El diplomático efectuó esas declaraciones esta tarde en Paraty, ciudad del estado Río de Janeiro, luego de que esta mañana el diario brasileño O Globo y el británico The Guardian revelaran que la NSA se infiltró “durante años” de forma “sistemática” en la red de telecomunicaciones de Brasil.
“El gobierno brasileño solicitó explicaciones al gobierno estadounidense tanto por intermedio de la embajada de Brasil en Washington como del embajador estadounidense en Brasil”, dijo Patriota, informaron la agencia noticiosa estatal ABR y los diarios Folha de Sao Paulo y O Globo.
El canciller subrayó que el gobierno “recibió con grave preocupación la noticia de que las comunicaciones electrónicas y telefónicas de ciudadanos brasileños estarían siendo objeto de espionaje por órganos de inteligencia estadounidenses”.
“Brasil es, por mucho, el país más vigilado de América latina; el volumen de informaciones es gigantesco, sólo en enero la NSA rastreó 2.300 millones de datos en Estados Unidos y Brasil quedó apenas abajo” de esa cifra, afirma la nota elaborada conjuntamente por O Globo y The Guardian y firmada por periodistas de ambos medios.
El artículo utiliza datos filtrados por el exanalista de la NSA Edward Snowden, requerido por Estados Unidos precisamente por haber divulgado esos informes, señalaron las agencias de noticias ANSA, DPA y EFE.
Entre los documentos publicados hoy por O Globo y The Guardian figura un mapamundi en el que Brasil -lo mismo que Australia, Francia y México- aparece con color verde claro, que indica que el volumen de conexiones interceptadas por los sistemas de espionaje estadounidenses en enero pasado es intermedio.
Los países más espiados en ese período fueron Afganistán (12.500 millones de conexiones), Paquistán (11.700 millones), Irán (11.500 millones), Arabia Saudita (7.400 millones) e Irak (6.700 millones), según el mapa.
En el propio Estados Unidos se espiaron en enero 2.349 millones de comunicaciones, de acuerdo con el informe.
Según el artículo, las comunicaciones fueron interceptadas mediante el uso de un programa llamado Fairview, desarrollado por la NSA junto con “socios corporativos” y probablemente utilizado por una empresa de telefonía estadounidense que habría extraído la información y la habría entregado a la agencia de espionaje.
Patriota anunció que Brasil promoverá “en el ámbito de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en Ginebra, el perfeccionamiento de las reglas multilaterales sobre seguridad de las telecomunicaciones”.
"Brasil promoverá el perfeccionamiento de las reglas multilaterales sobre seguridad de las telecomunicaciones"
Antonio Patriota
Agregó que, asimismo, propondrá a la Organización de Naciones Unidas “iniciativas con el objeto de prohibir abusos e impedir la invasión de la privacidad de los usuarios de las redes virtuales de comunicación”.
Para ello postulará el establecimiento de “normas claras de comportamiento de los Estados en el área de la información y las telecomunicaciones, para garantizar seguridad informática que proteja los derechos de los ciudadanos y preserve la soberanía de todos los países”.
Según O Globo, el tema fue motivo de análisis en una reunión que la presidenta Dilma Rousseff mantuvo hoy en Brasilia junto a la jefa del gabinete, Gleisi Hoffmann; el secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, y los ministros de Justicia, José Eduardo Cardozo; de Comunicaciones, Paulo Bernardo; de Educación, Aloizio Mercadante, y de Relaciones Institucionales, Ideli Salvatti.
El incidente se produce a tres meses del viaje que Rousseff tiene previsto realizar en octubre a Washington, en la que será la primera visita de Estado de un gobernante brasileño en casi dos décadas.
El caso de Snowden -varado desde el 23 de junio pasado en el sector de pasajeros en tránsito del aeropuerto internacional de Moscú- provocó otro escándalo la semana pasada, cuando España, Francia, Italia y Portugal negaron permiso para surcar sus cielos al avión que transportaba al presidente de Bolivia, Evo Morales, ante la sospecha de que pudiera transportar al exespía.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE: Télam