud, desarrollo urbano e igualdad y, finalmente, se presentará formalmente ante la sociedad colombiana como una formación con programa y candidatos con vistas a las elecciones de 2018. Tras más de medio siglo de conflicto, las FARC dejaron de ser oficialmente un grupo armado el pasado 27 de junio y sus cerca de 7.000 combatientes se encuentran ahora en la fase final de transición a la vida civil. Tendrán, según lo estipulado en los acuerdos con el Gobierno de Juan Manuel Santos, representación garantizada de diez escaños repartidos entre el Senado y la Cámara.
“Este congreso va a tener lugar hacia finales de agosto y va a culminar con un acto político n la plaza de Bolívar”, ha explicado el jefe de la delegación de paz de la guerrilla, Iván Márquez. “Para eso hemos pactado la paz, hemos hecho la dejación de las armas para participar en política. Nos dijeron ‘señores, dejen las balas por los votos’. Bueno, pues eso es lo que vamos a hacer”, ha proseguido. “Estamos aceptando esta invitación. Los procesos de paz son precisamente para eso, para hacer dejación de armas y meternos con todo a la política, y es lo que vamos a hacer, es una determinación que está en marcha”.
Este anuncio revoluciona no solamente el mapa de partidos de Colombia, sino que representa un paso decisivo para la incorporación de las FARC a la sociedad y al sistema democrático. La financiación de la nueva formación, que todavía no tiene nombre ni organigrama, está establecida en los acuerdos de La Habana. “Al igual que los demás partidos tendrá una financiación por parte del Estado y aspiramos que el Estado cumpla con esos compromisos”, ha señalado Márquez, que ha mostrado su preocupación por el asesinato de guerrilleros indultados tras la firma de la paz. Ha asegurado que se trata de seis combatientes, además de “algunos familiares”. “Sería triste que en Colombia volvamos a la eliminación de una fuerza política como sucedió con la Unión Patriótica”, ha lamentado.
El máximo líder de la organización guerrillera, Rodrigo Londoño, Timochenko, sufrió el pasado 2 de julio una isquemia cerebral por la que fue ingresado en una clínica de Villavicencio (centro del país). Días después regresó a Cuba, donde residió en los últimos años, para seguir recibiendo atención médica. Timochenko demostró en junio, durante el acto simbólico de entrega de armas celebrado en el campamento Mariana Páez de Mesetas, su determinación a convertir la insurgencia en acción política. Su discurso fue el de un político cercano al ideario chavista, pero sus promesas reflejaron la voluntad de romper con un pasado de violencia. “Ayer [éramos] ejército del pueblo, hoy de la esperanza del pueblo. Este día no termina la existencia de las FARC. En realidad, a lo que ponemos fin es a nuestro alzamiento de 53 años. Seguiremos existiendo como un movimiento de carácter legal y democrático”, afirmó para tranquilizar a sus bases.
Las dudas que rodean este proceso tienen que ver ahora con los futuros cabezas de lista de la antigua guerrilla, con su modalidad de participación en las distintas citas electorales -presidenciales y legislativas- del próximo año, con posibles alianzas con otras fuerzas políticas y, sobre todo, con su trabajo en las instituciones. En cualquier caso, en poco más de un mes comenzará ese nuevo camino.
FUENTE: El País
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Abbondanzieri