En aquellas ocasiones en que los análisis quedan rezagados ante la evolución de los acontecimientos se hace necesario redoblar los desafíos al análisis que el nuevo escenario nos plantea. El anuncio de la Presidenta Crstina Fernández sobre el control de YPF nos pone ante una de esas gratas situaciones
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Los analistas políticos y económicos que viven anunciando tempestades para la Argentina desearían profundamente que, al menos una vez, sus palabras sean superadas por la realidad. Preferirían que sus profecías y anuncios queden cortos ante una realidad que nos desborde negativamente. Son los que alguna vez se denominó sabiamente "profetas del odio".
Otros confunden el análisis con la expresión de deseos. No escriben ni hablan sobre lo que pasa (descriptivo), no indagan en el por qué pasa lo que pasa (explicativo) y menos aún analizan lo qué podría pasar (proyectivo). Prefieren mezclar el análisis con lo que a ellos les gustaría que suceda. Este defecto acecha tanto a opositores acérrimos como a oficialistas enceguecidos.
Desde Fundamentar tratamos de tener otra mirada. Ni complaciente ni apocalíptica. Nos sentimos representados por un proyecto político que, con muchos más aciertos que errores, puso a la Argentina en un lugar inimaginable en el 2003. Sobran los ejemplos y no queremos ingresar en explicaciones reiterativas. Pero nos gusta que la realidad nos sorprenda, que los hechos nos sobrepasen positivamente.
Hace apenas 48 horas, en una columna de opinión publicada en este portal, criticábamos con dureza los lobbys españoles desatados después de la operación mediática del jueves pasado montada sobre un supuesto proyecto de ley de expropiación de YPF que iba a ingresar al Congreso de la Nación. Dijimos con claridad que las presiones de las autoridades políticas españolas para condicionar las decisiones de nuestra Presidenta sobre el destino de YPF nos sorprendían pero no tanto.
Uno nunca deja de sorprenderse cuando políticos elegidos por sus pueblos confunden el interés nacional con la defensa de la rentabilidad de grupos empresarios que, por más importantes que sean, no dejan de ser apenas una parte del todo. Pero, ciertamente, basta hacer algo de memoria para darnos cuenta que la conducta de Rajoy no es muy diferente a la demostrada años anteriores por Aznar o Felipe González. Ambos, transitaron pasillos de la Casa Rosada y del Congreso buscando protección para empresas españolas.
En ese mismo artículo dijimos que todavía el gobierno nacional no había tomado decisiones de fondo y las supuestas "advertencias" españolas no eran otra cosa que "amenazas" contra posibles acciones de Cristina Fernández de Kirchner. En algunas horas, la realidad superó positivamente nuestro análisis. Cautos, como nos acostumbró el kirchnerismo para el manejo de temas sensibles, la expropiación de las acciones de YPF resultó mucho más audaz de lo que esperábamos que el gobierno hiciese apenas dos días atrás.
Tras el anuncio de la Presidenta, los lobbys redoblarán la apuesta. Políticos, periodistas y empresarios españoles defenderán a Repsol aprovechando los brazos locales que tienen las poderosas empresas ibéricas en la Argentina. El PRO es la representación del Partido Popular en la Argentina. Hay medios de comunicación y periodistas que defienden más a Repsol, a Telefónica, al Banco Santander y al BBVA que a las mismísimas empresas argentinas. En el plano económico, la red de la Fundación Internacional para la Libertad opera sobre los ámbitos de formación de opinión provinciales y locales. En Rosario, tenemos el placer de contar con uno de sus nodos más activos: la Fundación Libertad.
Por eso, vendrán días complejos pero interesantes para el análisis político y económico. Desde Fundamentar trataremos de aportar militantemente a la búsqueda de claridad y profundidad, buscando desmenuzar los argumentos falaces y promoviendo datos que ayuden a entender por qué la decisión de Cristina ha sido absolutamente correcta y necesaria.
(*) Licenciado en Ciencia Política. Director Ejecutivo de la Fundación para la Integración Federal
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