Corría el año 1825 y la idea de unir el Océano Atlántico con el Pacífico cobraba cada vez más fuerza. Entonces, se propuso construir un canal y qué mejor que aprovechar el Gran Lago de Nicaragua. Pero casi un siglo después, en 1914, Panamá terminó llevándose el premio. Por años, este tema se transformó en una dura espina para los nicaragüenses, que recién ahora tendrán su propio canal, ayudados por una empresa china.
El Congreso de Nicaragua dio esta semana luz verde a un megaproyecto que competirá con el Canal de Panamá y cuya concesión la obtuvo el empresario chino Wang Ying. Esta compañía, con sede en Hong Kong, fue fundada hace apenas 10 meses, algo que ha sido duramente cuestionado por los opositores al líder sandinista Daniel Ortega.
De hecho, el anuncio generó protestas, ya que la oposición estima que todo es parte de una mera maniobra para que Ortega se enriquezca. En su defensa, el gobierno sandinista ha dicho que con el proyecto -que tendrá una inversión de US$ 40.000 millones y podría estar terminado en 2025-, el PIB de esta empobrecida nación centroamericana crecerá un 15% para 2015, año en que se iniciarían las obras. El monto de la obra duplica al PIB de este país.
Pese a que aún no está del todo clara la ruta que tendrá el canal nicaragüense, sí tendrá más del triple de la extensión que el de Panamá, de 80 kilómetros de longitud. Se espera que el canal de Nicaragua tenga 286 kilómetros de largo y 22 metros de profundidad. El calado sería de 20 metros, casi el doble que su “hermano” panameño (12,3 metros).
Críticas opositoras
El proyecto no es sólo un mero canal. Ello, porque la idea es que también se construya un corredor ferroviario, un canal seco para el transporte de carga, aeropuertos, zonas de libre comercio, dos puertos y un ducto para hidrocarburos.
La concesión, de 50 años prolongables por el mismo período, favoreció a HK Nicaragua Canal Development Instrument Co. Limited (HKND Group), de Wang Jing. Este empresario también dirige Xinwei Telecom Enterprise Group, que en 2012 se adjudicó una concesión para operar celulares.
Wang ha sido definido por sus detractores como alguien inexperto y por eso le dicen “superchino”. Wang, dice la oposición, tendrá amplios poderes para expropiar, confiscar y desviar cursos de agua.
La influencia de China en América Latina es creciente. El intercambio comercial entre el “gigante asiático” y esta región totalizó US$ 261.200 millones en 2012. De esta manera, China se convirtió en el segundo socio comercial de Latinoamérica.
El diputado del opositor Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Víctor Hugo Tinoco, citado por la agencia DPA, señaló que la figura de Wang Jing es una mampara y que, en el fondo, todo es “una autoconcesión del Presidente Daniel Ortega, al empresario Daniel Ortega, quien es realmente el que está detrás de la operación”.
“El canal que proyecta Nicaragua es inviable”, dijo Alberto Alemán, ex administrador del canal de Panamá, entrevistado por El País.
Ortega debía firmar ayer el “acuerdo marco” para la construcción del canal con Wang. Pero no será tan simple. El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) anunció que entablará un recurso de inconstitucionalidad, por considerar que se ha violado la Carta Magna.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Rafael Pansa