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Obligados por las derrotas recientes, los batallones del autodenominado Estado Islámico han lanzado en los últimos días la mayor ofensiva en cinco meses contra los 'peshmerga' (soldados kurdos) que rodean Mosul, la segunda ciudad de Irak en manos yihadistas desde junio de 2014.

467 días después de su agónica caída en manos del Estado Islámico, los kurdos, con el apoyo aéreo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, han recuperado este viernes la estratégica ciudad de Sinyar, hogar de los castigados yazidíes y punto clave para debilitar la ruta de suministros del califato entre Siria e Irak.

Dos años después de haberse evitado una intervención de las potencias occidentales en Siria que parecía inminente, el avance del Estado Islámico, así como la desesperante situación social planteada por los miles de refugiados que buscan asilo en Europa, han puesto nuevamente la mirada internacional sobre la situación en Siria y las potencias comienzan a mover sus fichas.

Duras palabras del primer ministro turco, Ahmed Davutoglu, un día después de que dieciséis militares murieran en un ataque del PKK en el sureste del país.

El presidente turco aseguró que “nunca permitiremos la creación de un Estado en el norte de Siria, al sur nuestro”.

Las armas estadounidenses fluyeron hacia Irak y de Irak al Estado Islámico (ISIS). Para contrarrestarlas, en Washington piensan que no hay nada mejor que enviar más armas. Pero teniendo en cuenta los últimos combates, nada asegura que no vuelvan a caer en manos del Estado Islámico.

Al menos 43 miembros del yihadista Estado Islámico (EI) murieron en enfrentamientos con las tropas kurdas cerca de la presa de la ciudad de Mosul, en el norte de Irak, cuyo control intentaron recuperar sin éxito.

Miles de personas "serían masacradas" si Kobani cae en manos del Estado Islámico, dijo el viernes un enviado de Naciones Unidas, mientras los militantes aumentan su ofensiva contra el pueblo sirio kurdo en la frontera con Turquía.

Militantes islamistas y fuerzas kurdas sostuvieron el domingo los enfrentamientos más duros hasta ahora en la disputa por un pueblo cercano a la frontera siria, informó un funcionario local, y cinco personas fueron heridas dentro de Turquía por un proyectil disparado desde territorio sirio.

Milicianos del grupo terrorista rodean la ciudad de Kobane, dejando como única opción el escape hacia el vecino país.