Castigo a los partidos tradicionales y premio a los euroescépticos. Así han juzgado los europeos al Parlamento que ha tenido que gestionar la peor crisis económica de la historia de la Unión en unos comicios que han vencido el fantasma de la abstención. Sólo han votado cuatro de cada diez europeos, pero la participación (43,09%) ha roto la tendencia histórica y ha aumentado ligeramente por primera vez desde 1979.
Los cinco grupos que han liderado la Eurocámara en esta legislatura -populares, socialistas, liberales, verdes y conservadores- han perdido votos. El PPE ha vuelto a ganar las elecciones europeas, pero ha retrocedido 60 escaños, según los resultados, en una Eurocámara con fuerte presencia de las formaciones euroescépticas y de extrema derecha.
Los cinco grupos que han liderado la Eurocámara en esta legislatura -populares, socialistas, liberales, verdes y conservadores- han perdido votos. El Partido Popular Europeo (PPE) ha vuelto a ganar las elecciones europeas, pero ha retrocedido 60 escaños, según los resultados provisionales a las 11:00 de la mañana, en una Eurocámara con fuerte presencia de las formaciones euroescépticas y de extrema derecha. Los socialdemócratas siguen siendo el segundo partido más votado aunque con nueve diputados menos que en 2009, mientras que la Izquierda Unitaria se convierte en la fuerza que más crece con ocho escaños más.
El PPE es el partido que, pese a ganar, más eurodiputados pierde. Pasaría de 274 escaños a 213, el 28,4% de los votos, frente al 35,77% que cosechó en 2009.
EL BIPARTIDISMO SALVA LA MAYORÍA ABSOLUTA
El Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas pierde cuatro décimas respecto a los últimos comicios y obtiene un 24,9%, pese a que los sondeos le pronosticaban un leve ascenso. En total, el partido de Martin Schulz consigue 190 eurodiputados, seis menos que en 2009.
Los datos confirman el retroceso del bipartidismo en el conjunto de la Unión Europea (en España se desploma). Las dos grandes formaciones mantienen la mayoría absoluta, con el 54% de los votos y 403 eurodiputados de los 751 que componen la Eurocámara, aunque con 67 diputados y siete puntos menos. Y a juzgar por las declaraciones de unos y otros se atisba la posibilidad de una gran coalición para gobernar la Eurocámara los próximos cinco años.
Por primera vez y gracias a la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, los jefes de Estado y de Gobierno deberán "tener en cuenta" los resultados a la hora de elegir al sucesor de Jose Manuel Durao Barroso. Pero la interpretación es ambigua y no hay un automatismo por lo que nadie descarta sorpresas.
El líder del PPE Jean-Claude Juncker se ha proclamado vencedor de los comicios y se ha reinvidicado como el próximo presidente de la Comisión Europea, consciente de que tendrá que pactar para lograr el cargo. Ha coqueteado ya con los socialistas y se ha mostrado "abierto a ampliar la mayoría a otras fuerzas políticas como los Verdes, que siempre pueden contar con mi simpatía" y a Liberales "pero en ningún caso con partidos de extrema derecha".
LOS LIBERALES SE DESPLOMAN Y LA IZQUIERDA RESURGE
La tercera fuerza más votada son los Liberales, del belga Guy Verhofstadt, que sufren un severo correctivo y pasan de 83 a 64 escaños y a un 8,79% de los votos, mientras que los Verdes y la Alianza Libre Europea de Ska Keller y José Bove también se dejan en el camino cuatro eurodiputados y casi un punto con respecto a 2009 hasta situarse en el 6,92%, de los votos (de 57 a 53 eurodiputados).
La Izquierda Unitaria de Alexis Tsipras es el partido que más eurodiputados sube, de 35 a 42, y el 5,73% de votos, en parte gracias a la victoria de Syriza en Grecia, que formará parte de ese grupo parlamentario.
LOS EUROESCÉPTICOS SE MONTAN EN EL CABALLO DE TROYA
Y hasta aquí los grupos europeístas. El resto de la Eurocámara es pasto de formaciones euroescépticas, con la ultraderecha a la cabeza, o eurocríticas con más de 100 escaños y hasta 185 si contamos a los conservadores británicos y polacos que, como parte de los Conservadores y Reformistas Europeos, han perdido 11 escaños (de 57 a 46) y han conseguido un 6,1% de los sufragios.
La principal incógnita es saber si la extrema derecha podrá formar o no grupo propio. Necesita 25 eurodiputados de al menos siete países y, por el momento, no hay acuerdo entre los partidos para aliarse.
Impulsados por los recortes sociales y los altos niveles de desempleo, las formaciones euroescépticas y de extrema derecha han irrumpido en la Eurocámara como caballos de Troya con su discurso populista y antieuro. Los europeos han elegido abrir la puerta al Parlamento más poderoso de la historia de la Unión a los grupos que quieren, precisamente, socavar el proyecto europeo.
El grupo de los No Inscritos, aquellos partidos que no se identifican con los las formaciones tradicionales, se afianza con 41 eurodiputados, ocho más que en 2009, y el 5,5% de votos. A este grupo pertenece el Frente Nacional de Marine Le Pen, que ha protagonizado un terremoto político en Francia al convertirse por primera vez en el partido más votado en unos comicios nacionales con el 25% de los sufragios.
A estos 41 escaños hay que sumar otros 64 de partidos que nunca hasta ahora han tenido representación en la Eurocámara y que, la mayoría, se definen como euroescépticos. Han irrumpido con un 8,39% de los votos y, en conjunto, serían la cuarta fuerza más votada. Aquí están formaciones como la española Podemos, el italiano Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo y la Alternativa para Alemania (AfD).
Y, por último, el grupo de la Europa de la Libertad y la Democracia subiría cuatro escaños, de los 31 a los 38 con el 5,1% de los votos, en parte gracias al avance del partido xenófobo británico UKIP. El partido de Nigel Farage ha representado un seísmo similiar al de Le Pen pero en Reino Unido, donde ha desbancado a tories y laboristas del primer puesto, algo que no ocurría en todo el territorio nacional desde 1906.
A partir de ahora empezarán las negociaciones y la foto fija del arco parlamentario variará en función de en qué grupo se integren los nuevos partidos.
FUENTE: Rtve