Kamala Harris lanza su campaña electoral
Una mujer que traspasa barreras, al convertirse en la primera mujer en la historia de Estados Unidos en ocupar el cargo de vicepresidenta. Fue la primera mujer negra y sudasiática estadounidense elegida para un cargo nacional por un partido político importante. Ahora, tiene serias chances de ser la aspirante demócrata tras el retiro del presidente Joe Bien, quien anunció el respaldo a Harris.
A lo largo de la semana, la aún vicepresidenta se aseguró de contar con los suficientes delegados como para garantizar su nominación en el Partido Demócrata como candidata a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Para ganar la nominación en la primera vuelta de la votación, un candidato necesita el apoyo de al menos 1.976 delegados de un total de 4.000.
El Partido Demócrata deberá nombrar a un nuevo candidato en la convención que se celebrará en Chicago a partir del 19 de agosto de 2024.
Harris es favorita, tras ser respaldada no solo por Biden, sino también por el expresidente Bill Clinton y su esposa Hillary, y sobre todo por la exjefa de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi; además de organizaciones latinas en EE.UU., entre ellas está el grupo Unidos Us, la mayor plataforma a favor de los derechos de las personas de origen latino y el comité de acción política del caucus hispano del Congreso.
Fue tal el apoyo recibido, que el equipo de campaña de Harris afirmó que recaudó el récord de "81 millones de dólares" en 24 horas, sólo con las aportaciones de pequeños donantes.
En su primer discurso, luego de la retirada de Biden, Harris prometió ganar las elecciones de noviembre contra Donald Trump. "Llevaremos nuestro caso ante el pueblo estadounidense y vamos a ganar", insistió.
Se espera que en materia de política interna siga los lineamientos de la administración Biden, pero lo que genera una gran incertidumbre es sobre la conducción de los asuntos de política exterior. La vicepresidenta no tiene la experiencia de su mentor, considerado un experto en diplomacia, y mantiene ciertas diferencias con él, especialmente en el tema palestino, quien en varias ocasiones condenó el número de víctimas palestinas y las acciones del Estado israelí.
Del lado republicano, el anuncio alteró la candidatura de Trump, obligándole a revisar su estrategia electoral, muy centrada en presentar a Biden como un anciano sin las condiciones para ser reelegido.
Una encuesta publicada recientemente, realizada por Reuters/Ipsos, revela que la vicepresidenta aventaja levemente en intención de voto al republicano, con un 44% sobre el 42% de Trump.
Un cierre de campaña multitudinario en Venezuela
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y su principal rival en las presidenciales del domingo 28 de julio, Edmundo González Urrutia, cerraron sus campañas, el día 25 de julio, en medio de advertencias del primer mandatario sobre un "baño de sangre" si pierde y además de la fuerte presión internacional por elecciones transparentes.
Maduro encabezó un primer acto en Maracaibo y luego finalizó el día en Caracas. Ante varios miles de seguidores, en su discurso de cierre, Maduro llamó a los venezolanos a salir a votar el próximo domingo y aseguró que en la votación se decidirá "el futuro de Venezuela". El gobierno preparó a la capital Caracas para recibir a los miles de seguidores de Maduro provenientes de diferentes partes del país, que viajaron para participar en el cierre de campaña.
Del otro lado, González Urrutia finalizó su campaña con una concentración en Las Mercedes, un barrio acomodado en el sureste de Caracas. Si bien fue un modesto evento que contrastaba con el gran despliegue que tuvo el oficialismo en el cierre de la campaña, contó con la participación de una gran multitud que se desplazaba principalmente en motocicletas y camionetas por las calles.
El diplomático de 74 años fue acompañado por la exdiputada María Corina Machado, originalmente candidata de la alianza opositora Plataforma Unitaria, pero vetada por una inhabilitación administrativa.
Durante la campaña, que se extendió por casi un mes y en la que predominó la propaganda del oficialismo en los medios locales y las redes sociales, Maduro procuró mostrarse como un gobernante fuerte y aseguró que si la oposición retornaba al poder habría violencia en Venezuela.
Sin embargo, estos mensajes transmitidos en cadena nacional del actual gobernante generaron preocupación en la comunidad internacional. Por su parte, Estados Unidos advirtió que "cualquier represión política y la violencia es inaceptable". El presidente de Chile, Gabriel Boric, exigió que las elecciones fueran "transparentes, competitivas y sujetas a observación internacional". Además, el presidente brasileño, Lula da Silva, admitió que estaba "asustado" por los comentarios de Maduro. Tras darse a conocer la noticia de que la autoridad electoral brasileña suspendió el envío de veedores a Venezuela, tras críticas de Maduro al sistema electoral de ese país, a la vez que fue retirada una invitación al expresidente argentino Alberto Fernández para acompañar las elecciones.
