El Gobierno manifestó ayer su desacuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que propuso para la economía nacional eliminar controles de precios y cambiarios y aplicar una política fiscal y monetaria restrictiva. Desde Lima, Perú, en donde se lleva a cabo la asamblea del FMI y el Banco Mundial, el titular del Banco Central, Alejandro Vanoli, dijo que “discrepamos absolutamente con sus puntos de vista. Les planteamos a las autoridades del Fondo que según nuestras proyecciones las reservas se van a fortalecer y eso aleja cualquier escenario de crisis”. Por su parte, el ministro Axel Kicillof le respondió a Mario Blejer, asesor de Daniel Scioli, quien había manifestado que el país llega tarde a la fiesta del financiamiento externo.
El organismo multilateral se pronunció sobre la economía argentina y pidió la eliminación de las “distorsiones de precios”, en relación a los subsidios a la energía y al transporte, y del tipo de cambio, junto con un ajuste fiscal y una política monetaria más restrictiva. Ese paquete de medidas “elevarían la confianza del sector privado e impulsarían el crecimiento a mediano plazo en Argentina”, consideró el Fondo.
“Hay que dejar de insistir con los ajustes tradicionales en el plano monetario y fiscal, que demostraron fracasos inapelables”, respondió Vanoli. “Tenemos la certeza de que se mantendrá el crecimiento con inflación descendente y un régimen de flotación administrada que preservará la estabilidad e impulsará el crecimiento, como viene ocurriendo”, dijo el funcionario durante un encuentro en el que participaron titulares de bancos centrales de la región. El jefe de la autoridad monetaria nacional consideró que “la manera de abordar la mejora en la competitividad no es con devaluación, sino con instrumentos fiscales y promoviendo inversiones que reduzcan costos en logística, transporte y otros servicios”.
Las reservas se van a fortalecer y eso aleja cualquier escenario de crisis
Para fortalecer su posición, Vanoli mostró que “la Argentina fue menos afectada por el sacudón de la economía mundial gracias a las políticas anticíclicas adoptadas en la última década. Las regulaciones a la entrada y salida de capitales, especialmente los de corto plazo, fueron adecuadas para proteger a la economía local de la turbulencia global”.
La polémica alrededor de las recetas del Fondo tuvo el condimento de que Mario Blejer, uno de los asesores económicos de Daniel Scioli, también de visita en Lima, consideró que Argentina “está llegando tarde a la fiesta del financiamiento”, en relación a la amplia disponibilidad de capitales que caracterizó a la economía global en los últimos años. “No me gustó esa terminología. Si bien es cierto que hubo volúmenes importantes de capitales para los países emergentes, eran especulativos y de corto plazo. Ahora, cuando se van, generan pérdidas muy fuertes”, respondió Kicillof.
En la sesión de ayer de la reunión del FMI y el Banco Mundial, Lagarde enfatizó el cambio de época para la región y, supuestamente, también para el Fondo. “Comparado con 15 años atrás, la región ha cambiado para mejor, se encuentra en terreno mucho más sólido en posiciones fiscales y en reservas, e igualmente, el FMI también ha cambiado”, dijo la titular del organismo multilateral, y destacó que “México y Perú usan líneas de créditos más flexibles, que lanzamos hace 4 años”. A contramano de la lógica de las recetas uniformes y horizontales que caracterizan al organismo, Lagarde planteó que “cada país tiene su propia historia, y debería considerarse a cada uno con asesoramiento acorde”. Agregó que “no quisiera dividir la aguas de los que están bien o mal, pero quienes entran en territorio negativo de crecimiento claramente son Venezuela y Brasil”. Con la economía brasileña en la banquina, los niños mimados del Fondo son ahora Chile y Perú.
FUENTE: Página/12