El potencial de África es altísimo y la Argentina tiene muchísimo por desarrollar en lo comercial. Cuando los mercados tradicionales están estancados y con sus propias problemáticas, diversificar con destinos exóticos disminuye sensiblemente el riesgo de que se caigan las exportaciones
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Los números del comercio exterior de 2011 muestran dos tendencias que, de persistir, aumentarán significativamente la gravitancia de África para el comercio exterior y, por lo tanto, para la economía argentina. La primera, es el ritmo de incremento de las exportaciones: el año pasado, las ventas al Continente Negro crecieron 59,1%, más que duplicando el crecimiento a Europa, América y Asia (sólo las exportaciones a Oceanía registraron un aumento mayor). El monto exportado (US$ 6.396 millones) no es relevante para las exportaciones totales del país pero, de persistir este ritmo, pronto lo será. Las importaciones, en tanto, crecieron 94,6% y el flujo comercial total 61,9%.
El segundo factor de importancia (más aún en un momento en que las divisas comerciales se han vuelto preciosas) es que el saldo comercial con Africa fue superavitario para la Argentina en US$ 5.714 millones durante el año último: 57% del superávit comercial total del país en 2011 se explica por la balanza con Africa.
Las importaciones desde ese continente son muy bajas (en 2011 llegaron a sólo US$ 654 millones) y no hay mucho espacio para que sigan creciendo dada la escasa complementariedad entre las estructuras productivas. Por lo tanto, se puede esperar que el superávit se siga ampliando, tanto en términos absolutos como relativos.
Un informe reciente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) analiza los flujos comerciales de la Argentina con siete naciones africanas (Angola, Argelia, Congo Democrático, Egipto, Libia, Marruecos y Túnez) que, combinados, atraen 70% de las exportaciones argentinas al continente, envían 34% de los productos importados que compra el país allí y explican 67% del comercio agregado con el continente y 74% del superávit.
Angola: Con el país que Guillermo Moreno visitó en su polémica gira de marzo, el comercio bilateral se incrementó 52% en 2011, producto de un alza de 52% en las ventas y de 374% en las compras (ascendieron sólo a US$ 19.000). Así, el país tuvo un superávit de US$ 221 millones pues exportó por la misma cantidad. Entre julio de 2011 y junio de este año, el aceite de soja refinado y las preparaciones alimenticias explicaron casi el 40% de los envíos a ese mercado, uno de los más dinámicos de África.
Argelia: Con la nación del norte de África, el comercio bilateral creció 68,4% interanual. Los envíos desde la Argentina ascendieron 68% versus 2010 y totalizaron US$ 1.698 millones. Como en el caso de Angola, las importaciones pegaron un salto espectacular (4.405,6%) pues partían de una baja base de comparación. De hecho, el país sólo importó $ 3,5 millones desde Argelia el año pasado. Como resultado, el saldo a favor de la Argentina en 2011 fue de US$ 1.694 millones. El maíz a granel y la harina de soja explicaron más del 50% de los envíos a ese mercado entre julio de 2011 y junio de 2012.
Congo Democrático: Con el país del centro del continente, el comercio bilateral registró un alza más moderada en 2011 (31,9%). El año pasado, el país le exportó por US$ 39 millones al Congo, que tiene un mercado que supera los 70 millones de habitantes. Como no importó nada, el superávit fue de US$ 39 millones. El trigo y el morcajo explicaron casi 30% de las ventas entre julio de 2011 y julio de este año.
Egipto: Con el país del Magreb, el comercio bilateral es sensiblemente mayor: en 2011 acumuló US$ 1.813 millones (+79% interanual), producto de exportaciones por US$ 1.737 (+77,5%) y compras por US$ 75 millones (+128%). El saldo comercial fue superavitario para nuestro país en US$ 1.662 millones. El aceite de soja y las habas explican más del 45% de los envíos efectuados desde la Argentina entre julio de 2011 y junio de este año.
