Jueves, 20 Abril 2017 14:31

Francia elige presidente: ¿quién es quién?

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EL 23 de Abril Francia va a las urnas para la elección del próximo presidente y, en caso de ser necesario, habrá una segunda vuelta el día 7 de mayo. Entre los once candidatos, el que obtenga los votos necesarios será electo para un mandato de 5 años.

El sistema electoral francés establece que en primera vuelta el candidato debe ganar por mayoría, con un mínimo de 50% de los votos, en caso de no alcanzarlo, los dos candidatos más votados pasan a un balotaje, una segunda vuelta. Unas elecciones que cuentan con un 66% de intención de voto de la población, lo cual evidencia que el nivel de abstención podría marcar niveles récords.

Numerosas son las particularidades que se presentan de cara a estas elecciones. Según los sondeos por primera vez en la historia de la V República ninguno de los partidos tradicionales, ni de centro-derecha ni  de centro-izquierda que gobernaron el país desde los años 50, estarían presentes en la segunda vuelta. Además, también por primera vez, no se presentará para buscar la reelección el actual presidente, François Hollande, y su predecesor, Nicolas Sarkozy. Esto se debe a que la popularidad de Hollande es bajísima, rondando un exiguo 15%, mientras que Sarkozy perdió las elecciones primarias del Partido Republicano.

 

Incertidumbre electoral

Son once los candidatos, de los cuales cuatro son los favoritos. Marine Le Pen (Front National) y Emmanuel Macron (En marche!) lideran las encuestas empatando en un 24% de los votos. La candidata de la ultraderecha y el candidato socioliberal son dos candidatos antisistema y muchos analistas encuentran en su carácter de outsider del establishment político la razón de su popularidad. Luego de ellos se posicionan Jean-Luc Mélenchon (La France insoumise) con el 18% y François Fillon (Les Républicains) con el 17%. Más rezagados aparecen Benoît Hamon (Parti Socialiste) 9%, Nicolas Dupont-Aignan (Debout la France) 3.5%, Philippe Poutou (Nouveau Parti anticapitaliste) 2.5%, François Asselineau (Union populaire républicaine) 1%. Nathalie Arthaud (Lutte ouvrière), Jean Lassalle (Candidato independiente) y Jacques Cheminade (Solidarité et progres) cierran el menú electoral con menos del 1%.

 

¿Quiénes son los candidatos favoritos?

Marine Le Pen (Front National) es la hija del fundador del Frente Nacional y diputado del Parlamente Europeo Jean-Marie Le Pen, es candidata desde 2012 y ocupa el cargo de eurodiputada. Es una candidata de ultraderecha y sus propuestas se enmarcan en el clima de época que el año 2016 nos dejó: la llegada a la presidencia de Trump y el Brexit, situaciones con las que Le Pen se identifica. Sus propuestas incluyen limitar y eliminar la llegada de inmigrantes, mano dura a los delincuentes, erradicar el islam, e incluso, el Frexit -el abandono de Francia de la UE (Unión Europea)-, saliendo de la zona euro y restableciendo las fronteras nacionales, teniendo en cuenta que el país es la cuna de este proceso de integración. La salida de Francia de la UE, tiene un gran obstáculo, la Constitución Francesa, que en su art. 88-1 dice que ‘Francia es parte de la Unión Europea’ por lo que sería necesaria la modificación de la Constitución. En el ámbito económico, promete un nacionalismo que beneficie tanto a empresas como a los ciudadanos, usando el slogan de ‘Primero Francia’. Según las encuestas, pasaría cómodamente a la segunda vuelta, pero en la misma perdería frente al resto de los favoritos. Sus propuestas significan un gran cambio para la realidad francesa, especialmente en el área social, donde tópicos como la inmigración y el Islam son sensibles para una sociedad multicultural, donde se puede provocar una ruptura en la sociedad civil, y además, el abandono de la UE sería un gran punto de inflexión, teniendo en cuenta que el país es uno de los centros de la toma de decisiones del bloque. Con frases como ‘en nombre del pueblo’ identifica al país como perdedor de la globalización y se posiciona en contra de las elites. Se acercó a Rusia, encontrándose personalmente con el presidente Putin, siguiendo la línea de Trump de ver con buenos ojos a la potencia rusa. Su debilidad es que según las cifras, su techo de votación ronda los 35% lo cual, no la haría la próxima mandataria.

