Hasta noviembre de 2015, el número promedio de individuos que se acercaban a una consultora en busca de empleo era de 60 personas por día. En mayo de 2016, ese número se incrementó un 270%, ya que diariamente unas 160 personas van a dejar sus currículums.
A estos números hay que sumarle un dato aún más preocupante que se pudo recoger de la recorrida: hace ocho meses atrás, cada consultora lograba insertar en el mundo laboral a por lo menos un rosarino por día. Ahora bien, en la actualidad las consultoras no llegan a lograr insertar en el ámbito laboral a una persona por semana en promedio.
En conclusión: hace seis meses, de 60 currículums, 1 lograba su propósito. Actualmente, de 800 currículums, sólo 1 logra su cometido.
¿Alguien se acuerda de la época en que los abogados, ingenieros y médicos manejaban taxis? Parece irreal tener que hacerse esta pregunta, pero en la historia no muy lejana esto ocurrió porque los profesionales no encontraban un trabajo adecuado a su formación y la alacena había que llenarla de alguna forma. Pareciera que ese tiempo pasó, pero muy rápidamente está volviendo.
Al comienzo de la semana pasada, en una consultora del centro habían publicado un aviso en el que se buscaba una persona para timbreo casa por casa para ofrecer gaseosas a domicilio. A los tres días, un Licenciado en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, recibido en agosto del año pasado, se presentó con su C.V. para ese puesto, relató la encargada de atención al público de la consultora, quien estaba asombrada por el alto nivel de formación que poseía el postulante con respecto al puesto de trabajo ofrecido. En tiempos difíciles ya no importa la profesión, ni el título, sino simplemente salir adelante y lograr llevar diariamente la vida.
No se puede hablar de miembros de determinadas clases sociales que buscan trabajo. Tampoco de un rango etario. Se pueden encontrar personas de diversa índole y variada edad, desde los principiantes de 20 años a personas de más de 50, todos en busca de empleo. Estudiantes y personas ya recibidas son en mayor número los que se acercan cada vez con más frecuencia a buscar trabajo, cuando hace un tiempo se lograba egresar con trabajo de las distintas facultades o en las diversas empresas y/o fabricas no se necesitaba de un mediador para trabajar.
En otro relato de quienes trabajan en Mesa de Entrada, que son quienes reciben los C.V., supimos, por ejemplo, que un hombre con 25 años de antigüedad fue despedido de una automotriz importante de la ciudad y estaba nuevamente en busca de trabajo. Y es que, a la hora de despedir trabajadores, no se tiene en cuenta edad ni antigüedad. La situación no discrimina clases ni personas, simplemente arremete contra todo lo que se encuentra a su paso.
No es cuestión de trabajo público o sector privado. No es cuestión de afinidad política o de pensamiento contrario al lugar de trabajo. La crisis de empleo se afirmó en la ciudad y da mucho trabajo conseguir un trabajo.
(*) Colaborador de Fundamentar.com