¿QUÉ ES EL IMPUESTO A LAS GANANCIAS?
El impuesto a las ganancias es un tributo que grava los ingresos de las personas físicas, los beneficios de las sociedades y las ganancias obtenidas en el país por residentes en el exterior. Comprende por tanto en un solo impuesto el gravamen sobre personas, sociedades y no residentes. La alícuota para las sociedades y no residentes es del 35%. Para las personas físicas varía según sus ingresos, comenzando en 9% con tope en 35%.
UN POCO DE HISTORIA
En el año 2014 el Estado nacional recaudó en concepto de impuestos $ 757 mil millones, de los cuales $ 267 mil millones fueron en concepto de Ganancias representando el 35% de la recaudación total de impuestos.
El impuesto a las Rentas (luego se llamaría Ganancias) surge en 1932 bajo la presidencia de Agustín Justo y se mantiene con mínimas modificaciones hasta 1973. En 1974, bajo el tercer gobierno del General Juan Domingo Perón, entró en vigor la Ley 20.628, sobre impuesto a las ganancias, que contemplaba la imposición sobre la renta potencial y que comprendía como objeto de impuesto toda clase de enriquecimiento tanto periódico como eventual. En esta modificación se introdujo la cuarta categoría de ganancias, es decir, los trabajadores de altos ingresos comenzaban a tributar.
Una de las últimas modificaciones que se le introdujo sucedió a partir de la sanción de la Ley 26.893 (B.O. 23/09/2013) donde quedaron alcanzados por el tributo los resultados provenientes de la enajenación de acciones, cuotas y participaciones sociales, títulos, bonos y demás valores, así como los dividendos o utilidades, en dinero o en especie, que sean distribuidos, obtenidos por personas físicas residentes y sucesiones indivisas.
NO ES UN INVENTO ARGENTINO
Comparemos cómo es el impuesto a las ganancias que pagan los trabajadores en otros lugares del mundo: En Chile, Brasil, Francia, Italia y Estados Unidos las alícuotas bordean el 40%. Alemania y Gran Bretaña el 50%. En los países nórdicos el 60 %. En Argentina la alícuota máxima alcanza el 35% pero comienza con un piso del 9%.
Un informe de la OCDE mide, entre otros aspectos, cuánto paga un trabajador soltero sin hijos cuya remuneración supera en 2/3 el sueldo promedio de ese país. Según dicho informe, en Japón y México los trabajadores pagan el 12% de sus ingresos si ganan por encima del ingreso promedio. En Suiza e Israel el 15%. En Francia y España el 21%. En Nueva Zelanda, Canadá y Austria el 22%. En Gran Bretaña y Estados Unidos el 23%. En Alemania, Holanda, Irlanda, Australia e Italia el 28%. En Finlandia y Suecia el 30%. En Bélgica y Dinamarca, el 35%. Imaginemos lo que ocurriría si aquí nos acercáramos a esos valores. En Argentina los trabajadores en esa situación tienen una retención cercana al 8 % de su salario.
Otro aspecto a tener en cuenta es la recaudación que se obtiene por esta categoría del impuesto en relación con el PBI. En Chile y Brasil es el 7% y en el promedio de países de la OCDE es del 9%, llegando en Dinamarca a ser el 24%. En Argentina no supera el 2%.
Además si miramos la participación del Impuesto a las Ganancias que tienen los trabajadores asalariados en la recaudación total en otros países vemos que en Brasil es del 2,4%; Chile 8,6%; Perú 10,2% y en Uruguay 13,5%. Si vamos a los países desarrollados los valores son muchos más altos. Por su parte en Argentina es de 1,5%.
¿CUÁNTO SE RECAUDA Y A DÓNDE VA?
En el año 2014 el Estado nacional recaudó en concepto de impuestos $ 757 mil millones, de los cuales $ 267 mil millones fueron en concepto de Ganancias representando el 35% de la recaudación total de impuestos. En lo que respecta a la recaudación de Ganancias de Cuarta Categoría ascendió a más de $ 20 mil millones de pesos.
Lo recaudado por Ganancias se distribuye 20% para la ANSES. Otro 34% va al Tesoro Nacional y el 46% va a las provincias bajo la forma de coparticipación.
Otro dato a destacar es que el impuesto de las Ganancias es un impuesto cada vez más progresivo. De los años 90 al 2002 Ganancias solo constituía solo el 14,3% de los ingresos totales del Estado. Hoy constituye el 20,8%. Tendiendo a un sistema tributario más progresivo.
¿CUÁNTO GANAN LOS ARGENTINOS?
Según el INDEC a través de los datos extraídos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el 90% de los trabajadores ganan menos de $12.000, el 50% de los trabajadores gana entre $ 4.500 y $ 12.000 y el 40% gana menos de $ 4.500. Además, el 90% de los trabajadores se queda con el 71% de los salarios mientras que el 10% de los trabajadores que más ganan se embolsan el 29% de las remuneraciones.
