El presidente Santos afirmó que estaba dispuesto a dialogar con las comunidades originarias del departamento del Cauca, si éstas cesaban las hostilidades. Los aborígenes exigen la retirada de los militares y los guerrilleros de su territorio.
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El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, autorizó ayer el diálogo del Ejecutivo con los indígenas del departamento de Cauca con la condición de que cesen las agresiones a las fuerzas de seguridad. Sin embargo, al menos 23 indígenas quedaron lesionados ayer en ese departamento en un choque entre nativos y los policías antimotines que los desalojaron.
El nuevo enfrentamiento se aleja de la posibilidad planteada por el presidente de Colombia por la mañana. Santos afirmó que su administración estaba dispuesta a dialogar con los indígenas, si éstos cesaban las hostilidades. “El ministro del Interior (Federico Renjifo) está autorizado para abrir una mesa de diálogo con los indígenas cuando cesen las agresiones”, escribió en su cuenta de Twitter. Durante la jornada, el mandatario adelantó que impulsará una investigación contra los líderes indígenas que desalojaron ayer a efectivos militares en Toribío, norte del Cauca, acción que calificó de inaceptable. “No vamos a permitir ataques contra nuestros soldados. Todo tiene un límite; nuestros soldados han sido humillados. Nuestros enemigos no son los indígenas, sino los terroristas de las FARC”, dijo Santos al reiterar que se aumentará la fuerza en ese departamento. El mandatario pidió además frenar las acciones violentas contra los soldados tras advertir que los hechos constituyen conductas penales.
Mientras en el Cauca la situación se complicó ayer cuando efectivos de un escuadrón antimotines de la Policía Nacional desalojaron a los indígenas y retomaron el control de la cúspide del cerro Berlín, en un operativo que, según el dirigente indígena Sigifredo Paví, dejó 23 lesionados, entre ellos una persona herida de bala. El comandante policial en esa zona, general José Nieto, dijo que la situación era normal en el cerro tras la acción de los agentes. “Se hizo el ingreso de la fuerza pública en la zona, en un golpe táctico de acuerdo con nuestras unidades”, explicó Nieto. El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, indicó que la Fiscalía iniciará una investigación en la zona para proferir órdenes de captura contra quienes realizaron “este atropello” contra la fuerza pública. Cerca de mil nativos habían subido el martes al cerro Berlín, en jurisdicción del municipio de Toribío. La acción obligó a los soldados a moverse en diferentes puntos, según informó el comandante de la tercera división del ejército, general Miguel Pérez, quien explicó que la prioridad para ellos es conservar la posición en la altura del cerro que les permite “tener el control de Toribío”. Pérez fue relevado ayer del cargo, que ahora ocupa Jorge Alberto Segura Manonegra.
Previamente, el comandante de la Fuerza de Tarea Apolo, general Jorge Jerez, había dicho que existe “un trabajo conjunto entre la guerrilla y los indígenas para sacar a las tropas”. Las autoridades aborígenes negaron la denuncia, si bien admitieron que algunos integrantes de la comunidad se han enrolado en las filas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. La movilización de los nativos de la comunidad Páez en Cauca empezó la semana pasada como parte de una campaña para excluir de sus territorios a las dos partes del conflicto armado que azota a Colombia desde hace cinco décadas. A esta situación en Toribío se sumó otro foco en el municipio de Caldono, departamento de Cauca, donde un indígena resultó muerto cuando transitaba a corta distancia de una unidad militar. La Tercera División del ejército señaló en un comunicado que la muerte del indígena ocurrió en el marco de una operación militar “para neutralizar cualquier pretensión terrorista en contra la comunidad”.
RELEVAMIENTO Y EDICION: Florencia Fantin
FUENTE: Página 12