La dimensión de la crisis que desató la desaparición de 43 estudiantes, hace dos meses, se agudizó con el hallazgo de diez nuevas fosas por parte de organizaciones civiles que investigan los territorios en paralelo a la búsqueda de las fuerzas federales, en busca de víctimas del crimen organizado. La búsqueda está patrocinada por la Unión de Pueblos y Organizaciones de Guerrero (Upoeg), quienes precisaron que en siete de las tumbas encontradas había restos óseos y en las restantes ropa con sangre impregnada.