Militantes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) entraron este martes en hipermercados para cargar carros con alimentos y artículos de primera necesidad con la idea de entregar los productos 'expropiados' a los "más necesitados".
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España cada vez se parece más a la Argentina de fin de siglo. A los cortes de ruta organizados por los mineros asturianos ahora se suma un nuevo condimento: desocupados y sindicalistas se llevaron ayer sin pagar casi tres toneladas de alimentos de primera necesidad de dos supermercados en Andalucía, en el sur de España. El destino de las mercaderías fueron comedores sociales; el saqueo se produjo en una acción de protesta para advertir al gobierno de Mariano Rajoy sobre las consecuencias del ajuste que ahoga a los españoles. La iniciativa, tolerada a regañadientes por los comerciantes y la policía, fue organizada por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), liderado por el diputado de Izquierda Unida (IU) Juan Manuel Sánchez Gordillo, y tuvo lugar en Ecija, Sevilla, Arcos de la Frontera, Cádiz; en el sur, donde la crisis hace estragos. En Ecija, una treintena de miembros del sindicato, en su mayoría desocupados del sector agrícola, entraron poco antes del mediodía en un supermercado Mercadona y lograron salir con nueve changos cargados con alimentos básicos como aceite, leche, azúcar, arroz y legumbres.
En la salida del supermercado se produjeron forcejeos entre los empleados del comercio y los manifestantes, que lograron salir con unos 1500 kilos de alimentos sin que la policía los detuviera. Así lo afirmó José Caballero, responsable de la organización del sindicato andaluz de izquierda y anticapitalista. "Los alimentos fueron entregados en comedores sociales de la zona", especificó el gremialista. Según la prensa española, Caballero dijo que con esta acción se pretende "expropiar a los expropiadores, es decir, terratenientes, bancos y grandes superficies, que están ganando dinero en plena crisis económica".
El referente sindical advirtió que la situación en Andalucía es alarmante, ya que muchas familias tienen a todos sus miembros desocupados y no cobran ningún subsidio y, por lo tanto, no tienen ni para comer. "También los comedores sociales se encuentran sin alimentos, por eso fuimos a las grandes superficies y los expropiamos", remarcó. En Arcos de la Frontera, los empleados del supermercado, un Carrefour, cerraron las puertas y no dejaron salir a los militantes.
Sin embargo, después de negociar con los responsables y la policía, el sindicato logró sacar quince changos repletos de alimentos que fueron repartidos en municipios cercanos para entregarlos a las personas más necesitadas, muchos de ellos inmigrantes, explicó el sindicalista. "Me imagino que habrá denuncias", agregó. Mercadona, por su parte, anunció que demandará al sindicato. "Tenemos claro que en la actual situación en la que estamos debemos hacer algo", subrayó Caballero, quien dijo que la acción permitió entregar 3000 kilos de alimentos a familias que los necesitan.
"Son muchas las familias que no cuentan con ninguna ayuda económica, por eso reclamamos una renta básica para todos", explicó el líder sindical, quien denunció que, con sus políticas de ajuste, el gobierno de Mariano Rajoy está haciendo pagar la crisis a los que menos tienen. "En el campo la situación es especialmente dura, no hay trabajo y no se pueden renovar los subsidios de desempleo porque los jornaleros necesitan demostrar que trabajaron como mínimo 35 días al año y no pueden hacerlo", denunció.
"El desempleo alcanza al 40 por ciento de la población activa en la zona rural, y en general es del 32 por ciento, una de las cifras más altas de España", calculó.
Pero la malaria no sólo es sureña. En el nordeste de España, la ciudad de Girona decidió poner candados a los contenedores de basura de los supermercados para evitar que las personas necesitadas recojan comida vencida o en mal estado con el consecuente riesgo para la salud. El ayuntamiento tomó esa medida, en colaboración con los propietarios de los comercios, ante el riesgo para la salud que provoca consumir alimentos lanzados a los contenedores y la alarma social que eso provoca.
La práctica de recuperar restos de comida o alimentos caducados arrojados a los contenedores por los supermercados crece a medida que se agrava la crisis económica que sacude a España. Junto con esa medida, el ayuntamiento de Girona estableció un sistema de información "in situ" que dirigirá a las personas que lo necesiten a un centro de distribución de alimentos para que les faciliten una cesta de alimentos básicos de manera urgente.
También se dio a conocer que agentes sociales informarán a quienes acudan a los contenedores que no se puede seguir recogiendo los restos y que podrán acceder directamente, con un vale que se les suministrará, a los distribuidores de alimentos municipales. Esta singular iniciativa comenzó cuando se llegó a un acuerdo entre tres grandes supermercados. Lejos de quedar supeditada a esa región, el portavoz de Girona señaló que se están preparando para extender esa distribución de comestibles a otras grandes ciudades.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE: Página/12