Bo Xilai era una estrella en ascenso del Partido Comunista y ahora enfrenta cargos de abuso de poder, soborno y violación de la disciplina del Partido.
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El ángel caído está más cerca de sentarse en el banquillo. La Fiscalía china ha abierto una investigación penal a Bo Xilai, horas después de que el Comité Permanente de la Asamblea Popular China haya retirado la condición de diputado al exdirigente comunista Bo Xilai y le ha expulsado de la institución, con lo que pierde su inmunidad parlamentaria.
Bo, de 63 años, líder del ala más izquierdista y conservadora del partido, está acusado de abuso de poder, recibir sobornos cuantiosos y tener relaciones impropias con numerosas mujeres. En abril pasado, fue expulsado del Politburó, y en septiembre, del PCCh. También es sospechoso de haber intentado ocultar el asesinato por parte de su esposa, Gu Kailai, de un ciudadano británico, Neil Heywood, y, probablemente, será juzgado y encarcelado.
La expulsión de Bo Xilai del Parlamento se produjo también a finales de septiembre, según ha informado la agencia oficial Xinhua, aunque no ha sido anunciada hasta ahora. "Su puesto ha sido cancelado, según la ley sobre los diputados de la Asamblea Popular Nacional y las asambleas locales", afirma el comunicado del Parlamento.
Bo –un político carismático y populista- era considerado hasta su caída un claro candidato a entrar en el Comité Permanente del Politburó que saldrá del congreso quinquenal del PCCh que comienza el 8 de noviembre. La cuestión ahora es si se enfrentará formalmente a los cargos de que fue acusado al ser expulsado del partido.
El mayor escándalo político que ha vivido China desde las luchas internas en el PCCh durante las manifestaciones de la plaza Tiananmen, en 1989, ha sido percibido por analistas dentro y fuera de China como una consecuencia de las luchas entre las diferentes facciones del partido de cara al congreso. El proceso de transición de poder verá la llegada de una nueva generación de líderes, encabezada por el actual vicepresidente, Xi Jinping, quien se prevé que en marzo del año que viene ascienda a la jefatura del Estado.
Los seguidores de Bo Xilai han salido repetidas veces en su defensa. El lunes pasado, trascendió que habían enviado una carta al Parlamento, firmada por más de 300 personas –entre ellas, exaltos funcionarios y académicos-, en la cual pedían que no se expulsara de la institución al depuesto líder porque hacerlo sería una decisión política y cuestionable desde el punto de vista legal. La misiva, recogida en la página en internet China roja, denunciaba al partido por sembrar dudas sobre las acusaciones de que es objeto Bo al no permitir una discusión pública sobre el tema.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Priscila Pretzel
FUENTE: EL PAÍS
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