Emmanuel Macron (En marche!) es el fundador de un nuevo movimiento político ‘En marcha!’, que ganó adeptos de personajes importantes tanto del socialismo como de la derecha, incluidos el ex alcalde de París Bertrand Delanoe y el ex Primer Ministro Manuel Valls. Tiene 39 años, casi diez menos que Le Pen, de 48 años, estudio en el Instituto de Estudios Políticos de París y en la Escuela Nacional de Administración, trabajó en el ámbito privado y en el público, hasta llegar a ser Ministro de Economía de Hollande. Es su primera vez como candidato a un cargo público, no se cataloga como miembro ni de la derecha ni de la izquierda. Es un candidato que viene a renovar la arena política francesa, con frescura y energía. Es considerado liberal en lo económico pero progresista en lo social. Se perfila como el rival de Le Pen en segunda vuelta, y de ser así, en el próximo presidente de Francia, ya que tiene ventaja en cuanto al crecimiento de votación en un posible balotaje con un posible 65%, recibiendo los votos de Fillon.

Jean-Luc Mélenchon (La France insoumise) representa la extrema izquierda, de 65 años, fue cuarto en las elecciones de 2012, es frontal y tiene propuestas bastante radicales, justicia tributaria, terminar con la austeridad, un orden ecológico y prescindir de la energía nuclear en el país. Es eurodiputado y abandonó el Partido Socialista en 2008. Tiene un programa populista, con una jubilación a 60 años, eliminar la reforma laboral, y abandonar la OTAN y los tratados europeos porque ‘no quiere una Europa alemana’, instaurando así la VI República. Busca su base electoral en los socialistas decepcionados y se favorece de los escándalos judiciales de los otros candidatos. El candidato de la izquierda francesa le dio un impulso importante a su campaña en las últimas semanas, lo que le significó reducir los márgenes con relación a los dos candidatos favoritos.

François Fillon (Les Républicains) fue el Primer Ministro de Nicolás Sarkozy, tiene 63 años y se caracteriza por una ideología conservadora, que le da el apoyo de la derecha católica por defender los valores de la familia tradicional. Es radical y neoliberal en lo económico, con reformas tatcherianas, como recortes fiscales y en el gasto público, aumentar la edad de jubilación, y liberalizar las leyes laborales combatiendo al sindicalismo, es ultraconservador en lo social. Ganó por abrumadora mayoría las primarias frente a Sarkozy, pero luego de presentarse como ‘el candidato limpio’ libre de acusaciones, se lo imputó por supuestas coimas, desvío de fondos públicos y empleos ficticios de su familia, específicamente de su esposa y dos hijos. El candidato de pasar a ser el candidato que tenía todo para ganar, pasó a ser un suicidio político, estará por verse si la sociedad civil lo entiende de esta forma.

Benoît Hamon (Parti Socialiste) es el candidato oficialista, fue Ministro de Educación, y promete un giro a la izquierda del propio partido. Tiene propuestas altamente llamativas como la legalización del cannabis y la introducción de una renta básica universal.

 

Pero, ¿quién gana?

Así se presenta el escenario político francés de cara a los últimos días de campaña electoral. Las encuestas, barómetro cada vez más cuestionado, continúan siendo el único instrumento para medir la opinión popular y hasta el momento, los números le son favorables a Le Pen y Macron para llegar a una segunda vuelta en la cual Macron ganaría por una amplia diferencia. Sin embargo, a pesar de que el techo de crecimiento de votos entre ambos da una considerable superioridad a Macron, este tiene la desventaja de contar con votantes inseguros frente a los votantes de Le Pen quien cuenta con una base sólida de apoyo.

El balotaje representó desde hace tiempo un sistema de boicot, conformando entre los votantes de derecha y de izquierda un frente unido contra los candidatos del Frente Nacional. Sin embargo, en estas elecciones con altos niveles de descontento, tal vez, haya una fractura. La alta dispersión del voto hace que cualquier predicción tenga un alto margen de error.

Luego de las presidenciales, los franceses votan las legislativas, durante el 11 y 18 de junio. Lo cual dará la posibilidad al presidente electo de formar gobierno. Macron necesitaría construir un nuevo tipo de mayoría, ganando con su propio movimiento pero sumando diputados del centro, mientras que Le Pen sólo tiene dos diputados, por lo que llegar a los 289 votos que necesita para tener mayoría es una odisea complicada.

Todo parece indicar que la definición será en segunda vuelta, nada es definitivo y la última palabra está en manos de la gente y su voto que puede, como sucedió a lo largo del  2016 en diferentes sucesos de relevancia mundial, hacer quedar en ridículo a analistas y a las encuestadoras. Una frase que repiten los franceses resume lo que se vive en esta y en cada elección: “En la primera vuelta votas con el corazón, y en la segunda vuelta votas con la cabeza”.

 

(*) Analista internacional de Fundamentar.com

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