Libia: Con el vecino norafricano de Egipto, el comercio bilateral se desplomó 58% en 2011. Las exportaciones cayeron 55% y las importaciones se derrumbaron 100%, es decir, desaparecieron. Por lo tanto, los US$ 60,5 millones de exportaciones son el saldo que registró la Argentina con Libia. Las relaciones con ese país todavía están inmaduras: las exportaciones crecieron a un promedio anual de sólo 0,7% entre 2000 y 2011. La harina de soja explica casi el 65% de los envíos efectuados entre julio de 2011 y junio de este año.
Marruecos: Con el otro país del norte de África, el flujo de comercio se incrementó 69% en 2011. El año pasado, las ventas crecieron 84% (y sumaron US$ 433 millones). Las importaciones, en tanto, crecieron 36,3% (sumaron US$ 144 millones). El resultado fue un superávit de US$ 289 millones para la Argentina. Maíz a granel; trigo y morcajo, y el aceite de soja explican casi la totalidad de los envíos realizados entre julio de 2011 y junio de 2012.
Túnez: Con el pequeño país del Magreb, el comercio creció 83% en 2011 versus 2010. Las ventas argentinas treparon 130% (hasta US$ 283 millones) y las compras cayeron 79% (hasta US$ 7,5 millones). El saldo fue favorable para la Argentina en US$ 275 millones. Entre julio de 2011 y junio de este año, el aceite de soja y el maíz a granel explican poco más del 60% de las ventas totales.
Otros destinos de exportación importantes en África son Mozambique (las exportaciones a ese mercado llegaron a US$ 102.000 en 2011 y el saldo fue de US$ 99.000), Senegal (US$ 101 millones de exportaciones e igual número de superávit) y Sudáfrica (US$ 1.128 millones y US$ 923.000, respectivamente). Por otro lado, el único país con el cual la Argentina tiene un saldo comercial desfavorable de importancia es Nigeria: en 2011, le vendimos por US$ 86 millones y le importamos por US$ 207 millones.
¿Una China "buena"?
Además del alza que han tenido las exportaciones al mercado africano y del sustantivo superávit que tiene el país, hay otros factores que harán que África sea cada vez más relevante para la Argentina. Una palabra lo dice todo: potencial. Con 1.000 millones de habitantes y tendencias demográficas expansivas, el continente tiene mucho espacio para seguir creciendo y, en ese camino, sus habitantes mejorarán sensiblemente sus hábitos de consumo (especialmente, de alimentos). Es precisamente allí donde la Argentina puede sacar un provecho enorme.
Cuantos más africanos tengan empleo y aumentan sus niveles de consumo, más crecerán las exportaciones argentinas (y el superávit) a ese mercado.
Según Gabriel Molteni, economista jefe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y autor del informe, África logró dejar atrás dos décadas pérdidas en términos de crecimiento (la de '80 y la de los '90), "y hoy es la estrella de muchos foros internacionales, básicamente por el potencial que tiene y los cambios, tanto políticos como económicos, que muchos de sus países han tomado en el último tiempo para darles más estabilidad". Según Molteni, "si África sigue creciendo, es muy probable que aumente sus compras de la Argentina, pero no necesariamente sus ventas ya que muy difícilmente tenga la competitividad manufacturera de los países asiáticos". Es decir, una especia de China "buena".
En mayo de 2000, la prestigiosa revista The Economist publicaba, en tapa, un informe de África y el título era: "Un continente sin esperanza". A fines del año pasado, publicó una edición con el título opuesto: "Un continente con esperanza". Allí señalaba sus logros durante los 2000 e, incluso, sostenía que podría convertirse en la nueva Asia. Si bien hay muchas disparidades entre países, está claro que el continente hoy está mucho mejor que en el 2000 y en el 2020 probablemente esté mejor que ahora. Si es así, el mundo, y la Argentina, tendrán un gran motivo para sonreír.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Victoria Cerrano
FUENTE: El Economista
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