En base a esto, la oposición ha previsto la participación de más de 90.000 testigos, quienes tendrán acceso a las actas con los votos registrados en cada una de las máquinas, para controlar los resultados finales.
Otros ocho candidatos minoritarios participan de la elección, a la que están convocados 21 millones de venezolanos de sus casi 30 millones de habitantes. Se estima que solo podrán votar 17 millones que siguen en Venezuela y no han migrado.
El mundo entero estará atento a lo que suceda el próximo domingo 28 de julio, en vista de convertirse en unas elecciones históricas que marcarán el futuro del país venezolano.
Acuerdo firmado en Pekín entre Hamas y Fatah
Mientras continúa la guerra en la Franja de Gaza, desde hace nueve meses, las negociaciones para un alto el fuego están estancadas. Hamás anunció esta semana que ha firmado un acuerdo de "unidad nacional" con 14 organizaciones palestinas; lo llamativo es que se incluye también al mayor rival, Fatah. Vale recordar que Hamas gobierna actualmente la Franja de Gaza, en medio del conflicto armado con Israel, mientras que Fatah es la agrupación principal de la Autoridad Palestina, que está presidida por Mahmud Abbas y ejerce un control parcial sobre la Cisjordania ocupada. La enemistad entre ambos movimientos es abierta y pública desde 2007 cuando Hamas expulsó por la fuerza a Fatah de la Franja de Gaza.
Este acuerdo fue llevado a cabo gracias a un importante intermediario, como es la República Popular China.
Aunque se dieron a conocer pocos detalles del documento firmado. Desde Beijing, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, anunció que en el acuerdo se promete poner fin a una brecha entre Hamás y Fatah que ha persistido durante años, a pesar de los repetidos intentos de unificar a las partes. El texto final, prevé una gobernanza común tras la finalización de la guerra en Gaza. Sin embargo, el fin es incierto y no hay garantías claras de que ambas facciones cumplan con lo acordado, debido a que no es la primera vez que hacen declaraciones similares que luego no llegan a buen puerto. En 2011, anunciaron una propuesta similar que posteriormente fracasó.
Tras la noticia, el Gobierno israelí se pronunció apuntando contra el movimiento de Mahmud Abbas y remarcando que no permitirá ningún rol de Hamás, al que considera un grupo terrorista, en cualquier proyecto de posguerra para Gaza. En paralelo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, viajó a Estados Unidos para reunirse con Joe Biden y discutir sobre la propuesta estadounidense de alto al fuego que fue presentada en mayo y mediada por Egipto y Qatar.
Por otra parte, el gesto de recibimiento como contraparte a Hamas de parte de China significó un reconocimiento formal. Hasta el momento solo Rusia había dado ese paso cuando recibió al grupo en Moscú en el año 2023.
El acercamiento entre Ucrania y China
El ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, viajó por tres días a China, en donde se reunió con su homólogo chino, Wang Yi. El principal objetivo del viaje, explicó Kiev, fue explorar posibles perspectivas para lograr una "paz justa".
Como consecuencia de la grave situación del ejército ucraniano en la guerra, las voces internas a favor de una negociación y la amenaza de que Estados Unidos cancele su apoyo a Ucrania si Donald Trump llega al poder, están empujando al Gobierno de Kiev a buscar una salida negociada con terceros. En particular, acercarse a China para utilizar su influencia sobre Rusia y poner fin a la guerra. A pesar de que la mayoría de aliados occidentales ven como única alternativa de derrotar a Rusia que sea a través de sanciones y en el campo de batalla.
En sus recientes reuniones con el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi , los temas que se trataron fueron las relaciones bilaterales, la agenda internacional y el camino hacia la paz.
En un comunicado de prensa, Wang Yi, aseguró que su país "seguirá jugando un papel constructivo para un posible alto el fuego y reanudar las negociaciones de paz" entre Rusia y Ucrania al considerar que "la resolución de toda disputa se debe conseguir por medios políticos". Además, Wang reconoció que, aunque ambos países, Ucrania y Rusia, han mostrado disposición a negociar "a distintos niveles", sin embargo, "las condiciones y el momento no son aún los adecuados".
Desde el comienzo del conflicto, China ha asumido una posición ambigua, desde la cual ha pedido respeto para la integridad territorial de todos los países, incluido Ucrania, y respeto para las "legítimas preocupaciones de seguridad" de todas las partes, en referencia a Rusia.
En las últimas semanas, se percibió un cambio en el discurso de Kiev al estar más abierto a la posibilidad de iniciar, antes de que finalice el año, un proceso de negociación con Rusia que lleve a un final de la guerra pactado.
Recordamos que hace muy pocas semanas, en la última cumbre de la OTAN en Washington, a la que asistió el presidente ucraniano, Vlodímir Zelenski, se señaló a China y se acusó a este país de "facilitar" la guerra de Ucrania al "apuntalar la economía de guerra rusa".
(*) Internacionalista de Fundamentar