Se da la circunstancia de que en el anterior plan por cinco años (contemplaba de 2011 a 2016), el gobierno precedente había decidido una reducción del presupuesto militar del 3%.
Ahora, según la agencia de noticias Associated Press, el plan aprobado supone un incremento del gasto en defensa del 5% en los próximos cinco años, hasta 2018.
El gobierno nipón aprobó ayer martes el documento en el que se incluye esta medida. Entre otras compras contempladas se incluyen las de 17 convertiplanos V-22 Osprey, capaces de aterrizar y despegar como los helicópteros pero con velocidades punta el doble de rápidas que las de éstos; 28 aviones de combate F-35 de quinta generación para desplegarlos en su base aérea de Okinawa; 20 cazas F-15 y un grupo de aviones de alerta temprana Grumman E-2C Hawkeye.
También se prevé la compra de un centenar de carros blindados de combate MCV, de fácil transporte aéreo para su rápido traslado a islas alejadas; de 52 vehículos anfibios y de tres UAV (siglas en inglés de aeronave no tripuladas).
RESPUESTA AL LITIGIO CON CHINA
Según la opinión de expertos reflejada por RIA Novosti, que ha recogido la noticia, la compra de nuevo armamento y su emplazamiento en el sur del país es la respuesta de Japón a la reciente actividad militar de China en las proximidades de las islas Senkaky (Diaoyu en chino), en litigio entre ambos países.
En el nuevo plan se incluye también la creación de una unidad anfibia similar a la Infantería de Marina, para responder rápidamente en caso de invasión de alguna de las islas disputadas.
Japón dedica cada año en torno a 60.000 millones de dólares a gastos militares, según los datos manejados por el Instituto de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Rafael Pansa
FUENTE: InfoDefensa