LA 4TA CATEGORÍA
Los valores para obtener la base imponible del impuesto fueron actualizados repetidamente. Desde el año 2001 el mínimo no imponible se actualizó 8 veces, pasando de $17.524 a $90.1944. La última gran reforma ha sido la reformulación del mínimo no imponible desde septiembre de 2013 a través del decreto 1242/13. Hay que mencionar que los aumentos del mínimo no imponible y los montos deducibles estuvieron por debajo del aumento de los salarios.
El impuesto permite una variedad de deducciones. La primera y más importante es el Mínimo No Imponible, que es el monto mínimo de ingresos que necesita un trabajador para vivir. Luego se puede deducir un monto si el cónyuge no trabaja, si se tiene hijos menores de 24 años o incapacitados para trabajar, familiares a cargo, gastos de sepelio, intereses de créditos hipotecarios, primas de seguro y servicios domésticos.
Uno de los problemas que presenta la actual liquidación de ganancias para los trabajadores es que la tabla base para calcular el pago total no fue actualizada en todo el período y mantiene los valores del año 1997. De esta manera, a partir de un nivel de ingresos lo suficientemente alto, si bien mantiene su carácter progresivo, el impuesto pierde potencia igualadora.
CONSIDERACIONES
El último paro puso otra vez en debate el impuesto a las ganancias que pagan los trabajadores. Es importante tener en cuenta una visión global del tributo: quiénes son los que pagan, la comparación con otros países, la incidencia en la recaudación, qué tipo de políticas permite financiar, la normativa vigente y cuáles son los verdaderos motivos del paro.
La comparación de Argentina con los demás países de la región muestra que los trabajadores argentinos -siendo éste uno de los países con mejores salarios- son los que menos pagan impuestos a las ganancias. Y si lo comparamos con los países desarrollados o países escandinavos especialmente, tan resaltados como modelos a seguir, estamos todavía mucho más lejos.
Otro de los ejes a introducir en la discusión sobre el pago de ganancias por parte de los trabajadores es la desfinanciación del Estado. Los recursos que aportan los trabajadores que más ganan permiten financiar políticas altamente distributivas como son las jubilaciones y la movilidad jubilatoria, la Asignación Universal por Hijo, el Progresar, el Programa Hogar (subsidio a garrafas), entre otras tantas. Si queremos construir una sociedad más justa, el sistema tributario tiene que tender a ser más progresivo, a ser uno en el cual quienes más tienen, más pagan.
Es importante resaltar que el paro impulsado por gremios opositores fue para reclamar una situación que afronta menos del 10% de los trabajadores en relación de dependencia, es decir, un poco más de un millón y medio que pagan ganancias de un universo de más de 15 millones de trabajadores. Esto fue un acto de solidaridad inversa. Quienes menos ganan se solidarizan con la situación de injusticia de los que más ganan. Pareciera una situación similar a lo que sucedió en la Mesa de Enlace, donde Federación Agraria por 8 años se solidarizó con las Centrales agropecuarias de grandes terratenientes y productores.
Lo que queda claro es que el motivo del paro no fue el reclamo de ganancias, fue la bandera que utilizaron los gremios opositores para hacer una muestra de poder y dar una clara señal a los presidenciables de su fuerza de choque.
El debate en torno a ganancias no debería ser si los trabajadores deben pagar o no el impuesto. Si la discusión es que el trabajo no es ganancia, la discusión se convierte en semántica. Para solucionar el tema deberíamos pasar a llamarlo Impuesto a los altos ingresos. Es claro que si queremos un sistema tributario más progresivo, aquellas personas que más ganan deberían ser los que más aportan.
Pero lo que queda claro es que el motivo del paro no fue el reclamo de ganancias, fue la bandera que utilizaron los gremios opositores para hacer una muestra de poder y dar una clara señal a los presidenciables de su fuerza de choque. Es fácil conseguir una alta adhesión cuando hacia el interior de sus gremios se condiciona a sus afiliados a participar y hacia el exterior los demás trabajadores se ven imposibilitados a ir su lugar de trabajo al no estar disponible el transporte.
Sí es verdad que la actual estructura del impuesto a las ganancias de cuarta categoría tiene problemas. Es necesario corregir la situación de exención que causó el decreto 1242/13 y actualizar la tabla base que permite calcular la alícuota a pagar. Por su parte, el Ministro de Economía expresó que el Mínimo No Imponible se encuentra en buenos valores pero dejó abierta la puerta para negociar los montos deducibles y la tabla base. Es de esperar novedades en poco tiempo al respecto.
Algo hay que reconocer a las políticas impulsadas en los últimos 12 años. Lejos quedaron los leitmotiv del pasado donde los trabajadores debían tomar la calle para defender los puestos de trabajo. Los trabajadores tienen que tener en claro una cosa: no deben olvidar de dónde venimos y hacia donde vamos.
(*) Licenciado en economía de la Fundación para la Integración Federal