El Estado Islámico, hasta ahora conocido como Estado Islámico de Irak y el Levante, ya cuenta con su propio califato, en el que impone su propia ley y refuerza sus filas, que combaten paralelamente en Irak y Siria contra ambos gobiernos, contra los kurdos y contra otras facciones insurgentes. Sobre el terreno sirio, controla ya todo el este de la provincia de Deir al Zur, con lo que domina un área cinco veces mayor que el Líbano, tras tomar este jueves Al Mayadín, el principal centro urbano de la zona.
El domingo pasado, el Estado Islámico proclamó un califato islámico en Siria e Irak, tras tomar partes del norte y el centro del territorio iraquí durante el último mes.
Este avance se produce después de que los combatientes del Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, y otras facciones se retiraran de la zona tras anunciar también este mismo jueves que abandonaban la lucha contra el Estado Islámico.
De esta manera, la organización yihadista se extiende, de este a oeste, desde la población de Al Bukamal, en Deir al Zur y limítrofe con Irak, hasta la periferia nororiental de la localidad de Alepo. En el norte, dominan gran parte de la frontera entre Siria y Turquía, exceptuando lugares de mayoría kurda, como áreas de la provincia de Al Hasaka, y algunos pueblos árabes. Por el sur, llegan hasta zonas desérticas de las provincias centrales de Hama y Homs.
En un vídeo, un portavoz de El Frente al Nusra y otras facciones y clanes proclamó "su arrepentimiento" por haber luchado contra el Estado Islámico en la localidad de Al Ishara y sus alrededores, así como en Suidan al Yazira, Suidan Shamia y Daranch, todas en el este de Deir al Zur. Los grupos de esos pueblos que se han unido al anuncio son el Ejército Libre Sirio (ELS), el Movimiento Islámico de los Libres de Sham, además el Frente al Nusra y varias tribus. Ante el Estado Mayor de los revolucionarios sirios y piden un "arbitraje bajo la ley de Alá" por sus acciones. Asimismo, solicitan al Estado Islámico que envíe combatientes a esas áreas porque los milicianos de esas organizaciones se quedarán en sus casas.
El domingo pasado, el Estado Islámico proclamó un califato islámico en Siria e Irak, tras tomar partes del norte y el centro del territorio iraquí durante el último mes. Desde enero, se enfrenta a varios grupos rebeldes del norte de Siria, entre ellos el Frente al Nusra, aunque en los últimos días algunas facciones han anunciado que cambiaban de bando y dejaban de luchar contra la organización que lidera Abu Bakr al Bagdadi.
Mientras, las llamadas Brigadas de los Suníes Libres de Baalbeck, leales al Estado Islámico, amenazaron hoy con atacar iglesias y a los cristianos en el Líbano, en especial en el valle oriental de la Bekaa. En un comunicado en su cuenta oficial de Twitter, los yihadistas explicaron que formaron un grupo para "limpiar el emirato islámico de la Bekaa y el Líbano en general de las iglesias del politeísmo". "Este grupo trabajará para atacar a los cruzados y detener las campanas del politeísmo", añadieron las Brigadas de los Suníes Libres de Baalbeck.
Es la primera vez que este grupo amenaza de forma directa con perpetrar operaciones contra los cristianos libaneses. Hasta ahora había reivindicado ataques contra las fuerzas de seguridad y el movimiento chií Hizbulá. Las Brigadas de los Suníes Libres de Baalbeck, vinculadas al grupo extremista libanés Brigadas de Abdalá Azzam, anunciaron el pasado 17 de marzo su adhesión al Estado Islámico de Irak y Levante, que cambió recientemente su nombre a Estado Islámico. Hace cuatro días juraron además lealtad al jefe del EI, Abu Bakr al Bagdadi.
FUENTE: Publico